La pandemia se hizo sentir en la actividad de la Diócesis de Huelva. Las personas atendidas por los distintos servicios que prestan, recogidas en la memoria de actividades consultada por Huelva Información, señala que los 113 centros pertenecientes o gestionados por la Iglesia en la provincia, atendieron a 37.593 personas, desde aquellos destinados a mitigar las consecuencias de la pobreza, las mujeres víctimas de violencia, drogodependientes o guarderías infantiles. Este número es superior en un 48% respecto al que se alcanzó un año antes y, sin duda, las consecuencias económicas y sociales derivadas de la paralización de la actividad motivada por la pandemia, tuvo que ver en ello.

En la presentación de los datos de la Diócesis onubense se reconoce que “a causa de la pandemia la vida de la Iglesia, como en todos los sectores de la vida social, vio reducida su actividad celebrativa. Aún así, según los datos aportados por la Secretaría del Obispado de Huelva, en el año 2020 se celebraron en la Diócesis de Huelva: 2.580 bautizos; 4.455 primeras comuniones; 3.885 confirmaciones; 410 matrimonios; y 3 ordenaciones de diáconos transitorios que, en enero de 2021, fueron ordenados presbíteros. En comparación con los resultados del ejercicio anterior (prepandemia) los matrimonios se redujeron un 45%, mientras que la reducción de los bautizos fue de un 32% y las confirmaciones un 26%.

Todas ellas se explican por la reducción de la movilidad y las limitaciones de aforo, así como la prohibición de reunión decretada por las autoridades sanitarias dada la extensión de los casos de coronavirus en los meses donde tienen lugar dichas celebraciones. Destaca en este resumen de actividades que las comuniones se mantuvieron prácticamente en los mismos niveles anteriores a la pandemia; la mayoría de ellas se retrasaron hasta después del verano y se llevaron a cabo de manera más intima, con lo que su número apenas se resintió; de hecho apenas ser registraron tres menos que un año antes.

En cuanto a la actividad educativa, los 55 centros católicos concertados realizaron "todo un despliegue de medios" para poder seguir ejerciendo la enseñanza de 10.104 alumnos matriculados en ellos. De igual modo, “la actividad cultural se vio muy mermada, pero la Iglesia, en la medida de lo permitido por las autoridades en cada momento, mantuvo abiertos sus 42 bienes inmuebles catalogados de interés cultural y se llevaron a efecto 32 proyectos de construcción y rehabilitación”.

Cafetería del centro de puertas abiertas de Cáritas en Huelva.

Es en la labor caritativa donde se nota de una manera más directa la influencia de la pandemia, y la Diócesis de Huelva destaca “la encomiable labor de tantísimas personas, como los 631 voluntarios de Cáritas que se han desvivido por ayudar a quienes peor lo estaban pasando. Además, hay que añadir los 7 proyectos de cooperación al desarrollo que se llevan adelante gracias al apoyo económico de los diocesanos, especialmente a través de Manos Unidas”.

Toda esta labor se lleva a cabo “gracias a la generosidad de quienes ponen su oración, su cualidades, su tiempo, su apoyo económico y su vida entera al servicio de los demás desde la Iglesia”. Es el caso de los 137 sacerdotes, 16 diáconos permanentes, 241 religiosos y religiosas de vida activa, 59 monjas de vida contemplativa, 39 misioneros, 17 familias en misión, 1.443 catequistas o 3.460 agentes en otros ámbitos pastorales.

El balance económico arroja un superávit de un millón pese a la cotención de ingresos derivada de la pandemia

En lo que se refiere a la actividad económica, la Diócesis de Huelva ingresó 6.498.206,27 euros: el 23,80 % gracias a la aportación directa de los fieles; 33,30% de la asignación tributaria; 10,20% ingresos de patrimonio y otras actividades; 9,90% ingresos extraordinarios; y un 22,80% de otros ingresos corrientes. En el apartado de gastos, la Iglesia arrojó un total de 5.496.228,02 euros: 22,60% en acciones pastorales y asistenciales; 34,50% retribución del clero y el personal seglar; 10,40% aportaciones a los centros de formación; 20,60% conservación edificios y gastos de funcionamiento; y 11,90% de gastos extraordinarios.

El balance global habla de un superávit ligeramente superior al millón de euros, a pesar del aumento de la actividad asistencial y de al disminución de ingresos fruto de las restricciones aplicadas a todos los ámbitos de la vida social.