Patrimonio

El trono recuperado de Palacio

  • El local de la antigua Papelería Inglesa reabre en unos días en la céntrica calle como inmobiliaria

  • El arco de la fachada y sus elementos vuelven a brillar tras un profundo proceso de restauración

Arco reconstruido en el edificio de Palacio 13 donde se ubicó la Papelería Inglesa.

Arco reconstruido en el edificio de Palacio 13 donde se ubicó la Papelería Inglesa. / Josué Correa

Nueve meses y una pandemia después, las obras de reforma en el número 13 de la calle Palacio han terminado. Huelva recupera ahora uno de los edificios más significativos del centro urbano, con una historia muy vinculada a la ciudad y el arranque del siglo XX. La que entonces fue Papelería Inglesa vuelve del olvido para retomar el lugar destacado que le corresponde en el casco histórico.

En sólo unos días está previsto que abra la inmobiliaria Lyncis Real State, que ocupará ese local de planta baja enmarcado por el extraordinario arco creado por el arquitecto jerezano Francisco Hernández-Rubio en 1908. Lo proyectó ese año como Casa de la viuda de Muñoz, para la conocida familia de impresores editora de La Provincia que también disfrutó de La Casona. Y ahora renace con este proyecto del equipo de Lyncis Design, con el arquitecto Alfredo González González a la cabeza, como parte del Grupo Lyncis, nuevo propietario e inquilino del edificio.

Los trabajos de restauración han sido integrales, en estrecha colaboración con el departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Huelva, que los ha supervisado en todo momento por su catalogación en el Plan Especial del Casco Histórico de Huelva.

González ha quedado satisfecho con el resultado general de la intervención, en la que destaca la aportación de empresas onubenses, como la moguereña Modekons Prefabricados, para las molduras de hormigón; Carpintería Quitoli, de Paterna del Campo, para toda la carpintería interior y exterior; y Copeinsur, para la obra general.

Puerta de acceso a la estancia de la primera planta de la vivienda, con la puerta reconstruida y las baldosas hidráulicas originales. Puerta de acceso a la estancia de la primera planta de la vivienda, con la puerta reconstruida y las baldosas hidráulicas originales.

Puerta de acceso a la estancia de la primera planta de la vivienda, con la puerta reconstruida y las baldosas hidráulicas originales. / Alberto Domínguez

Las notas más destacadas están en el exterior, donde la actuación más urgente y necesaria era la rehabilitación del arco de ladrillo que le da carácter a la edificación. Pero también se ha trabajado a fondo en el interior, tanto en el propio local comercial como en las dependencias de la vivienda, donde se ha optado por una intervención minimalista, con el menor impacto en la estructura y manteniendo los elementos originales en mayor medida, pese a no contar con la obligación de conservación.

Interior del local que acogerá la inmobiliaria con ladrillo visto y suelo de la obra original. Interior del local que acogerá la inmobiliaria con ladrillo visto y suelo de la obra original.

Interior del local que acogerá la inmobiliaria con ladrillo visto y suelo de la obra original. / Josué Correa

Es, de esta forma, que se ha mantenido la barandilla en la escalera de la casa, con nuevos peldaños de mármol y pasamanos de madera. Precisamente sobresale todo el nuevo trabajo de carpintería, ya que las puertas interiores y las exteriores de la vivienda, a pie de calle, las ventanas y el balcón de la primera planta, han sido reproducidas de manera absolutamente fiel a las originales para su sustitución, incluida la forja que muchas hojas acristaladas conservaban, y que también contribuyen a la personalidad del edificio.

Dovela que remata el arco, reconstruida en hormigón a partir de fotografías antiguas. Dovela que remata el arco, reconstruida en hormigón a partir de fotografías antiguas.

Dovela que remata el arco, reconstruida en hormigón a partir de fotografías antiguas. / Alberto Domínguez

Una de las esquinas del zócalo de entrada recuperadas tras ser destruidas décadas atrás. Una de las esquinas del zócalo de entrada recuperadas tras ser destruidas décadas atrás.

Una de las esquinas del zócalo de entrada recuperadas tras ser destruidas décadas atrás. / Alberto Domínguez

Los suelos de baldosas hidráulicas en primera y segunda planta han sido conservados, al igual que el de mármol que estaba oculto en el local comercial, limpiado y pulido para brillar ahora de nuevo.

El tratamiento de las paredes ha llevado a dejar visto el ladrillo de la obra original en algunos paños, combinados con acabados en perlita, eliminando tabiques y añadidos posteriores para dejar las estancias limpias, de manera más fiel posible a la planta proyectada en 1908.

Pero la apuesta más ambiciosa ha estado en la fachada. Y las mayores dificultades, con el añadido del estado de alarma. El arquitecto reconoce que han sido muchas las pruebas que han debido hacer, con encargo de fabricación expresa de las piezas de ladrillo prensado y de las baldosas verdes de la fachada. Sólo en el arco se han llevado meses para lograr la mejor solución posible, dada la necesidad de restauración con elementos constructivos, y que ha llevado a sustituir completamente los dos tramos destruidos en un minucioso proceso que ha llevado a ajustar uno a uno cada ladrillo.

Los remates con las dovelas de arranque y superiores se han reproducido a partir de las fotografías existentes del edificio original, al igual que las molduras y las esquinas del zócalo destruidas o las rejillas de los respiraderos del sótano, fielmente reintegradas.

Son muchos los detalles a apreciar y celebrar en esta restauración. Un ejemplo del camino a seguir por otras edificaciones, en ese deseado cometido de salvar el escaso patrimonio que queda en pie en Huelva.

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