Las actividades paralelas a los conciertos de un festival de música merecen en ocasiones una atención especial. A este respecto, destaca la 22ª edición de la Muestra de Música Antigua Castillo de Aracena, en cuyo seno se ha desarrollado la undécima edición de la Sociedad Española de la Vihuela, el Laúd y la Guitarra. Estas conferencias y presentaciones en torno al papel de dichos instrumentos a lo largo de la historia es un encuentro cultural apto y muy recomendable incluso para el melómano general. Destacamos algunas de la muestra serrana.

El constructor de instrumentos asturiano Carlos González, que se formó con el maestro Dugot en Francia, inauguraba la XXII Muestra de Música Antigua Castillo de Aracena con una conferencia que supuso algo así como descubrir la cara oculta de la Luna. Bajo el irresistible nombre Stradivarius se involucran no solamente los archiconocidos violines; sino también violas, chelos, arpas, mandolinas y guitarras. El ponente nos mostró imágenes muy contrastadas de piezas originales a las que en algunos casos ha habido que retocar con el correr del tiempo. Una característica curiosa es que estos modelos fabricados por uno de los italianos más universales eran de unas dimensiones mucho mayores al resto de los constructores. Entre los tipos de guitarra Stradivarius que se comentaron figuraban la Sabionari (de 1679), las Ashmolean (conservadas en el museo de Oxford) o el llamativo estuche para la Guistiniani. A añadir la Rawlings, de 1700. Supimos que Luis XIV tuvo acceso a estas guitarras, decoradas en oro y marfil.

Empeño y modestia son compañeros de viaje que ayudan al hombre a llegar a la cumbre. Apasionado por los aspectos más intrincados de la musicología, el historiador onubense David Hernández, que hizo incursiones en la cuerda pulsada con Hopkinson Smith y Patt O'Brien, ha dado a conocer su ardua tarea de transcribir piezas barrocas para laúd al estilo del Renacimiento.

Con la ayuda del también músico e historiador Gabriel Fernández, ha adaptado una decena de piezas correspondientes a autores como Bach, Weiss o de la mejor escuela francesa, con tal de conseguir una nueva perspectiva sonora, compendio que acaba de ver la luz en una edición titulada La dedicasse.

Hernández desgranó con elocuencia y amenidad el proceso de transcripción, no sin recalcar un entusiasmo que trasciende los estrictos marcos del academicismo. Valiéndose de interpretaciones suyas in situ alentó a músicos profesionales y aficionados a que trabajen siempre juntos por ese incondicional prurito artístico.

Reconducir el prestigio de las cosas que los mitos han ido nublando es un tema plausible para una conferencia. Antonio Corona Alcalde, catedrático de Musicología Histórica en la Facultad de Música del King's College, trajo a Aracena el controvertido asunto del laúd en una turbulenta época de la historia de España, cuando se ansiaba la convivencia entre cristianos, judíos y musulmanes. A partir de una narración elaborada con citas e historietas al modo de una obra de teatro, el público conoció de cerca opiniones favorables y adversas en torno al laúd.

El doctor mejicano hizo críticas hacia aquellos estudiosos que han restado valor a dicho instrumento, y para ello esgrimió el sólido argumento de las representaciones religiosas o ambientes aristocráticos españoles donde aparece.

No faltaron comparaciones con la vihuela, pariente directo al que se nombra en la literatura española. Pero fue en el turno de preguntas cuando se vio el efecto del perspicaz enfoque del catedrático, pues surgió un coloquio con momentos de debate entre un público muy participativo.