Versión ligera del atraco perfecto

Las películas de atracos perfectos (o no tanto, a veces) tienen una vertiente seria y dramática que hunde sus más ilustres raíces en los años 50 con La jungla de asfalto (Huston, 1950), Rififí (Dassin, 1955) o Atraco perfecto (Kubrick, 1956) y una vertiente más ligera o aventurera, con Oro en barras (1951, Crichton), Topkapi (Dassin, 1964), Un trabajo en Italia (Collinson, 1969) o la injustamente olvidada Supergolpe en Manhattan (Lumet, 1971) como modelos.

A este segundo grupo pertenece Juego de ladrones: Pantera en la que Christian Gudegast retoma los personajes de su anterior Juego de ladrones: el atraco perfecto (2018) que también interpretaban Gerard Butler y O’ Shea Jackson Jr., esta vez con importantes cambios en su relación de perseguidor y perseguido. Si en aquella se trataba de atracar el banco de la Reserva Federal de los Ángeles, en esta de robar diamantes en Niza.

Más lujosa en medios y localizaciones en Amberes, Niza y Cerdeña (en su variante ligera las películas de atracos son proclives al turismo por Europa), con un guión más complejo en subtramas y con una buena química entre Butler y Jackson, esta segunda entrega producida por Butler -que vuelve a confiar en Gudegast, con quien trabó relación en Objetivo: Londres cuyo guión escribió- es un entretenido juguete que promete una tercera si la taquilla responde.