Una procesión solemne lleva a la Virgen coronada por el centro

Fue un sábado de septiembre muy especial. Las reminiscencias de un Jueves Santo se mezclaban con la novedad de una esplendorosa imagen de Los Dolores que se iba abriendo paso por el centro de la ciudad.

Ya estaba caída la noche cuando el sonar de los tambores de la Banda de la Salud anunciaban que la titular de la Oración en el Huerto se disponía a abandonar la Plaza de las Monjas convertida en templo durante varias horas. Tal y como estaba previsto, a la conclusión de la pontifical, el paso de palio con la imagen ya coronada de la Virgen presidiría la procesión que la llevaría hasta la capilla de la Esperanza. Desde allí y hasta la Concepción el recorrido perdería su carácter oficial para pasar a ser popular. De este modo los devotos, cofrades y público en general pudieron detenerse y contemplar la belleza singular de este paso de palio, una de las joyas de la Semana Santa onubense.

No solo la Plaza de las Monjas estaba llena de público. El centro bullía expectante ante esta convocatoria cofrade. Cientos y miles de personas esperaban el paso de la comitiva que, tras abandonar la Plaza de las Monjas tomó por la Gran Vía.

Antes de que esto sucediera, el cortejo eclesiástico presidido por los obispos José Vilaplana y Miguel Ángel Sebastián se introdujo en Santa María de Gracia.

El cortejo procesional iba abierto por la cruz de guía de la hermandad. Con ello, la Oración en el Huerto hacía un guiño a su salida en estación de penitencia que realiza todos los Jueves Santos para cubrir un recorrido muy semejante al que realiza en esa jornada semanasantera.

Delante de la cruz, la Banda de la Salud y tras ellas, un grupo de mujeres de la Vera Cruz y Oración en el Huerto ataviadas con mantilla y peineta. Posteriormente, el protocolo situó a los hermanos mayores de la hermandades de penitencia respetando los días de salida en Semana Santa. Capítulo aparte fue el de las hermandades que tienen su sede canónica en La Concepción -incluida la de la Purísima- que formaron una fila así como aquellos representantes de las que cuentan ya con una imagen mariana coronada. Esos son los casos de la Cinta, Esperanza y Victoria.

El cortejo incluyó además los presidentes de las dos filiales rocieras de la capital. El estamentos militar siguió el orden establecido, así como miembros del Consejo de Hermandades y Cofradías acompañados por los presidentes de los consejos de todas las capitales andaluzas más Jerez que este fin de semana, están reunidos en la capital onubense. Junto al presidente del Consejo, Antonio González, se encontraba el pregonero de la coronación canónica, José María Segovia, seguidos por una amplia representación de la Hermandad Matriz de Almonte.

Acto seguido, llegó el espacio para las representaciones institucionales, en concreto, las del Ayuntamiento. Esta representación fue iniciada por los concejales de Ciudadanos seguidos por los del Grupo Popular y los actuales miembros del equipo de gobierno municipal. Entre los maceros, el alcalde Gabriel Cruz, cerraba este capítulo del ámbito político.

El último tramo del cortejo procesional estuvo integrado por la junta de gobierno de la Oración en el Huerto, la cruz parroquial y cuerpo de acólitos y monaguillos. Tras todos ellos, el equipo de capataces de la hermandad daba órdenes a los 90 costaleros que se turnaban para participar en este día tan especial para esta cofradía de Jueves santo.

Tras una bella salida del recinto de Las Monjas, con los sosones de Corona tus Dolores, la primera parada del palio fuente ante Santa María de Gracia donde las religiosas entonares una Salve. En la Gran Vía era difícil abrirse paso entre tanto público. En esta importante arteria de la ciudad, el paso de la Virgen de los Dolores se detuvo ante la Subdelegación del Gobierno y ante el Ayuntamiento, convenientemente engalanado para la ocasión. A la altura de edificio de la Corporación municipal, Gabriel Cruz fue invitado a realizar una levantá.

Todos los presentes eran conscientes de que en cuanto la Virgen tomara Cardenal Cisneros, la procesión adquiriría un matiz más íntimo. Justo al entrar por esta calle, tras efectuar la revirá, el vicepresidente de la Diputación, José Fernández, realizó una ofrenda floral a la imagen mariana.

La estrechez de la calle contribuyó a que todos sintieran el calor cofrade y devocional de una manera más directa. Fue entonces, el momento en que la Banda Municipal de Mairena del Alcor, que cerraba la comitiva, empezó a entonar las marchas que se consideran imprescindibles en toda cita cofrade como Hosanna in Excelsis o Rocío. Precisamente en esta calle el presidente de la Matriz, José Ignacio Reales, hizo una levantá al paso de palio.

Abriéndose paso a veces con dificultad por el público presente, la comitiva enfiló buscando la casa de hermandad que fue otro de los momentos más emotivos del recorrido si bien aún quedaban otros por delante. Esos fueron los casos de su paso por la Plaza de la Niña y por ende, por las Hermanas de la Cruz con lo que de nuevo, se revivía el recorrido del Jueves Santo. El punto y final del carácter oficial de la procesión estaba en la Iglesia de Santa María de la Esperanza. La elección de este punto estaba justificada en hacer un reconocimiento a la primera advocación mariana cofrade en ser coronada canónicamente. Para la ocasión, la hermandad del Miércoles Santo abrió las puertas de su capilla para que el paso de los Dolores pudiera acceder.

El hermano mayor de la Oración, Francisco Martín, mostró su satisfacción por el resultado del acto de Las Monjas y de la procesión ya que "es como vivir un Jueves Santo pero solo para nosotros". Con esta jornada, "se ponía punto y final al esfuerzo realizado durante más de dos años y que por fin se ha hecho realidad".