Análisis

fernando faces Santelmo Business School

La agonía de las pymes

Un alto porcentaje de las pymes agonizan en la hostelería, el transporte, el comercio y el turismo. Las líneas ICO resolvieron los problemas de liquidez de un millón de empresas, pero ante la duración de la crisis y los cierres obligatorios, no fue suficiente. Las empresas y los autónomos han acabado más endeudados, y algunos insolventes y quebrados. De toda la ayuda pública (20% del PIB) tan sólo el 5% han sido ayudas directas, fundamentalmente los ERTE. No ha habido ayudas directas para reducir la deuda u otros gastos de explotación como en Alemania y otros países europeos. Se han aprobado 10.000 millones para recapitalizar a las medianas y grandes empresas, pero no a las pymes.

La experiencia desoladora ha demostrado que las ayudas a las pequeñas empresas y a los autónomos no han sido suficientes. Según datos del INE, durante los nueve primeros meses de 2020 han cerrado 207.211 empresas, de las cuales 190.637 eran micro pymes de 1 a 5 empleados. El porcentaje de mortalidad ha alcanzado el 21,5%, frente al 1,9% de las medianas y el 1,2% de las grandes empresas. De los tres millones de autónomos, a 31 de octubre de 2020 habían cesado en la actividad 323.778, el 11%. Cuando vayan venciendo los créditos ICO, si no se toman medidas rápidas y contundentes, el índice de mortalidad de las pymes se disparará. La insolvencia de las empresas provocará un fuerte aumento de la morosidad de la banca y debilitará su solvencia, poniendo en peligro la estabilidad del sistema bancario. Tanto el FMI como el BCE vienen insistiendo en la necesidad de continuar con los estímulos financieros y fiscales hasta que la recuperación esté consolidada. La Comisión Europea, preocupada por la solvencia de las empresas, ha modificado el marco temporal de ayudas de Estado para dar cabida a instrumentos adicionales y evitar un proceso de insolvencias y quiebras empresariales.

La buena noticia es que el Gobierno español por fin se ha decidido a estudiar un mecanismo que permita conceder ayudas directas a las pymes a través de quitas de deuda, subvenciones, conversión de créditos y avales en capital, créditos participativos etc. Las ayudas estarán limitadas a las empresas viables. Es una buena noticia, pero llega tarde para las 207.211 empresas y los 323.770 autónomos qué han cerrado. El Gobierno lo ha enviado a Bruselas para su aprobación y aplicación a partir del mes de abril. Se desconocen los detalles. Se tendrá que definir qué se entiende por empresa viable, cuáles son los sectores prioritarios y los criterios de cuantificación de las ayudas. Los instrumentos de ayuda serán heterogéneos: préstamos participativos, conversión de deuda en capital, ayudas a gastos de explotación, utilización de vehículos de inversión institucionales etc

La banca va a ser un cooperador necesario y ya está trabajando en colaboración contractual con Oliver Whitman. Está por ver si la financiación será suficiente. Se ha filtrado una cifra de 10.000 millones. Cantidad insuficiente si consideramos que las pérdidas acumuladas tan solo del subsector de hostelería podrían alcanzar los 70.000 millones. Mas vale tarde que nunca. Las pymes y los autónomos, desde su agonía y desesperación, demandan al gobierno atención , responsabilidad y soluciones.

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