Cómo es vivir con VIH hoy: la historia de dos personas de Huelva a las que todavía les duele el estigma

Luis y Pepe son una pareja diagnosticada de VIH que asegura vivir con la enfermedad totalmente controlada, pero que en pleno 2025 siguen escuchando comentarios despectivos hacia los pacientes de este virus

Expertos alertan de que la mitad de los casos de VIH se detectan tarde: "Una diabetes puede ser más peligrosa que un VIH controlado"

Un mural con la palabra VIH.
Un mural con la palabra VIH. / Ana Escobar (EFE)

Vivir con VIH en 2025 poco tiene que ver con épocas pasadas, cuando el miedo cobraba protagonismo en las vidas de los pacientes. Pepe y Luis -nombres ficticios para mantener el anonimato- lo saben bien. Ambos son pareja y llevan una vida completamente normal, sin efectos secundarios por el tratamiento inyectable bimensual y con la tranquilidad de tener la salud controlado. Sin embargo, lo que más pesa no es el virus de la inmunodeficiencia humana, sino los comentarios que todavía escuchan a su alrededor, señales de un estigma que persiste pese a los avances terapéuticos de los últimos años. La historia de esta pareja residente en Huelva es también la de muchas personas que fueron diagnosticadas de forma inesperada, con alguna otra patología previa que reveló aquello que durante años pasaba desapercibido. Pepe y Luis, tiempo después de su diagnóstico, hablan desde la serenidad y el conocimiento. Y lo hacen este 1 de diciembre -Día Mundial del VIH- para recordar que el virus no define a quienes lo tienen; lo hace la información, la adherencia al tratamiento y, sobre todo, el trato humano.

Ambos recuerdan, en declaraciones a esta Redacción, cuando tiempo atrás fueron diagnosticados. Luis fue diagnosticado a raíz de una neumonía "que se me complicó mucho e incluso hizo peligrar seriamente mi salud". Un detonante que se tradujo en unas pruebas que resultaron positivas: "si no hubiese tenido neumonía, nunca me hubiera enterado porque yo soy una persona sana, por lo que nunca tiendes a pensar en hacerte estas pruebas".

Lejos de caérsele el mundo encima, a Luis no le afectó aquel diagnóstico. "Yo tenía mucha información porque ya en el instituto una profesora se preocupó de tratar el tema y estuvimos varios meses con ello". Acto seguido, tras confirmarse que Luis padecía de VIH, su pareja recibiría la llamada para someterse a las pruebas, que tendrían el mismo resultado. Pepe, al igual que Luis, también recibió la noticia con seguridad y confianza, sobre todo, porque también contaba información: un familiar mío también lo tenía y vivía con normalidad".

A esta pareja la vida no les ha cambiado. "Nuestra vida es igual que antes; la única diferencia es que ahora lo sabes y tienes que tener cuidado y un control del tratamiento", coinciden. Este último es mediante un fármaco inyectable bimensual, "por lo que es muy cómodo", afirman ambos, que recuerdan cuando hace un año tomaban una pastilla diaria, "un tratamiento más difícil de seguir porque todos los días tenías que acordarte de ella: Ahora, en cambio, solo tenemos que ir una vez cada dos meses al hospital". Una realidad que agradecen, también por los profesionales, "quienes además del seguimiento, ejercen un gran soporte emocional con los pacientes", aseguran.

La normalidad con la que viven con el VIH Luis y Pepe contrasta con "el estigma que todavía vemos a nuestro alrededor". De hecho, "por ello no lo hemos querido contar". Mientras que Pepe sostiene que "sigo escuchando comentarios y me doy cuenta de que la gente tiene una reacción muy negativa al VIH", Luis recuerda cómo "un compañero de trabajo hizo un comentario despectivo de una chica diciendo que esa seguro que tiene el sida". Lo achacan a que "la población no tiene conocimiento y no saben de lo que hablan, porque quien sí conoce la enfermedad, la entiende de un modo distinto".

Pepe y Luis viven con el VIH exactamente igual que antes de su diagnóstico: con salud, con estabilidad y con un tratamiento que les permite olvidarse del virus durante semanas. Aun así, el testimonio que han querido compartir con Huelva Información revela que aún queda un camino por recorrer. Y no en lo clínico, sino en lo social. Mientras la ciencia avanza y convierte el VIH en una condición completamente controlable, el estigma sigue anclado en mitos del pasado. En este 1 de diciembre, su historia invita a mirar más allá del miedo y descubrir una realidad que apenas se cuenta: la de miles de personas que conviven con el VIH en silencio, con normalidad y con dignidad, esperando que la sociedad avance al mismo ritmo que la medicina.

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