El servicio religioso de la Universidad de Huelva, en pleno auge: "Las misas se llenan de jóvenes porque la gente necesita encontrarse"

El Saruh permite a los jóvenes que viven en la residencia, a los Erasmus y a otros universitarios "hacer familia" en un entorno donde se busca la conexión, el acompañamiento y, según su director, Enrique Uzcátegui, una respuesta al "vacío existencial" que experimentan las nuevas generaciones

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El obispo, Santiago Gómez, en la capilla universitaria junto a los jóvenes y miembros de la comunidad universitaria.
El obispo, Santiago Gómez, en la capilla universitaria junto a los jóvenes y miembros de la comunidad universitaria. / M.G.

Muchos conocen el entorno del Campus del Carmen y de la Facultad de La Merced en Huelva. Saben de la vida universitaria, de la beca Erasmus, del servicio de Cultura, la Biblioteca o incluso de la residencia de estudiantes de la que disponen los jóvenes en la capital. Sin embargo, lo que algunos desconocen a día de hoy es que en la Universidad de Huelva también hay un área reservada para la fe.

Enclavada en el antiguo polvorín -de los tiempos en que la Onubense era un cuartel militar-, la iglesia universitaria Santa María Sedes Sapientiae se configura hoy como un espacio de oración para estudiantes, personal de administración y servicios, docentes e investigadores, donde tiene lugar la celebración de la Eucaristía en la Universidad. Se trata del punto de encuentro entre los diferentes miembros de la comunidad universitaria para rezar y participar de los sacramentos, fortaleciendo, además, la convivencia entre ellos.

Y aunque algunos no hayan escuchado hablar de este singular servicio, lo cierto es que lleva activo desde 1997 y se encuentra "en pleno auge". En estos momentos, está experimentando un notable "estallido de interés espiritual" entre la comunidad universitaria, especialmente entre los más jóvenes. Lejos de ser un servicio residual, el Saruh se ha consolidado como un espacio clave de acogida, acompañamiento y encuentro, con una afluencia de participantes que, según su director, ha tenido un "aumento exponencial en los últimos años."

Enrique Uzcátegui, vicario y director del servicio religioso, destaca que la participación en las actividades religiosas es significativa y creciente. La clave, explica, reside en la adaptación a la realidad universitaria. "No es como una parroquia al uso. Adaptamos los horarios a las clases y a la disponibilidad de la comunidad", señala.

Enrique Uzcátegui junto a las Siervas del Hogar de la Madre.
Enrique Uzcátegui junto a las Siervas del Hogar de la Madre. / JOSUÉ CORREA

El mejor ejemplo, dice, es la misa de los lunes a las 20:00, que logra llenar la iglesia universitaria. Lo singular es que esta afluencia se nutre de una gran diversidad: estudiantes, profesores, miembros del Personal de Administración y Servicios (PAS), y también vecinos de los alrededores que, al aprovechar el paseo por las zonas verdes de la Onubense, se acercan a participar. Incluso familias que pasean a sus mascotas o se encuentran de descanso en otras parroquias aprovechan la accesibilidad de la capilla universitaria.

"Tras la misa, además, tenemos la Hora Santa, que congrega a una media de 60 personas cada lunes, atrayendo a estudiantes que terminan su jornada de estudio en la biblioteca y buscan un momento de oración", explica el director.

Jóvenes de la Pastoral universitaria.
Jóvenes de la Pastoral universitaria. / M.G.

Más allá de los actos litúrgicos, el Saruh se percibe como un verdadero núcleo de vida universitaria y de creación de lazos. Uzcátegui subraya el papel de "hacer familia" que desempeña la capilla, especialmente para los residentes universitarios y los estudiantes Erasmus: "La capilla les permite hacer familia. Un espacio para compartir sin importar la carrera que estudie cada uno o el lugar de donde venga", resalta.

Para facilitar esta integración entre los nuevos estudiantes, confiesa que incluso la propia Sacristía se ha transformado en una sala de estudio a la que acuden más de 180 jóvenes organizados a través de un grupo de WhatsApp, demostrando su implicación. Además, el servicio cuenta con la colaboración esencial de las Siervas del Hogar de la Madre, muchas de ellas jóvenes con carreras universitarias que ofrecen un vínculo estrecho y conocen de primera mano la dinámica estudiantil.

Jóvenes en la capilla de la UHU.
Jóvenes en la capilla de la UHU. / JOSUÉ CORREA

Un lugar donde los jóvenes "buscan refugio y respuestas"

El director, de 35 años, considera que la accesibilidad del servicio religioso y la edad de él mismo, contribuyen a que los jóvenes se sientan "entendidos" y se animen a participar. Sin embargo, explica que ese aumento del interés de los jóvenes por la vida religiosa se debe a algo más profundo: "a un vacío existencial" que el bienestar actual parece haber generado.

"La gente necesita calor, necesita encontrarse, necesita conectar con lo trascendente y eso se está viendo", afirma Uzcátegui, destacando que esta inquietud espiritual es visible incluso en figuras públicas e influencers de hoy en día como la propia cantante Rosalía.

El Saru, que trabaja en coordinación con vicerrectorados como el de Desarrollo Humano, no solo proporciona ayuda espiritual, sino también "acogida" y acompañamiento en momentos de crisis y situaciones personales. Su misión, concluye, es ofrecer un servicio para que los cristianos en la UHU, que a veces pasan más tiempo en la universidad que en casa, puedan vivir su fe e iniciar la búsqueda de respuestas a sus preguntas existenciales.

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