Un equipo a la deriva pendiente de reanimación

El Recreativo de Arzu amaga, pero no ha dado con la tecla de reacción. El juego del equipo propone unas intenciones de hacer algo más que no se llega a concretar. Siempre se queda en “hacemos muchas cosas bien, vamos mejorando, sabemos lo que queremos” como efecto secundario. Ahí están los hechos: dos puntos de nueve. Arzu fuerza en pocos días rasgos de mejoría de imagen acorde a sus pretensiones de cortar la crisis de resultados negativos que le conduce al descenso a la espera de hallar el punto de inflexión de cambio de dinámica tras pisar terreno resbaladizo.

Desde el comienzo de liga el equipo se muestra un perfil bajo sin referencia en el grupo. Si ya los rivales le han perdido el respeto, el pesimismo es paralelo a la situación de impotencia y decepciones. Y se pone de relieve, una vez más, que hay que hablar sobre el campo para dar a entender a la afición que se puede lograr lo que se anticipa por obligación como objetivo.

Las jornadas pasan y las excusas sobran... si no se suma de tres en tres. Solo cinco victorias que marcan el devenir de la frustración. Pero no se le mete un gol ni al arcos iris, una media de uno por partido sitúa al equipo entre los seis menos realizadores y con la igualdad existente el castigo de los errores defensivos normales tiene doble penalización. El Atlético Antoniano es otra prueba más de reanimación. Y es básico recuperar el equilibrio emocional para activar el presunto potencial deportivo que se proyecta desde el núcleo del club. Nunca es tarde si la dicha es buena... claro con victoria como petición popular.