El eterno debate generado por la suciedad provocada en las calles por los orines de perro puede tener los días contados. Al menos es la intención de un nuevo invento de patente onubense, el Pipiguau, mobiliario urbano que la capital onubense ha incorporado a modo experimental en la Avenida de Italia, ante el Mercado del Carmen, donde ya se prueba estos días y se confía en lograr resultados muy positivos.

Este dispositivo está ideado para que los perros puedan orinar en él. El pipí queda recogido en el soporte y oculto en un compartimento estanco, fuera del alcance de los viandantes y los propios animales para garantizar la higiene y la salubridad.

El soporte incorpora tecnología con un sensor de ultrasonidos desarrollada para la detección del nivel de orina recogida en el depósito para su retirada por los operarios. De hecho, el sistema es capaz de registrar en cada momento si un perro lo ha utilizado y la cantidad de orina que ha dejado, por lo que se puede conocer en todo momento, a tiempo real, el uso de cada uno de los soportes repartidos por la ciudad y su estado, que lleve al mantenimiento y recogida puntual.

Además, el propio dispositivo cuenta con sensores capaces de detectar y distinguir la lluvia en las calles, de manera que el depósito de orina se cierre para impedir que se colmate por el agua. En el momento en que cesa la lluvia, igualmente los sensores permiten que el soporte vuelva a abrir su depósito y a habilitar su uso a los perros que se acerquen.

El Pipiguau es una idea y desarrollo de una empresa de Huelva y radicada en la capital, Pet Solution Urban, que ha contado ahora con el apoyo del Ayuntamiento de Huelva para probar en las calles uno de sus protitipos.

La responsable municipal del Área de Infraestructuras, Esther Cumbrera, ha asegurado a este periódico que en el Gobierno local están “orgullosos de que esta empresa onubense pueda desarrollar en su propia ciudad una experiencia piloto para probar la utilidad de un sistema que viene a ofrecer una solución a una problemática que sufrimos todos los ayuntamientos”.

Cumbrera ha reconocido que “el pipí de los perros en las calles, y sus consecuencias, en cuanto a malos olores, manchas, deterioro del mobiliario urbano, suciedad, costes de limpieza y mala imagen en general”, son un problema al que se quiere dar solución en la capital onubense, y por lo que se confía en el éxito de este sistema.

El Pipiguau, según destaca en su web la empresa responsable de su desarrollo, tiene como una de sus principales ventajas su adaptación al entorno urbano, al tratarse de un mobiliario que no ocupa mucho espacio en los acerados y que incluso se puede acoplar al ya existente, como las farolas, para ofrecer una protección adicional, evitando la corrosión por el continuo uso como urinario improvisado por los perros.

¿Cuánto pipí hace un perro al día?

En Pet Solution Urban han hecho un cálculo de cuánto pipí hace un perro al día. La media la colocan por encima del medio litro, 0,525 litros, que supone, siguiendo sus propias cuentas, dejar en la calle 21 gramos de urea y 12 gramos de amoniaco.

“Con estos datos de urea y amoniaco que elimina un perro, nos podemos imaginar la cantidad de millones de litros de pipí de perros que orinan en nuestras calles, por lo que nuestra patente es la solución más rentable, económica, limpia y ecológica que existe para la recogida de orina de perros de las ciudades”, cuentan desde la empresa en su web.

Otro de los valores de este desarrollo es su versatilidad, ya que permite también su utilización como soporte publicitario, pero, además, como punto de acceso wifi para los transeúntes y sistema de localización de mascotas, a través de una aplicación móvil que pueden usar también como complemento los propietarios de mascotas usuarias.

La idea ha tomado forma y ya está a prueba en Huelva, aunque sólo para perros macho. Del éxito del dispositivo que ya está en la Avenida de Italia dependerá que pueda ser una solución.