Cómo regular y no perder la energía vital

Gente Inteligente

¿No le ha pasado nunca que se ha sentido apurado o apurada por el trabajo, con agobio y estrés, y ha reaccionado dedicándole aún más horas? Eso no es eficaz ni inteligente

Cómo regular y no perder la energía vital
Lola Pelayo

06 de febrero 2022 - 06:02

Hay una pregunta muy interesante que puede hacerse para saber si regula bien su energía vital: ¿usted se recarga? Si ahora mismo está poniendo una cara rara o la respuesta es no, posiblemente lleva su vida en peso, casi siempre lidiando con la urgencia y con el estrés por bandera. Recargar es lo que hacen las personas que gestionan su energía vital, porque saben que es finita y deciden cuándo parar para recuperar fuerzas antes de tener un problema de salud. Y es que, no sé si ya se ha dado cuenta, pero usted no tiene superpoderes

Aclaremos que cuando hablamos de gestionar la energía vital no sólo nos referimos a la gestión del tiempo o de las tareas, es algo mucho más importante. La energía vital es esa fuerza que necesitamos para hace cosas, para relacionarnos, en menos palabras, para vivir.

Y como ya ha quedado claro que no tenemos superpoderes, nuestra energía es como una batería recargable. Pero pasa que, demasiadas veces, cuando la vida nos supera y un tsunami laboral o personal nos pasa por encima, tendemos a dedicar aún más horas al trabajo o a eso que nos atropella. No siempre nos acordamos de recargar la batería. Pensamos que no tenemos tiempo o que no nos lo podemos permitir. Y la consecuencia puede ser sufrir un peligroso ‘triplete’: agotamiento físico, psíquico y emocional.

Para evitar llegar a ese extremo, debe reaccionar antes, prevenirlo, cambiar hábitos de vida para automatizar sus ‘recargas’. Y no se trata de hacerlo de un día para otro, ¿o el primer día que hace running corre usted una hora entera? Pues esto que tenemos tan claro con el deporte, con nosotros y nosotras se nos olvida.

Así que la primera sugerencia de hoy es que se prepare bien para poder cumplir una de las máximas de la Inteligencia Emocional: cuídese usted para poder cuidar de las demás personas.

Conciencia, amor propio y optimismo realista

Hay tres ingredientes básicos para gestionar bien la energía y evitar el fatídico triplete. El primero es tomar conciencia de sus posibilidades y sus limitaciones, porque eso le hace muy capaz de tomar la decisión de cuidarse, de hacerlo además sin culpa y bastante antes de que la falta de energía se convierta en un problema. Es el preciado autoconocimiento, esa habilidad que es el pilar de su inteligencia emocional. ¿Usted se conoce?

También va a necesitar romper la creencia social de que el amor propio es egoísta. Cambie la perspectiva. ¿Y si eso de cuidarse y ponerse por delante alguna vez lo pone usted al servicio de las demás personas? Porque si usted no está bien…

El tercer ingrediente es saber considerar el tiempo y los recursos que tiene de forma realista, que no pesimista. Sea optimistamente realista, calcule muy bien el tiempo de que dispone y repártalo adecuadamente sin olvidarse de usted y de su batería. Y recuerde que no se trata sólo de gestionar su tiempo o sus tareas, lo más importante es gestionar su energía.

Así que, para lograr todo esto, aquí van algunas conductas sugeridas.

-Haga usted lo que les recomendaría a otras personas. Comer sano y dormir las horas suficientes para mantener la salud. Hacer un poco de ejercicio, para producir dopamina y serotonina entre otros neurotransmisores que nos ponen las pilas. Trabajar el pensamiento positivo. Hacer lo que le apasiona de forma más frecuente, aunque sea una vez al mes, ¿al trimestre, al menos?

¿A que ya sabía todo esto? Ahora hágase caso usted y empiece por añadir alguna de estas tareas básicas a sus rutinas. Y no diga que no tiene tiempo, que puede hacer llamadas de trabajo mientras camina o ponerse una alarma para irse a la cama, por ejemplo. Cumpla su compromiso tres o cuatro semanas seguidas. El poder del hábito hará el resto

-Dedique un momento cada día a organizarse y diferenciar lo importante de lo urgente. Perdemos mucha energía procrastinando las tareas que creemos que nos van a costar más esfuerzo o las que nos obligan a relacionarnos con esas personas que nos desequilibran, por ejemplo. Y también perdemos energía en tareas ‘basura’ que nos aportan poco, pero nos dan la excusa perfecta para no meterle mano a las primeras. Una de las mía es ‘limpiar’ la bandeja de entrada del correo cuando más lío tengo… ¿Sabe cuáles son sus tareas basura?

Por supuesto, es importante identificar cuáles son sus ladrones de energía, para poder evitarlos, pero también identificar cuáles son sus horas más productivas o sus momentos más energéticos, para aprovecharlos. Lo más recomendable suele ser empezar por las tareas que le requieren mayor concentración e influyen más en alcanzar sus objetivos. Y para eso es fundamental evaluar por separado lo urgente y lo importante. ¿Sabe diferenciarlo? Porque lo suyo sería empezar por lo que es importante y urgente, agendar lo que es sólo importante y hacer después lo que es sólo urgente. ¿Qué opina?

-Escuche su cuerpo y programe pequeños descansos. El cuerpo es un gran mensajero. Atender las señales que nos manda en forma de picores, leves dolores de cabeza o tensiones musculares es muy útil para saber cuándo parar. Cada 2 o 3 horas chequee sus sensaciones, y dese un respiro de 15-20 minutos. Deje de mirar la pantalla, dese un paseo, respire… Desconectar tiene efectos maravillosos en su creatividad y su productividad, y aún más poderosos en su salud. De usted depende saber escuchar su cuerpo y evitar problemas más graves.

-Identifique qué le desequilibra emocionalmente y actúe. Y de todo, lo más efectivo para cuidar de su energía vital es evitar los desagües por donde la pierde. Y si no puede evitarlos, ármese de inteligencia emocional y sea menos vulnerable.

Personas tóxicas, pensamientos negativos recurrentes, niveles desproporcionados de autoexigencia, intolerancia a la presión, inflexibilidad, resistencia al cambio, ¿qué le desequilibra a usted? Identifíquelo y haga algo para algo para defenderse.

La autogestión emocional es la mejor herramienta para regular su energía. Hacer crecer su inteligencia emocional es el mejor camino. Y no hay inteligencia emocional sin acción. Actúe.

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