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Es lo natural. Es lo más probable. Es lo que con más frecuencia nos va a ocurrir en la vida. De hecho es la vida misma; y a pesar de todo no solemos educar a nuestros hijos para convivir con la derrota. El deporte es una magnífica herramienta para ello.
La victoria es una especie difícil de ver, con la que hay que aprender a convivir también, pero cuyo exceso artificial a edades muy tempranas es una máquina de fabricar adultos inútiles y egoístas.
Los grandes clubes de rugby ceden la formación de los más pequeños en este deporte a los clubes más pequeños de su región, de manera que se enfrentan entre ellos a la edad adecuada, generando situaciones en las que se ven obligados a gestionar la frustración por la derrota de inmediato, formando un pasillo de honor para el campeón, y tratándolo durante el tercer tiempo como un hermano-adversario, cuando tienen aún fresco el recuerdo del ultimo placaje, ese de hace unos minutos, ese que no sirvió para nada.
Los ritos son importantes porque nos ayudan a pasar puertas imaginarias de un modo digno. La moderación en la celebración y la contención en la derrota son señas de identidad de este deporte; por eso, a los antiguos les chocan tanto ciertos gestos en el mundo profesional, y por eso mismo es tan importante que la camiseta del gran club de la región o de la ciudad llegue cuando ya eres un iniciado, cuando ya le has dado algunos años al club humilde, ese que te ha enseñado que el rugby es complejo y la victoria sabe mejor si cuesta y que, cuando ganas, el derrotado siente lo mismo que tú sentiste una vez.
No es la panacea, no es una comunidad de hombres y mujeres perfectos; no es un deporte para seres de luz; es sólo un juego que expande sus ritos más allá del inicio y el final del partido, y en el que los que vienen malcriados de casa no suelen tener cabida si no se corrigen -no hay milagros- porque las normas son estrictas. Si quieres una simulación de la vida real para tu hijo apúntalo al rugby; si le gusta va a disfrutar siempre, pase lo que pase en el partido que intentará ganar; pase lo que pase en la vida.
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