Riotinto, un laboratorio natural para explorar Marte en la Tierra
Huelva Paranormal
El hallazgo más fascinante es el de organismos pluricelulares en lo profundo de las rocas, alimentándose de hierro y sobreviviendo en la más completa oscuridad
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En el sur de España, en Riotinto, entre paisajes áridos y rojizos se esconde un entorno ácido y hostil que ha capturado la atención de científicos de todo el mundo. Este río, conocido por su característico color rojizo, es más que un fenómeno geológico; es un lugar que, desde hace más de 30 años, se ha convertido en un laboratorio natural para el estudio de la astrobiología. ¿El motivo? Su semejanza con el planeta Marte.
El equipo de investigadores del Centro de Astrobiología de Madrid ha encontrado en Riotinto un análogo terrestre de Marte, un entorno que les permite estudiar cómo podría ser la vida en condiciones extremas fuera de nuestro planeta. “Desde un punto de vista geoquímico y mineralógico, esto es Marte en la Tierra”, señalaba Ricardo Amils, astrobiólogo y pionero en el estudio de esta región.
Un entorno extremadamente hostil
Riotinto presenta un ambiente único: aguas con un pH cercano a 2,3, altamente ácidas, y un contenido de oxígeno que disminuye drásticamente en sus profundidades, donde los sedimentos son prácticamente anóxicos. Este entorno parece incompatible con la vida, pero los científicos han descubierto que no solo existe vida aquí, sino que es fundamental para los procesos químicos que dan al río su característico color rojo.
El hallazgo más fascinante en Riotinto ha sido la existencia de organismos unicelulares en lo profundo de las rocas, alimentándose de hierro y sobreviviendo en completa oscuridad. “La vida en estos ambientes no depende de la luz y se desarrolla en condiciones extremadamente pobres en nutrientes”, explicaba Cristina Escudero Parada, estudiante de la Universidad Autónoma de Madrid. Este tipo de vida subterránea es especialmente relevante para los estudios de astrobiología, pues sugiere que formas similares podrían existir en Marte u otros cuerpos celestes.
Riotinto como modelo para la exploración espacial
Las muestras recolectadas en Riotinto no solo revelan la resiliencia de la vida en condiciones extremas, sino que sirven como referencia para desarrollar y probar tecnologías que se usarán en la búsqueda de vida extraterrestre. Víctor Parro, también del Centro de Astrobiología, comentaba: “Si nuestra instrumentación funciona en estas condiciones, creemos que puede funcionar también en Marte”.
El interés de los astrobiólogos no se limita a Marte. Misiones como JUICE de la Agencia Espacial Europea, que explorará las lunas heladas de Júpiter como Europa y Ganímedes, tienen a este equipo de científicos expectantes. Estas lunas, con océanos subterráneos cubiertos por gruesas capas de hielo, podrían albergar ambientes similares a los simulados en laboratorios. En estos estudios, los investigadores someten muestras a presiones de hasta 10.000 atmósferas para recrear las condiciones de esos océanos.
La vida en el subsuelo
Si bien la vida inteligente fuera de la Tierra sigue siendo una idea lejana y especulativa, el descubrimiento de microorganismos adaptados a ambientes extremos, como los de Riotinto, abre la puerta a la posibilidad de encontrar formas de vida simples en nuestro sistema solar. Escudero Parada enfatizaba: “No es la vida que conocemos en los laboratorios, donde los microorganismos se reproducen en horas. Aquí hablamos de tiempos geológicos de duplicación, una vida completamente diferente, pero que sigue estando viva”.
Hace apenas una década, la idea de encontrar vida en otros planetas o lunas de nuestro sistema solar era recibida con escepticismo. Sin embargo, los avances en Río Tinto han dado un giro a esta percepción. Según Amils, "La Tierra y Marte son planetas gemelos con un origen común y una geología similar. Si hay vida en la Tierra, ¿por qué no podría haberla en Marte?"
Los estudios en Riotinto continúan ofreciendo valiosas lecciones y sugiriendo que, aunque pueda ser microscópica y lenta en su desarrollo, la vida tiene una extraordinaria capacidad para adaptarse a las condiciones más adversas. Esta investigación no solo nos acerca a comprender mejor nuestro propio planeta, sino también a imaginar cómo podría ser la vida más allá de la Tierra.
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