Fila siete

El 'resort' de los monstruos

Multicines La Dehesa Islantilla, CineBox Aqualon Puerto Huelva, CineVip Lepe, El Condado Cinemas 7 y Al Andalus Punta Umbría.- T.O.: 'Hotel Transylvania'.- Producción: Estados Unidos, 2012.- Duración: 91 minutos.- Dirección: Genndy Tartakovsky.- Guión: Peter Baynham y Robert Smigel basado en un argumento de Dan Hageman, Kevin Hageman y Todd Durham.- Música: Mark Mothersbaugh.- Montaje: Catherine Apple.- Diseño de producción: Marcelo Vignali.- Intérpretes: Animación y las voces en la versión española de Santiago Segura, Alaska, Mario Vaquerizo, Clara Lago, Dani Martínez

El ámbito de la animación cinematográfica se ha enriquecido en los últimos tiempos con hallazgos fílmicos de todo tipo, la imaginación y también con invenciones derivadas de los distintos géneros cinematográficos. El terror no podía faltar, una vez más, asociado a la fantasía y a la acumulación de iconos terroríficos como estamos viendo estos días con la película de Tim Burton Frankenweenie (2012). Claro que esto es muy distinto. Presentada en el último Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, Hotel Transylvania tuvo una gran acogida dentro del denominado fantaterror en el que la película se inscribe con su estilo y especial gracejo.

Para evitar la presencia de los humanos, Drácula acoge en el Hotel Transylvania, un resort lujoso de cinco estrellas a todos los monstruos del mundo. Allí se hospedan Frankenstein y su esposa, Eunice; la Momia, el hombre y la mujer lobos, Wayne y Wanda; Griffin, el hombre invisible; Pie Grande, la Mancha, así como otros engendros de la naturaleza. Se celebra el 118 cumpleaños de Mavis, la hija de Drácula. Ésta decide adentrarse en el mundo exterior con el permiso de su padre. Un joven viajero llamado Jonathan, que explora en el bosque, sigue a los huéspedes del hotel y se adentra en el mismo, pero Drácula tratará de ocultarlo a sus invitados.

Sin dejar de integrarse con todos los honores en ese cine de animación de carácter eminentemente familiar, el realizador Genndy Tartakowsky, recrea de manera grotesca y divertida ese ámbito propio de las figuras clásicas del terror y la fantasía. Y puede estar persuadido todo espectador, grandes y chicos -digamos en la expresión popular-, que, pese a su evidente entidad familiar, no faltan rasgos muy tolerantes como una especie de complicidad entre mayores y pequeños, padres e hijos, de ciertas expresiones, a veces poco convenientes, en ocasiones de dudoso gusto o políticamente incorrectas y alusiones ambiguas, para acabar convirtiéndose en lo que la película como tal autentifica.

Y esto no es ni más ni menos, que un cuento asequible a todos los públicos que acaba divirtiendo, porque el film no tiene más pretensiones que las de entretener y hacer pasar un buen rato con esta parada de criaturas esperpénticas, alimañas deformes y en fin la versión fantástica y caricaturesca de un jocoso desfile de monstruos con los que unos y otros de alguna forma se identifican y hasta les resultan entrañables. Ese es el acierto de la película.

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