Raúl Rodríguez celebra 30 años de trayectoria: "Llevo décadas haciendo música de frontera entre flamenco y el resto de géneros"
"Investigo y pongo en contacto músicas que aparentemente son muy lejanas, pero que también ya conviven con nosotros"
"Creo que es importante vincularse con gente que esté lo suficientemente lejos de tu mundo como para que te tengas que acercar a esa otra forma de ser y esa otra forma de tocar música"
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Huelva/Raúl Rodríguez, músico y antropólogo, o antropomúsico como él mismo se define, lleva tres décadas mezclando la tradición con la creatividad viajando entre géneros sin pasaporte. Con una trayectoria que combina el estudio riguroso de las raíces musicales con una pulsión creativa incesante, la creación del tres flamenco y la reciente composición de una banda sonora, Raúl Rodríguez no solo toca y compone: investiga, rescata, mezcla y reformula.
El músico se encuentra preparando el concierto que dará el 11 de julio en Harina de otro Costal, pero no se detiene. Rodríguez ya se encuentra componiendo para sorprendernos con su cuarto disco en solitario y un proyecto que fusiona de las músicas más ricas que ha encontrado hasta el momento.
No estamos tan solos, lo que estamos es muy lejos.
Pregunta.Vas a actuar el día 11 de julio en Harina de otro Costal, en Trigueros, con '30 años en la frontera' ¿qué puede esperar Huelva de ese concierto?
Respuesta.Es un concierto que voy a hacer con el trío con el que normalmente trabajo y va a ser un concierto de celebración realmente. Celebración de que llevo 30 años en la carretera haciendo música de frontera entre flamenco y todo el resto de géneros. Música cubana, la música africana, rock and roll... Todas las músicas que están un poco en la frontera con el flamenco, que ha sido un poco mi especialidad y es un trabajo delicado porque hay que estar muy despierto para mezclar la tradición con la creatividad, también hay que ser muy cuidadoso. Por eso creo que llevar 30 años haciéndolo es motivo de celebración.
R.Ahora llevo 10 años con carrera en solitario además de otras cosas que he hecho en estos 30 años después de haber trabajado durante 20 años como guitarrista con Kiko Veneno, muchos años también con Javier Ruibal, con Santiago Auserón, con muchos artistas que de alguna manera me han dado cada uno una enseñanza muy particular y en este concierto de 30 años en la frontera quiero también un poco pasar no solamente por mis obras, sino por algunas de las obras de estos maestros que también me han alimentado, haremos alguna que otra versión.
R.Me gusta mucho poder hacer este concierto con el trío con el que trabajo que está formado por dos músicos extraordinarios y buenos amigos, Juanfe Pérez al bajo y Jimmy González que toca la batería. Somos un trío muy efectivo en el que llevo trabajando los últimos años con mucha felicidad y además me da especial alegría hacerlo en Harina de otro Costal porque es un lugar al que le tengo un cariño enorme y una admiración tremenda por el trabajo que hacen por la cultura desde hace tantos años Juan Manuel y Lourdes y todo el equipo. Es un sitio especialmente bonito y despierto para la música.

P.Además de este concierto ¿en qué otros proyectos de futuro estás embarcado?
R.Estoy muy centrado en la composición de mi siguiente disco, el que será el cuarto disco que haga el solitario, que si todo va bien, lo sacaremos el año que viene. Sigue la línea de lo que ando haciendo de investigar y poner en contacto músicas que aparentemente son muy lejanas, pero que también ya conviven con nosotros. Estoy elaborando un cuerpo de canciones que nos diga un mensaje claro: no estamos tan solos, lo que estamos es muy lejos.
R.Creo que necesitamos establecer pequeñas alianzas basadas en el respeto de verdad y en el cariño y en un tipo de pensamiento que creo que es muy necesario que podamos convocarnos y no sentirnos tan solos ante tantísima barbarie que está pasando. De alguna manera volver a vincularnos como comunidad y a tener sensaciones en común que nos hagan sobrevivir. Así de sencillo.
R.Estoy también muy centrado en un proyecto muy bonito que es grabar un disco en Madagascar un país extraordinario donde ya estuve en 2019, el año pasado y este año volveré para acabar unas grabaciones y editar un disco con músicos de allí. Es un lugar fascinante, ahora mismo uno de los más pobres del planeta y, sin embargo, donde casi, podría decir que he encontrado la música más rica en el mundo entero, dentro de los muchísimos viajes que he tenido la suerte de hacer. Creo que es importante vincularse con gente que esté lo suficientemente lejos de tu mundo como para que te tengas que acercar a esa otra forma de ser y esa otra forma de tocar música.

P.Entre tus proyectos más recientes está haber trabajado en la banda sonora de un documental sobre las últimas almadrabas de Ayamonte.
R.Ha sido una oportunidad muy bonita porque estaba deseando hacer bandas sonoras, es un tipo de trabajo que nunca había hecho, pero que sabía qué podría hacer con gusto, de hecho mi música ya se ha utilizado en piezas documentales. En este caso ha sido la película Todos los días Domingo, que es el nombre del abuelo de Abraham López Feria, que es el director de Ayamonte, y justo me llegó el encargo de su parte, que quería especialmente que fuera yo quien compusiera la banda sonora original. La película se estrena en septiembre y es la historia de su abuelo, que era uno de los últimos hombres que hacían el trabajo de la salazón, la preparación de la mojama y que transmitía toda esa cultura ya milenaria.
P.¿Te gustaría seguir brindando tu música a bandas sonoras de otras películas y documentales?
R.Espero que sea la primera banda sonora de muchas porque es un trabajo que he descubierto que me gusta muchísimo hacer. Me quedo abierto a propuestas porque es algo que no he podido hacer en los últimos años por temas de trabajo de carretera. Ahora tengo tiempo para poder realizar nuevas bandas sonoras así que me ofrezco con total alegría y sabiendo que es un trabajo en el que he aprendido muchísimo y que me encantaría poder volver a hacer la verdad, ojalá.
Creo que es importante vincularse con gente que esté lo suficientemente lejos de tu mundo como para que te tengas que acercar a esa otra forma de ser y esa otra forma de tocar música
P.En tus canciones fusionas el flamenco con otros ritmos ¿qué música te ha costado más fusionar con este género en tus creaciones?
R.Como hago antropología cultural y música, digamos que me sitúo también en la frontera entre las dos visiones, me llamo a mí mismo antropomúsico de forma que investigo mucho sobre las fuentes de alimentación del flamenco antes de que el flamenco fuera flamenco, especialmente todas las músicas de origen africano y de relación con América. Lo que hago normalmente es un proceso de investigación para ver qué géneros ya tuvieron contacto hace 200 o 300 años, cuáles son los ritmos que hay en común entre África, América y Andalucía, que son por ejemplo los antecedentes de la bulería, del fandango, de los tangos. Hay ritmos vinculados por esta trama de conexiones que tiene que ver con las emigraciones y las colonizaciones y uno de los efectos que creo que es el único que es verdaderamente bonito es la mezcla cultural en el sentido de la música, de la poesía.
R.Trato de buscar claves que ya estuvieran abiertas hace muchos años y volver a conectarlas de alguna forma. Con un buen trabajo de investigación previo hay pocas cosas que no se puedan hacer. Yo entiendo el flamenco no como una música completamente pura ni terminada, sino en construcción y llena de muchísimas influencias anteriores de gente que haya vivido en Andalucía o haya tenido contacto con ella en los últimos 400 o 500 años.
P.¿Fue este mismo trabajo de investigación el que te llevó a crear el tres flamenco?
R.Exactamente. El tres flamenco ha sido la prueba del algodón dentro de esta teoría. Es un instrumento nuevo en este caso con elementos de América, ya que está basado en el tres cubano, en sus tres cuerdas dobles, y tiene elementos de la guitarra flamenca porque está construido como una guitarra flamenca antigua, con cuerdas de nylon y con técnicas de ejecución flamenca, pero también tiene mucho componente norteafricano especialmente y de la costa este de África, también tiene que ver con el laúd árabe.
R.El hecho de hacer un instrumento nuevo me permite hacer ese viaje entre los géneros sin tener pasaporte, me permite cruzar esas fronteras sin problemas y con libertad. Probablemente, estoy construyendo un instrumento que no es tan nuevo, ya hubo uno con esa forma de pera, con tres cuerdas dobles en el siglo XIV o XV, que era el antecedente de la guitarra realmente. De alguna manera sí me gusta remarcar esta idea de retroceder hacia el futuro, buscar atrás cosas que nos den motivos y razones para crear cosas nuevas que sí tengan una línea de continuidad con la tradición, que no sea necesariamente romperla y se ejercite la creatividad que ya está inherente en cada una de las tradiciones.
P.Presentas tus proyectos en un formato libro-disco ¿qué te llevó a presentarlos de esta forma tan singular?
R.Los tres libros-discos que he editado a mi nombre, que son una trilogía entre ellos, casi como una tesis, antítesis y síntesis, en realidad están recogiendo estas partes de investigación antropológica e histórica que he hecho durante todos estos años. Tanto las razones que he me han ido ayudando a construir las canciones, como al mismo tiempo las canciones me ayudan a explicar todas esas vinculaciones tan interesantes de conocer. Como por ejemplo la población afroandaluza que había en el siglo XVI o XVII, que era mucho mayor de la que hay ahora mismo. Son cosas que la gente no sabe, que vinculadas a la barbarie de la esclavitud hubo una población muy numerosa durante siglos, desde el siglo XIV hasta el XIX prácticamente, en todas nuestras ciudades de Andalucía, en Sevilla, en Cádiz, en Huelva, en Ayamonte, en Niebla, en Moguer, en muchísimos sitios había una influencia de una población que era de orígenes africanos, pero completamente asentada en Andalucía.
R.Todas estas cosas yo creo que hay que contarlas de dos maneras. Por un lado, hay que argumentarlas con textos bien explicados y al mismo tiempo hay que ponerlas en práctica porque es música. Entonces la teoría está muy bonita, pero los viejos andaluces siempre nos dicen que la cosa lo que hay que hacer es hacerla. Entonces estos tres trabajos en formato libro-disco mezclan la parte antropológica con la parte musical.
R.Es una forma muy linda de romper es frontera que aparentemente hay entre la razón y el son, entre la investigación, que tiene que ser todo lo serio que se pueda, y la música, que tiene que ser también todo lo divertida que se pueda. Y al contrario, el pensamiento puede ser divertido, podemos hacerlo bailable y apetecible para que queramos conocer. Y, por otro lado, la música de baile y de fiesta tampoco tiene por qué ser una música vana, no tiene por qué ser vacía, puede estar llena de historias interesantes que contar y de ideas importantes que transmitir. Me gusta romper esa frontera también no solamente entre los géneros, sino también entre las disciplinas para intentar poner de acuerdo esas dos partes de nuestra mente, el Apolo y el Dionisio.
De alguna manera volver a vincularnos como comunidad y a tener sensaciones en común que nos hagan sobrevivir
P.En todos estos años has forjado indudablemente tu propio camino a tu estilo, pero tu madre, Martirio, también ha tenido un papel importante en tu formación ¿cómo es ese vínculo artístico-familiar?
R.Para mí ha sido una suerte muy bonita coincidir, que mi alza haya sido al calor del trabajo de instrucción del personaje de Martirio y de su obra tan apabullante y tan rica. Alrededor de haber podido trabajar con ella y de estar con ella, pues también he podido conocer muchísimos artistas y conocer muchas músicas que me han alimentado muchísimo y esa, digamos, es mi escuela, una especie de conservatorio privilegiado. He tratado de estar un poco a la altura siempre de este privilegio, sin duda, que he tenido.
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