Análisis

Juanma G. Anes

Cuando -casi- fuimos los mejores

Habíamos descendido de categoría apenas unas semanas antes y, sin embargo, estábamos frente al momento deportivo más grande de nuestra historia. El Recre tiene esas cosas, qué le vamos a hacer. Aquella final de Copa, nuestra final, de la que el domingo se cumplieron 17 años, aún nos pone los vellos de punta y estoy seguro de que pasarán 40 años más y volverá a emocionar a todo el que pasó aquella calurosísima e inolvidable jornada en Elche.

Únicamente nos duró unos meses la vuelta a la élite, pero en ese momento todo daba igual. El regreso a Primera División parecía una quimera pocos años atrás, cuando la vida del Decano pendió -otra vez- de un hilo durante mucho tiempo. Un par de generaciones habíamos soñado con vivir un ascenso a Segunda, que ya nos hizo levitar por el paraíso después de ocho cursos en Segunda B repletos de disgustos, angustias y decepciones. Tocar Primera al poco tiempo fue ya el karma jamás imaginado, pero vivir la final de Copa con el viejo Recre, gozar con un desplazamiento de más de 15.000 albiazules en un ambiente indescriptible, sentir que se estaba escribiendo una de las páginas más grandes de nuestra longeva historia fuera cual fuera el resultado… Eso no tenía precio alguno. Lástima la ocasión malograda por Raúl Molina nada más empezar; lástima toparnos con el ínclito Iturralde, perfectamente colocado por Angelito Villar para evitar cualquier sorpresa; y lástima ese Mallorca casi inabordable con varios monstruos en cada una de sus líneas. Pero que nos quiten lo bailao.

Echando la vista atrás casi da vértigo pensar todo lo que vivimos de forma tan concentrada en el tiempo. En apenas seis años lloramos por lo de Soria (ayer hizo 23 años de aquello), festejamos la salida del infierno, disfrutamos de una sensacional campaña en Segunda despidiendo a Joaquín Caparrós, volvimos a descender, celebramos un ascenso administrativo en verano (lo que no le pase al Recre…), vimos cómo nos robaron la llegada a la élite ciertos árbitros desalmados, nos desfogamos al fin con el ascenso a Primera, nos deleitamos esa campaña entre las estrellas y lo coronamos todo con aquella final: toda una montaña rusa en un parpadeo. Hay dos personillas que, tras escuchar por enésima vez todas esas batallitas, suelen decirme: "Nosotros no vamos a vivir nunca nada parecido a eso, ¿verdad?". Lo mismo pensaba yo a esa edad…

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios