Huelva

El último adiós de Huelva a Miguel Báez 'Litri'

Entrada del féretro en la iglesia de la Concepción.

Entrada del féretro en la iglesia de la Concepción. / Alberto Domínguez (Huelva)

A hombros de su gente, de su familia, de sus íntimos y cubierto por un capote de paseo con la Virgen de la Cinta bordada sobre él. Miguel Báez Espuny ‘Litri’ recibió el último adiós de Huelva. Se marcha el hombre, el torero, pero queda la leyenda eterna del onubense que hizo del orgullo por su tierra su mayor triunfo.  

La Concepción se llenó de su gente del toro, pero también de onubenses agradecidos que tributaron un merecido último aplauso. Litri se marcha dejando atrás el legado, el recuerdo y el cariño de su ciudad. Queda la leyenda del torero del Barrio San Sebastián que fue figura y bandera de Huelva. Sus vecinos de siempre, los que conocieron a la persona y también aquellos que disfrutaron del torero, lo acompañaron.

No faltó Curro Romero. Aquel que compartiera cartel y albero tantas tardes estuvo a su lado en la despedida. El diestro de Camas viajó desde Sevilla para brindar un último quite a su compañero. Ganaderos de Huelva, diestros como Tomás Campuzano o Emilio Silvera. También estaban Martín Pareja-Obregón, El Marismeños o viejos amigos como la gente de su peña taurina o el exalcalde Pedro Rodríguez. Estuvieron presentes el alcalde de la ciudad, Gabriel Cruz, y representantes institucionales así como el presidente de la Hermandad Matriz de Almonte, Santiago Padilla,quien depositó un ramo sobre el féretro.

Miguel Báez Espuny ‘Litri’ falleció el pasado miércoles en Madrid a los 91 años. Fue allí donde se celebró un primer responso y fue velado por amigos y conocidos. Su deseo era descansar en Huelva. El viernes a primera hora de la mañana llegaron sus restos al Ayuntamiento de la capital, donde se instaló una capilla ardiente por la que desfilaron miles de onubenses. También muchos compañeros suyos y amigos de la familia. Siempre escoltado por sus hermandades de la Borriquita, Pasión, Huelva y la Cinta, de la que era el hermano número 1.

La ceremonia la ofició Diego Capado, sacerdote titular del templo, rociero y con vínculos personales con la familia. Fue emotivo compartir recuerdos en el consuelo por la pérdida de un ser querido. Lo imaginó organizando el festival de Higuera junto al cura Girón desde el cielo. La ceremonia fue un homenaje onubense a quien siempre defendió su tierra. Fandangos del Pecas, Mario Garrido y Andrés El Lepe rompieron la solemnidad del silencio ante el féretro durante la comunión. Y las palmas por Huelva, siempre Huelva. Esas que tantas tardes arrancó en los tendidos de La Merced lo acompañaron por última vez en el interior de la iglesia de la Concepción.

El momento más emotivo lo protagonizó su viuda. Concha Spinola leyó un escrito dedicado “a Miguel”. Mantuvo un diálogo con el diestro en presente, siempre en presente porque “no te has ido, no hablamos de ti en pasado, no te nombramos como ausente”.  

A las puertas del templo cientos de personas lo ovacionaron. Tras la misa su cuerpo fue trasladado hasta el cementerio de La Soledad de la capital onubense, donde en la intimidad de los suyos y recibió sepultura en el mausoleo familiar. Litri disfruta ya de la eternidad que se ganó en vida.  

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