Diego Ávalos, vicepresidente de Netflix: "El talento andaluz es parte fundamental de la industria audiovisual española"
10 años de Netflix en España
El vicepresidente de contenidos de Netflix para España y Portugal lleva una década al frente de la estrategia creativa de la plataforma en España, donde ha sido una de las piezas clave del éxito internacional de 'La casa de papel', 'Élite', 'La sociedad de la nieve' o 'Berlín', cuya segunda temporada se rueda en Sevilla
Migue Amoedo, director de fotografía: "Netflix nos permite contar historias desde Andalucía hacia el mundo"

Diego Ávalos (Cabo San Lucas, México, 1981) es vicepresidente de contenidos de Netflix para España y Portugal y lleva una década al frente de la estrategia creativa de la plataforma en España, donde ha sido una de las piezas clave del éxito internacional de títulos como La casa de papel, Élite, La sociedad de la nieve o Berlín, cuyo rodaje ha llevado al equipo a recorrer durante semanas el centro histórico de Sevilla.
Precisamente aprovechamos una visita del directivo al rodaje del spin-off de La casa de papel para conversar sobre la revolución que el desembarco de la compañía ha supuesto en esta década para el audiovisual español y, en concreto, el andaluz. Defensor del talento local, conocedor del tejido de productoras independientes y convencido del potencial de comunidades como Andalucía, Ávalos reivindica el papel de Netflix como motor cultural, industrial y económico. “No tenemos que irnos a otra ciudad del mundo cuando tenemos una de las más bellas aquí”, dice sobre la capital andaluza.
Pregunta.¿Cómo ha sido el rodaje de Berlín en Sevilla?
Respuesta.Increíble, la verdad. Andalucía entiende muy bien el valor de la industria audiovisual, y eso se refleja en todo lo que ha hecho el gobierno local para impulsarla. Además, el plató natural que ofrece esta comunidad es espectacular. Sevilla, que es fundamental para la historia de Berlín en esta segunda temporada, está luciendo en pantalla de manera impresionante. Estar en persona en muchas de las locaciones ya es fascinante, pero cuando las ves vestidas y en pantalla, la experiencia es aún más increíble. Es una de las series que más ha viajado a nivel global: la primera temporada estuvo en el top 10 en más de 90 países. Por tanto, podemos esperar que Sevilla aparezca en muchas pantallas en todo el mundo, despertando interés no solo por la serie sino también por la ciudad. Creo que la gente va a disfrutar mucho, y lo bonito es que la arquitectura, el tono y la cultura locales están muy bien reflejados en el guion.
P.¿Cómo está trasladado ese aspecto cultural y arquitectónico a la serie?
R.Más detalles no puedo contar hasta que salga la temporada, pero sí puedo asegurar es que están muy bien trasladados. Está muy presente el alma de Sevilla, aunque para descubrirlo hay que verla en pantalla. Será una sorpresa para el público.
P.¿En qué sitios específicos de Sevilla han estado rodando?
R.Por ejemplo, en el Patio de Banderas, pero hemos rodado por prácticamente toda la ciudad. Varios visitantes han comentado que estamos captando una diversidad de Sevilla impresionante, y la ciudad se presenta en la serie como ella misma, con toda su esencia y autenticidad.
P.¿Cómo decidieron que Sevilla fuera el centro del rodaje para esta temporada?
R.Alex Pina y yo siempre tuvimos Sevilla en mente desde el principio, desde la primera temporada, para situar esta historia. Finalmente decidimos dejarlo para la segunda temporada, pero es un poco absurdo ir a otra ciudad del mundo cuando tienes una de las ciudades más bellas de España aquí. Así que el rodaje se reparte entre Sevilla, Madrid y Donosti.

P.En estos 10 años de Netflix en España, ¿cómo empezó la apuesta por las producciones locales?
R.El germen de las producciones locales en idioma no inglés se remonta casi a 10 años, cuando lanzamos la primera, Club de cuervos en México. Yo fui uno de los impulsores de esa iniciativa, y este agosto se cumplen 10 años de aquel estreno. En octubre también celebramos 10 años de presencia en España. Cuando abrimos la puerta a nuestro universo de historias, comenzamos a producir aquí, en España, pero lo cierto es que ya habíamos detectado un fuerte apetito por el contenido español mucho antes de producir originales. Licenciamos series y películas españolas para Latinoamérica y Estados Unidos, y vimos que títulos como El tiempo entre costuras, El barco, Gran Hotel, Velvet o Águila Roja tenían una gran acogida.
R.El idioma español es un activo enorme, con más de 600 millones de hablantes en el mundo, pero además España tiene una tradición artística muy sólida: un tejido de productoras independientes muy fuerte, y una calidad artística notable que no se limita solo a guionistas, directores y actores, sino que abarca todos los ámbitos creativos. Por ejemplo, los tableros de Gambito de Dama se hicieron en España, y Peris Costumes, una de las empresas de vestuario más grandes del mundo, es española y abastece a producciones internacionales.
R.España es un país con un tejido creativo muy ambicioso en ficción. Celebramos 10 años en España con un centro de producción en Madrid que es espectacular, pero también rodamos en muchas comunidades autónomas. Solo en Andalucía, por ejemplo, hemos rodado más de 20 historias en los últimos años y hay más planeadas para este año. Captar esta diversidad cultural, visual y lingüística aporta una profundidad y variedad de contenido impresionante para nuestra audiencia. Y los datos lo respaldan: en el top 10 de películas más vistas no en inglés en la historia de Netflix, cuatro son españolas. España se ha convertido en un referente pionero en producción audiovisual, y no tiene nada que envidiar a países mucho más grandes.
R.El impacto lo vemos en producciones como La casa de papel o El Hoyo, y acabamos de lanzar Aitana, un docureality que muestra la creatividad española. Todo esto ha sido posible gracias a un trabajo muy sólido del sector público, con apoyos integrales en todas las áreas gubernamentales, lo que convierte a España en un destino atractivo tanto para producciones internacionales como para la creación de historias locales. Esto último es algo que no se ve en muchos otros países que solo atraen producciones extranjeras sin fomentar un boom local.

P.¿Por qué cree que España ha tenido ese boom de producción y talento local?
R.Creo que tiene mucho que ver con el tipo de historias que contamos, que tienen un trasfondo muy arraigado en la literatura española, que lleva siglos viajando por el mundo. Hay un tejido muy potente de productoras, guionistas y profesionales del audiovisual. Además, y esto es algo que he reflexionado mucho, España retiene muy bien su talento. No hay una fuga masiva como en otros países; los profesionales que han trabajado fuera, incluso en Hollywood, suelen regresar porque tienen sus raíces aquí. Eso genera una continuidad y un aprovechamiento del talento local que pocos países tienen.
R.También es importante destacar la calidad de las instalaciones y decorados en España. Pocos países logran ese nivel de realismo que casi parece más auténtico que rodar en escenarios reales, como en dramas médicos tipo Respira. Y, por supuesto, el talento delante de la cámara también ha explotado: actores de La casa de papel, Élite y nuevas caras que han surgido gracias a la distribución global de estas historias. Del lado técnico, España cuenta con eminencias como Migue Amoedo, director de fotografía andaluz, que sigue aportando a la industria con una calidad excepcional. Todo esto nutre la industria audiovisual nacional.
P.Cuando ruedan en distintas comunidades, ¿cuentan con talento local de cada región?
R.Completamente. En cada producción combinamos talento local con equipos externos cuando es necesario. Por ejemplo, en producciones como La chica de nieve, el grueso del equipo es de Málaga y alrededores. En Clanes, el 70% del equipo era gallego. Se trata de ser parte del tejido artístico y económico de cada comunidad donde trabajamos, no solo reflejarlas en pantalla, sino también contribuir a su industria audiovisual. No queremos un enfoque colonialista donde solo traemos gente de fuera y nos la llevamos; eso no crea industria local.
R.Además, nosotros no producimos directamente, sino que trabajamos con productores independientes, más de 60 en España desde que llegamos, lo que demuestra la profundidad y compromiso con una industria sostenible. Un ejemplo claro es cómo hacemos los lanzamientos de nuestras series. Hace unos meses, el evento de lanzamiento de La chica de nieve se hizo en Málaga, su ciudad de origen, y el año pasado el lanzamiento de Clanes fue en La Coruña. Crear entusiasmo y vínculo con las comunidades donde se originan estas historias es fundamental.

P.¿Cómo ha evolucionado la industria audiovisual en estos últimos 10 años?
R.La evolución más clara es el incremento brutal de la ambición en las historias que contamos. También ha habido un desarrollo artístico y técnico que en muchas ocasiones supera a Hollywood. Lo más destacable es el enamoramiento global de las audiencias, algo que no se habría imaginado hace una década. Un punto de inflexión claro fue la llegada de La casa de papel y Élite, que cambiaron el recorrido de la ficción española y abrieron un nuevo paradigma de distribución global. Hoy, con presencia en 190 países y más de 300 millones de suscriptores, nuestras historias cruzan fronteras y llegan a aproximadamente 700 millones de personas en todo el mundo. El impacto de esas series no solo ha sido en la audiencia, sino en la creación de nuevo talento y en el nivel artístico y técnico que ahora se maneja, que ha dado un salto espectacular en solo 10 años.
P.¿Cuál es el siguiente reto para Netflix, para España y para la industria audiovisual?
R.El reto fundamental es seguir encontrando la mejor variedad de historias. Suena básico, pero es el mayor desafío: cómo nutrir a nuestra audiencia local y global con las mejores historias que estén buscando en cada momento. Queremos mejorar el servicio para que todas las historias que producimos en 50 idiomas alrededor del mundo encuentren su público. Pero además, vemos el entretenimiento de manera mucho más amplia, con el crecimiento de los videojuegos, eventos en vivo y experiencias. Por ejemplo, acabamos de lanzar en Las Vegas Netflix Bites, una experiencia gastronómica que combina influencias de nuestras series, películas y documentales. El reto es seguir siendo un referente en la creación y la tendencia del entretenimiento global. No me imagino un reto más grande, pero es el mismo que llevamos afrontando desde hace 10 años.
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