Mi 20-N

15 de noviembre 2025 - 03:07

Vamos hagan rápido el relevo. El Jefe del Estado, ha muerto”. Así se expresó el Oficial de guardia la madrugada del 20 de Noviembre de 1975 ante los dos aspirantes a Oficiales y Suboficiales del Cuerpo de Sanidad, en su Acuartelamiento de Madrid y que cumplían su relevo en una garita, pues desde el 1 de Octubre, aparición del Grapo, la Marcha Verde marroquí y la enfermedad de Franco, los puestos de guardia eran dobles y con rondas de vigilancia internas y externas de las instalaciones, todo ello, con una bala en la recámara del “cetme”.

A las siete de la mañana, dos camiones militares, trasladaban a las dos Compañías existentes, carretera del Pardo adelante hacia el Goloso para ejercicio de tiro, previsto con anterioridad y que consecuente con la, al menos aparente tranquilidad de los Oficiales, no fue suspendido. No sé qué pensarían los ciudadanos que presenciaron aquella comitiva por esos caminos. Lo cierto es, que al llegar al lugar del ejercicio nos encontramos con el olvido de los blancos y dianas, por lo que con disciplina rígida, nos dedicamos a disparar sobre botellas y restos esparcidos por el campo.

La verdad es que, quizás, un poco ajenos a la importancia del momento histórico, volvimos al Cuartel, presenciamos en televisión el discurso de Arias Navarro y ya, con la inquietud sobre cuál sería la siguiente orden, ¡oh, sorpresa!, nos dieron tres días de permiso, con las siguientes condiciones: a) Referir un lugar de localización y teléfono, de pensión, hotel, hospedaje, … b) No alejarse más de siete kilómetros de Madrid, c) No vestir el uniforme militar.

Naturalmente, como cada fin de semana, algunos nos “escapamos” fuera para ir a ver a nuestras respectivas novias.

Volvimos al final del permiso, oímos la toma de posesión del Rey y nos volvieron a dar otros tres días libres, esta vez sin condiciones específicas.

Así fue mi 20-N, en aquel mes de trascendencia histórica y lo digo porque en los próximos días, los medios públicos de información, nos atiborrarán de reportajes, coloquios, propaganda politizada del momento en el que España, jugaría su “cara o cruz” de un futuro a la libertad y democracia. En pocos años, no más de tres, el pueblo votó masivamente, a favor de la cara democrática. Hoy, cincuenta años después, demasiados nubarrones de “autoritarismo” nos acechan.

Así viví aquellos días y así lo veo ahora, espero equivocarme porque cuenten la verdad de aquellos días.

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