Toros

David de Miranda retoma la senda de la Puerta Grande en Priego de Cordoba

  • Dos orejas ante un lote exigente de Julio de la Puerta.

Había sido cinco días antes en Bayona frente a un mastodonte de Pedraza de Yeltes, lo fue en Zalamea sin lote a donde agarrarse para mostrar su brillante momento; y lo ha sido ayer en la cordobesa Priego donde el de Trigueros ha vuelto a esa senda que siempre se le exige a quienes mas necesitan de todo y que no es otra cosa que la del triunfo a ojos de los demás. Incluso para los que no hayan ido a la plaza. A lo palpable. Al marcador y a las Puertas Grandes. Es así y así ha y que aceptarlo aunque el aficionado, las personas más cercanas, el equipo, sepa que aun cuando no hay Puerta Grande el torero anda en el gran momento de toda se carrera. Temporada de bastantes carteles con el nombre de Miranda puesto en ellos. Labor de apoderado de José Luis Pereda. Labor de torero de Miranda jugándose la barriga de verdad. Especialmente ayer donde la cosa estuvo a punto de un repique.

Evolucionando en su toreo a mejor. Ganando pasos en el status de un escalafón muy duro donde cualquiera te pínta la cara. Miranda es ahora mismo un torero consistente lo pongas en la plaza que lo pongas. Esté en una noche de Rocío con un vendaval del toreo o haga en paseíllo en Bayona o las Ventas. Es un torero capaz de explicarse en el ruedo y que se le entienda con facilidad. Ese es Miranda ahora mismo; alguien que se juega los muslos y además lo firma con una espada certera. Esa espada es la amiga del marcador. La que acerca orejas o las difumina en el pasado.

Ayer en Priego cuentan que esos dos trofeos fueron de ley. Que no se los cortó a un lote de toros insulsos sino a un lote exigente, encastado su segundo, con el David estuvo firme y sereno. Entresaco entre varios los  pasajes en donde la crónica de agencias se hace cierta y definida hacia el triguereño.

Cuentan así el toreo del triguereño ayer en la ya citada Priego de Córdoba.

"Serio y astifino el segundo de la tarde con el que David dibujó la verónica con son y prestancia. Una vara en buen sitio. De Miranda estuvo a punto de ser prendido al intentar el quite con el capote a la espalda. Susto sin consecuencias al ser arrollado. Posteriormente sí firmó un quite por delantales de mucho fuste. Brindis público. Impávido y clavado en la arena -por alto- comenzó el onubense para desarrollar una primera de enorme calado. A partir de ahí, De Miranda se las vio con uno que reponía y marcaba antes de iniciar el viaje -dudas y vencido para adentro- pero ni se inmutó el de Trigueros que se lo pasó muy cerca. Valor frío y capacidad para domeñar esas cosas. David se puso donde los pies queman para ahormar una faena de mucha seguridad y exposición con pasajes por ambos pitones de amplio tonelaje".

El quinto fue un encastado animal. Exigente en todo con Miranda respondiendo en ese toreo con mando y pies clavados en el albero. Consistente el torero ante un toro con volumen y encastada disposición ante la muleta del torero.

"Otro que salió con brío y morfológicamente serio. David, le trató por verónicas y delantales de amplio duende. Lo dejó crudito para apostar por él y lo agradeció el de La Puerta. David inició con sello -en los medios- con el pase de las flores para afianzar una tanda primera de muchísima impronta. La siguiente el toro protestó en demasía aflojando el gas tras imponer las exigencias el onubense con un toreo cosido y de mano baja. Con criterio David acortó distancias -fiel a su personalidad- y se metió entre pitones en un palmo de terreno para construir un toreo milimétrico a los muslos y tirando de una embestida siempre para adelante. Faena muy importante por si metraje y variedad -dos faenas en una- al principio con toreo mandón y ligado y, de “tres cuartos” con un arrimón de órdagos. Estocada hasta la gamuza y oreja por voluntad de un presidente muy cicatero". 

 

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