Quienes tengan ya unos añitos podrán comprobar que los síntomas son parecidos: el Decano anda muy bien clasificado (con matices) y, pese a estar el objetivo muy a tiro como sucediera esos años, el desapego con la grada es cada vez mayor con un hastío importante traducido en una alarmante bajada de seguidores tanto dentro como fuera del estadio para eso tan importante que es, en ocasiones, llevar en volandas al Recre: ya animan poco hasta los que antes jamás se cansaban de hacerlo. La conexión club-equipo con la siempre fiel afición va muy justita y lo que debía ser una temporada ilusionante, viniendo además de otro ascenso, vuelve a ser, hasta ahora, bastante tediosa.

Sí, hablo del paralelismo de este curso con el último año de Barjuan y, unas cuantas temporadas más atrás, con los meses de Quique Hernández al mando del banquillo albiazul. Es todo muy significativo. Evidentemente no son circunstancias calcadas (ha llovido demasiado) pero hay tantos elementos parecidos que a uno no se le quita de la cabeza lo desesperante que fueron esos otros tiempos que terminaron como terminaron: dos ascensos tirados a la puñetera basura. Ahora no tiene por qué ser así, ojalá que no. Rezamos cada día por ello y nadie en este mundo celebraría más que yo un final alegre como nadie celebró más que quien aquí escribe el salto de abril de 2022, pero estos tiempos recuerdan tanto a esas antiguas vivencias en las que se nos veía llegar sin frenos al precipicio…

A veces da la sensación de que nunca pasa nada: ¿más de la mitad de los abonados lleva meses sin acercarse al Colombino? No pasa nada. ¿El juego del equipo va a peor desde diciembre? No pasa nada. ¿Hay refuerzos que han reforzado poco o menos que poco? No pasa nada. ¿Siguen en el limbo afrentas de clubes y entidades relacionadas con la historia del Decano? No pasa nada. ¿Sigue muerto el otrora anunciado a bombo y platillo Departamento de Historia, algo que debería ser fundamental? No pasa nada. ¿Otro año sin Trofeo Colombino, todo un crimen para la esencia de este club? No pasa nada… Hace poco lo decía en otro foro y hoy, con permiso, lo repito aquí: o ahí dentro son unos auténticos genios y esto acaba de maravilla o son bastante inconscientes. Eso sí, no descarto que el único inconsciente sea yo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios