Las mascarillas de los más pequeños han dejado atrás el aspecto pálido que las caracteriza y se han vestido con atuendos coloridos para hacer frente a la crisis producida por la propagación del coronavirus.

El pasado fin de semana en el hogar del fotoperiodista de Huelva Información, Alberto Domínguez, y de la docente, Elena Oliveros, comenzó a germinar la idea de transformar el “asustadizo” aspecto que irradian las mascarillas.

Para ello, ambos contemplaron la realización de dibujos coloridos en estos elemento de protección, si bien además también se trata de una actividad más para que el aburrimiento no aparezca durante el período de aislamiento.

Rápidamente, ambos comunicaron su idea al resto de familiares que tienen niños pequeños en sus casas, en tanto que, como los niños “conciben las mascarillas como algo malo por la apariencia que tienen, podría ser una buena forma de cambiar esta perspectiva”.

Alberto y Elena, impulsores de la idea.

Maravillados por la idea, los pequeños de esta familia tomaron sus rotuladores para plasmar sobre estos materiales aquello que les da felicidad. De este modo, comenzaron a asomar radiantes sonrisas por todas las mascarillas, aunque también algunos optaron por pintar emoticonos o un arco iris, uno de los elementos más coloridos y que mayor paz trae a los hogares.

Con un pensamiento que buscaba entretener a los más pequeños, Alberto y Elena extienden su idea al resto de casas de Huelva con el objetivo de que los niños den rienda suelta a su imaginación y puedan ver en las mascarillas un tinte positivo dentro de la vorágine de acontecimientos desencadenados por el Covid-19.