Juanma G. Anes

El ridículo desprecio a la crítica lógica

La Platea

Se consumó el enésimo fiasco en la Champions de Guardiola (un gran entrenador y un hipócrita de categoría) y, justo cuando se constató que pese a gastarse casi mil millones de euros en el City sigue sin tocar plata de la buena, hubo gente a la que le molestó que se afirmara tal impepinable evidencia. Es 'su Guardiola' y es 'intocable'. Ay... Lo mismo pasó tras lo del Atlético o cuando el Real Madrid cayó en octavos. Hay personas (muchos periodistas) a los que les molesta que se digan las cosas tal y como son. Es tremendo.

La querencia siempre ha existido, pero se ha puesto ridículamente de moda criticar el periodismo que plasma datos y hechos objetivos y que, a partir del análisis de los mismos, saca sus conclusiones y expresa su opinión fundamentada en eventos irrefutables. Hoy día los seguidores del pensamiento único (¿será ése su gran anhelo?) llaman a ese tipo de análisis ser 'capitanes a posteriori'. A todo, con todo y sin filtro, lo sueltan sin medida. "Si no se ha advertido antes ya no se puede criticar". Madre de Dios. Un poquito de vergüenza ajena sí que dan. ¿Cómo voy a valorar algo que aún no ha sucedido, criaturita? ¿Pero en qué mundo de Yupi viven?

Se hable de política, economía o deporte, si hay que desprestigiar al de enfrente, aunque éste tenga razón, lo harán. "A toro pasado es muy fácil hablar", repiten cual loritos. Describir acontecimientos y valorar lo sucedido ha sido, de toda la vida, hacer periodismo y opinar con normalidad. Lo que no lo fue nunca es divulgar milongas a priori por conveniencia monetaria, mostrando incoherencias en cada paso o por el simple hecho de creerse el más listo y gracioso de la clase y, si luego no sucede lo predicho, justificarse con el "nunca se sabe qué puede pasar". Hay quien prefiere a brujas Lolas a los que esperan a que algo ocurra para emitir un juicio de valor. Allá cada cual y su libre elección.

Llamar 'capitán a posteriori' a toda crítica, ¿no da luz verde a justificar cualquier calamidad previa? En esa frase se puede apoyar siempre un dirigente, un político, un entrenador, un empresario o un periodista pirómano para irse de rositas. ¿No ven que eso exime de responsabilidad pública a cualquiera, con el peligro que eso conlleva? Seguro que hay quien lo ve, de sobra, pero sólo cuando le conviene. Lo bueno es que, si se quiere, de ese modus operandi también se sale. Hasta se puede curar con la edad.

stats