Historias del Fandango

Un guitarrista fundamental

  • Manolo de Huelva fue un guitarrista fundamental para establecer la más pura trayectoria del toque flamenco en el primer tercio del siglo XX

Con Antonio Rengel  y otros asistentes en la Venta de Antequera de Sevilla.

Con Antonio Rengel y otros asistentes en la Venta de Antequera de Sevilla.

Manolo de Huelva tuvo fama de raro. Pero conociéndolo, era otra cosa. Adusto, más bien, y dependía de con quién. Era de poco hablar. Creativo, riguroso, exigente, obsesionado con que no le copiaran sus falsetas. Cuenta Rodrigo de Zayas, que lo trató mucho a partir de la colaboración que tuvo con sus padres, que cuando acudía a alguna fiesta privada observaba las manos de los asistentes, y si detectaba a alguien con las uñas largas de la mano derecha (como al parecer le sucedió una vez con Habichuela), se levantó de la mesa y no tocó, sospechando que el descubierto guitarrista camuflado querría memorizar sus falsetas. Es conocido que en un espectáculo con La Argentinita, en Cádiz, exigió tocar detrás de un biombo por la misma razón, para que nadie pudiera copiarle.

 De sus muchas conversaciones y del trato durante décadas con él, De Zayas concluye que Manolo de Huelva era “un purista intransigente, un ortodoxo de una honradez intelectual nada frecuente en el mundo de los flamencos profesionales, el gramático del cante jondo”. 

 “Manolo de Huelva acompaña…”

 Parte de su obra grabada, en video y audio, titulada “Manolo de Huelva acompaña…”, es la que fueron construyendo durante años el mecenas Marius de Zayas y su mujer Virginia Randolph Harrison. Obra iniciada en 1938 y no cerrada hasta 1966,  que recoge los audios de acompañamientos que seleccionó Manolo de Huelva con La Pompi, Manuel Centeno, Aurelio de Cádiz, Luis Caballero, Felipe de Triana, Matrona, Rafael Pareja  y toques solo, más la singular película, acompañando baile y cantes de La Argentinita  y su hermana Pilar López, grabada en Francia en 1938.  Finalmente, todo el material de cintas, discos y película quedó compilado en una colección de seis CDs y un DVD más un libreto. (Tuve el honor de presentar esta obra explicándola y conversando con Rodrigo de Zayas en la Fundación Cruzcampo, de Sevilla, en diciembre de 2015).

Rodrigo de Zayas y su esposa Anne Perret (2015). Rodrigo de Zayas y su esposa Anne Perret (2015).

Rodrigo de Zayas y su esposa Anne Perret (2015).

En las fiestas de la nobleza

Formó parte de la reducida élite de artistas flamencos que participaban, en los años 20, en las fiestas organizadas por la nobleza en los palacios de la Casa de Alba, a las que solían asistir los reyes de España y sus siempre muchos invitados extranjeros, con decenas de títulos nobiliarios. En entornos idílicos: habitaciones adornadas de tapices góticos y lámparas árabes y jardines con arriates cuajados de flores. Fiestas que atravesaban las madrugadas hasta las claritas del día, entre rondas de cañas de manzanilla, mesas bien abastecidas de viandas y otros placeres. Chacón, Marchena, Montoya, Pastora, La Macarrona, La Pompi… La flor y nata de la flamenquería.

También actuaba en los cafés cantantes y en las ventas del exterior. En una foto de la época lo encontramos en la Venta de Antequera compartiendo mesa con Antonio Rengel y otros asistentes. En Huelva actuó en muchas ocasiones.

Creador de letras

Creó abundantes letras de soleares, seguiriyas, alegrías, martinetes y otros palos. No como un poeta, que no lo era, pero sí con el encanto y la musicalidad  a la manera flamenca que tienen los creadores de lo popular. A los cantaores que le pedían les recomendaba que buscaran en Alosno, porque “los alosneros son quienes hacen más letras, y todas son muy bonitas”. Decía que lo más difícil para el cantaor es ‘colocar la letra’, vocalizar, y que “el que tiene más cabeza para eso es Rafael Pareja”.

Le gustaba mucho el cante y lo practicaba en privado. Enseñó a los más jóvenes algunos de los que crearon artistas viejos; se quedó con sus ecos y transmitió cantes de La Sarneta, Curro Durse, Paquirri, María Borrico, Diego Antúnez…, y del cantaor sevillano Antonio Silva ‘El Portugués’, al que conoció de la sastrería, cuando vivía en Huelva capital, y que tan influyente fue en la gestación de los fandangos de Huelva.

El homenaje de la Peña

En julio de 1974, la Peña Flamenca de Huelva le tributó un extraordinario homenaje en el estadio municipal, en el que intervinieron nada menos que veinte artistas, entre ellos seis guitarristas. Tenía ya 82 años y meses antes del homenaje aún tuvo una última actuación en Santander. En Huelva, el anciano guitarrista… 

ABC Sevilla, 18.05.1976. ABC Sevilla, 18.05.1976.

ABC Sevilla, 18.05.1976.

Cuando la ‘embajada’ de la Peña que fue a visitarle a su casa (Camilo Gómez, Antonio Toscano y  José Calero), durante la charla le pidieron opinión sobre los mejores que había conocido, después de haber acompañado a tantos y escuchado tanto cante, y les dijo: “Sin duda alguna, don Antonio Chacón; después, Tomás Pavón y tío Manuel Cagancho, sin olvidar a Manuel Torre, que fue un gran seguiriyero”. Entre los guitarristas, también “sin dudar Sabicas, y de los presentes, Paco de Lucía”. Y como fandanguero, Antonio Rengel  “fue el mejor cantaor de fandangos de España”.

Murió en Sevilla

Manolo de Huelva murió en Sevilla en 1976 a los 83 años de edad. Fue un creador ortodoxo, genuinamente flamenco,  cuyo toque abrió nuevos campos a los guitarristas jóvenes, que aún hoy se siguen interesando por su obra. Durante más de sesenta años llevó su toque magistral y el nombre de Huelva por el mundo.

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