Fotografía | Latitudes 2020

Elogio a la sencillez y al talento en Latitudes

  • La Casa Colón abre sus salas a un gigante de la fotografía documental, Gabriel Cualladó, y a nueve excelentes exponentes de la prolífica creación artística en la provincia de Huelva, rescatados por el festival

Una de las cosas que distingue a Latitudes desde hace once años es su extraordinaria capacidad para generar diferentes miradas a la fotografía entre el público. Y hay que estar agradecidos a esa plenitud con la que llega también a este 2020, capaz de proponer la misma tarde un acercamiento a uno de los nombres imprescindibles en la Europa de la segunda mitad del siglo XX y a nueve autores de Huelva, más que talentosos, exponentes de la pulsión de la provincia, que la tiene, mucha, también en esta disciplina.

Estas dos nuevas exposiciones inauguradas ayer en la Casa Colón, Cualladó esencial, de Gabriel Cualladó, y Perspectivas, colectiva onubense, contribuyen a engrandecer el Festival Internacional de Fotografía de Huelva y una edición que, en buena medida, se recordará precisamente por estas dos muestras. Porque es la primera vez que recoge obras creadas aquí, en la misma provincia, o fuera, pero parte del talento nativo onubense. Y porque Cualladó es uno de los grandes de la fotografía española que aún quedaba por mostrarse a este público, ávido siempre de lo mejor.

Recorrer la sala Iberoamericana, incluso llena de gente, como en el acto de apertura, provoca en el espectador un estremecimiento profundo. Cualladó es la fotografía. Así, tan llano como sólo logran documentalistas de excepción universal como él mismo. Decía en la sala su hijo Gabriel, el mismo cuyo nacimiento le descubrió la fotografía, al comprar su primera cámara, que la obra de su padre se puede resumir en tres palabras: poesía, sencillez y autenticidad. Las tres, ciertamente, elevadas a su versión más poderosa, inapelable, muy grandes en su conjunto, enormes en la individualidad.

Ésta es la tercera vez que se expone Cualladó esencial, producida por la Comunidad de Madrid y la Fundació Catalunya La Pedrera. Decía ayer su comisario, Antonio Tabernero, que ha sido en esta sala de la segunda planta de la Casa Colón donde ha encontrado su sitio, donde cada pieza ha encajado en el conjunto. Es ahí donde, en la tranquilidad de días venideros, cada uno podrá acercarse a cada fotografía, de la serie parisina o de su caja de zapatos de tiradas familiares, y admirar la opacidad más allá del brillo, como dice Tabernero: quitar la representación y buscar el interior. Será así como muchos descubrirán a un autor esencial para aficionados y devotos de este arte, Gabriel Cualladó (1925-2003), reivindicado en los últimos años de su vida antes de volver a caer en el olvido. Un rescate éste, ahora, fundamental para admirar la esencia, pura, como con muy muy pocos.

Es el destino que muchos de los nueve autores de Huelva que exponen en la Sala de los Brazos les gustaría encontrar, probablemente, durante su camino detrás de la cámara. María Clauss, Pilar Lozano, Eduardo Pereiro, Joaquín Pérez, Julián Pérez, Alberto Rey, Juan Luis Rod, Sergio Texeira y Chez Valencia. Todos son una gran muestra de la excelente fotografía que se hace en esta provincia, que ha encontrado en la Escuela de Arte León Ortega uno de los viveros más prolíficos que pueda tener una esquina olvidada de la Península.

Hay más, y seguro se verán en Latitudes estos años que, esperemos, quedan por llegar. La primera aproximación, por lo pronto, no ha podido quedar mejor, con un montaje exquisito, con el esplendor del gran formato, sólo una obra por autor, que engrandece ese espacio tan singular que es esta pequeña sala que brilla bajo las escaleras. Es el fulgor de estilos, lenguajes, mensajes para hacer más grande la sala, para hacer crecer un festival que nos regala dos meses para disfrutar.

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