URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Qué fácil resulta hablar, desde la ausencia de responsabilidades directas, sobre las actuaciones de quien es nuestro principal adversario. Y esto que es un defecto en el que caemos casi todas las personas, se convierte en algo poco digerible cuando las opiniones se expresan con la intención única, no de construir, sino de desalojar al oponente del lugar que en ese momento ostenta, obviamente, para ocuparlo uno mismo pero no desde el debate argumentado, con propuestas adecuadas y soluciones reales a los problemas, nunca desde la descalificación personal y, por supuesto, con el respeto a la ética y los criterios democráticos sin alardear de una superioridad moral impostada, el uso de la mentira y la lectura parcial y subjetiva de la evidencia.

Por eso, tener memoria, los archivos, hemerotecas… terminan antes o después, poniendo las cosas en su sitio.

Después de unos días de ominoso silencio, el señor Presidente, ha calificado como “indecente” la presencia de personajes de antecedentes sanguinarios en las listas de su socio Bildu pero ello no ha supuesto ningún cambio de horizonte en el futuro de los asociados, con lo que solo podemos interpretar el término indecente como un mero gesto de perfil electoral ante el desgaste que le supone una crisis como la suscitada.

Le gusta al Presidente esa palabra. Allá por finales del 2015, le dijo a Rajoy: “si usted sigue, el coste democrático e institucional es enorme porque el Presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y no lo es”.

Pues bien, querido lector, yo ahora pregunto quien plantea a otros esa exigencia de decencia – desde Rajoy a Bildu – está en condiciones de dar lecciones de la misma. Así que sin hablar de urnas escondidas tras cortinas, ni tesis doctorales plagiadas, veamos algunos ejemplos. A Bildu, tras su indecencia les espeta: “espero contar con su apoyo”, popularmente se afirma: “dime con quien andas y te diré quien eres”. Acaso es decente decirle a la UE, hace un año, que la Reforma Laboral crearía hasta 960000 empleos que ha quedado en 40000, un 96% menos de lo estimado con la repercusión consiguiente en el consumo y la inversión. Sea su error de cálculo de dimensión inaceptable o lo más sugerente, una monumental falacia, ¿es decente mantener a los responsables en sus cargos y pedir para usted la confianza de los ciudadanos?

Podríamos seguir preguntando si es decente o no, imponer unos estados de alarma declarados inconstitucionales; modificar el Código Penal a conveniencia de sediciosos y malversadores por formar parte de sus asociados; que la Fiscalía investigue novatadas, pactadas entre Colegios Mayores, mientras salen a la calle y se rebajan penas a violadores y pederastas; señalar a empresas, empresarios o medios no afines e insultar a jueces y magistrados por defender la coherencia democrática; cambiar unilateral y personalmente la política con el Sahara, obviando resoluciones de la ONU, sin consultar al Parlamento; desmesuradas medidas impositivas acompañada de récord de asesores y amigos “colocados”… para qué seguir desmontando el crédito del “adalid de la decencia”. ¡Ah! se me olvidaba, la Ley sobre enfermos de ELA, ha sido bloqueada en cuarenta ocasiones. ¿De verdad son indecentes los demás?

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