El Recreativo de Huelva tiene la gran suerte de tener una historia que le hace soportar malos vientos y tempestades. Hace casi 130 años echaba a andar de manera oficial, con luz y taquígrafos, una institución que desde entonces comparte alegrías y penurias con los habitantes de la ciudad de Huelva. La verdad, la autenticidad de todo lo que ocurre en torno al Decano le hace fuerte. Nada necesita de impostura.

En este camino de recuperación de la credibilidad del club albiazul, en todos los sentidos, es necesario dar pasos firmes que afiancen aún más la institución. Las señas de identidad del Recreativo son su historia, su bandera, su escudo, su camiseta, su afición, sus jugadores… pero casi nunca hay acciones que las destaquen y las pongan en valor. Estamos hartos de ver cómo otros clubes, con menos razones que nosotros, dan pasos al frente para ir modelando una historia construida en muchos casos desde la posverdad.

Nunca es tarde si la dicha es buena. Es la hora de poner sobre la mesa con peso solemne lo que el Recreativo de Huelva es para los onubenses y para el fútbol en España. Ya se están dando pasos al frente. Se rinde homenaje a la provincia, se ensalza la bandera, se pone en su sitio a la camiseta, se le da valor al socio… y los resultados quedan palpables y sobre la mesa. Incluso cuando parece que se navega a contramarea.

Ahora la corriente va a favor y eso tiene que ofrecer el respaldo necesario al club para trabajar sobre lo que es, sin inventos raros que dispersen la atención. Llega el 130 aniversario. El Recre no tiene nada que aparentar. Y, por el contrario, posee mucho que cuidar.