Huelva

Una onubense cree que su sobrino fue robado al nacer hace casi 31 años

  • Marta Vázquez busca al hijo de su hermana, fallecida cuando estaba embarazada en 1987

Marta Vázquez muestra una fotografía de su hermana María José, fallecida en 1987.

Marta Vázquez muestra una fotografía de su hermana María José, fallecida en 1987. / h. información

Una familia onubense sospecha que el niño que llevaba en su vientre la joven María José Vázquez en 1987 -quien falleció estando embarazada- llegó a nacer y acabó siendo robado. Así lo ha narrado a Huelva Información la hermana de la difunta, Marta Vázquez, quien ha iniciado una investigación con el asesoramiento de SOS Bebés Robados Huelva y que está dispuesta a localizar a su sobrino.

María José Vázquez, natural de Huelva, tenía 20 años cuando se quedó embarazada. En plena gestación rompió la relación con su pareja, pero decidió seguir adelante y "se cuidaba mucho". Lo que más deseaba era ver la cara de su bebé, al que "quería llamar Jesús".

En 2005 sacamos a mi hermana del nicho para incinerarla; estaban sus restos, los del niño no"

El embarazo transcurrió con normalidad. Solo dos pequeños episodios de lipotimia que el ginecólogo que la atendía consideró que eran "normales" empañaron el proceso de gestación.

Marta tenía 14 años aquel 11 de noviembre del 87. Recuerda bien que su hermana estaba embarazada de ocho meses y que salió en torno a las "cinco y pico de la tarde a casa de una amiga". Solo cinco minutos después esta amiga la llamó diciendo que "le había dado otra lipotimia". Su padre y ella corrieron al domicilio de la chica y "la encontramos sentada en un butacón, sin conciencia".

Como en aquel año había colegio por la tarde, varios policías locales se encontraban regulando el tráfico a la salida de los niños del centro educativo de La Hispanidad, barrio en el que vive la familia. "Ellos nos ayudaron y montamos a mi hermana en el coche policial y la llevamos a urgencias del hospital Manuel Lois".

Marta se asustó mucho porque su hermana no respondía ni al boca a boca que trataba de aplicarle su padre. Llegaron al centro hospitalario y "la metieron para adentro". No volvió a verla con vida.

"Los médicos dijeron a mis padres que estaba la cosa muy complicada y que iban a intentar salvar a los dos, pero que no lo garantizaban", señala la onubense. Las peores noticias llegaron sobre las 19:00 de aquel funesto día de noviembre: los dos habían fallecido. "También dijeron que el niño había muerto dos horas antes porque tenía el pulso débil tras la cesárea". Pero nadie permitió que vieran el cadáver. La negativa de los sanitarios fue rotunda pese a la insistencia de los familiares.

No hubo ese problema con María José, a la que pudieron velar durante 24 horas. "Cuando mi hermana ya estaba en la piedra e iban a meterla en el ataúd, la abuela paterna del niño quiso ver a la criatura, pero tampoco se lo permitieron", recuerda. De hecho, a lo más que llegó es a ver cómo una enfermera "metió un trapo enrollado de color verde a los pies de mi hermana y cerró el cajón". Se suponía que aquel bulto era el niño.

La familia llevó la pérdida como pudo. Y en el año 2005 "sacamos a mi hermana del nicho del cementerio de La Soledad en el que se encontraba para incinerarla". La sorpresa para los Vázquez llegó cuando observaron que "los restos de mi hermana estaban y el trapo verde también, pero no había ningún resto" que indicara que el bebé hubiera estado allí.

Hace poco más de una semana la madre de María José y Marta vio en la televisión un programa sobre las desapariciones de recién nacidos. "Me dijo que su cuñada siempre le insistía en que al niño lo habían robado y yo le respondí que cómo iba a ser eso si mis primas habían visto el cadáver; pero entonces me enteré de que no fue así, que ellas dijeron eso para consolar a mi madre en aquel momento, que estaba la pobre empastillada por todo lo sucedido".

Así que Marta Vázquez decidió contactar con la presidenta de SOS Bebés Robados Huelva, Esperanza Ornedo, quien le dio las directrices para empezar a compilar la documentación necesaria sobre el asunto.

"Pedí el legajo de aborto y el acta de defunción de mi hermana. Ahí pone que ella falleció a las 16:00, algo que es mentira porque aquello fue pasadas las cinco de la tarde, y que fue de un paro cardiaco", concreta la onubense. A todo añade que "consta que el niño murió a las 17:55", dos horas después que su madre (hay que recordar que en el hospital el día de autos a ellos les indicaron que el crío pereció dos horas antes). Y en el documento del cementerio queda reflejado que el pequeño fue enterrado con su madre, pese a que el sepulturero certificó que allí no había más restos que los de ella. Tampoco consta en el cementerio la incineración de María José en 2005.

Marta Vázquez avanza a este periódico que su madre y ella van a depositar su ADN en un laboratorio "por si él nos está buscando; en breve cumplirá 31 años y tengo la esperanza de encontrarlo". Visto lo visto, asegura que a veces se le pasa por la cabeza "que pudieran dejar morir a mi hermana para robarle a su hijo, ella luchó mucho por él y nosotros no vamos a tirar la toalla".

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