Huelva

Los okupas convierten la calle Macías Belmonte en "una pesadilla"

  • Medio centenar de personas convierten un edificio abandonado en un foco de "drogadicción, delincuencia e insalubridad"

  • El último incidente del viernes por la noche se salda con dos heridos y varios detenidos 

Vista exterior del edificio de la calle Macías Belmonte.

Vista exterior del edificio de la calle Macías Belmonte. / Alberto Domínguez (Huelva)

La calle Macías Belmonte del Molino de la Vega se ha convertido “en una pesadilla”. Así lo definen quienes mejor la conocen, que son sus vecinos. Peleas, altercados, reyertas, agresiones, insalubridad o delincuencia se han apoderado de una apacible calle que desde hace semanas vive en un permanente estadio de sitio. La presencia en el número 14 de un bloque de pisos tomado por okupas ha llevado a los vecinos a una situación límite. El último episodio vivido en la noche del viernes se saldó con dos heridos por arma blanca y tres detenidos, según señalaron testigos presenciales.

La calle es un polvorín a punto de estallar y parece que nadie va a resolver nada hasta que ocurra una desgracia”, señala Teresa Paus, representante vecinal. Habla en nombre de cientos de víctimas de la misma calle aunque “lo padecen los 8-10.000 habitantes que tiene el barrio porque ya no es solo lo que forman en el bloque sino que tienen amedrentados a los comercios de alrededor y la inseguridad es insoportable”.

En el edificio hay, según los cálculos vecinales, medio centenar de okupas. Los problemas van a más. A principios de año la situación era “medio normal”, señala otro de los habitantes de la calle. “Había un par de okupas pero apenas daban problemas”, añade. Sin embargo, “se ha producido un efecto llamada y han comenzado a llegar los de Huerta Mena, de la avenida Costa de la Luz y los problemas son cada vez mayores”.

La zona se ha convertido “en un foco de delincuencia e insalubridad”, denuncia Teresa Paus. Los okupas “amenazan a los vecinos, dañan los coches, se enfrentan o insultan a quienes pasan. Han tomado la calle con total impunidad”.

El interior del edificio donde habitan los okupas. El interior del edificio donde habitan los okupas.

El interior del edificio donde habitan los okupas. / Alberto Domínguez (Huelva)

La asociación de vecinos ha iniciado acciones judiciales para resolver el problema, pero se ha encontrado con la dificultad de resolver en primer término quién es el responsable de un edificio abandonado tras un litigio con urbanismo hace más de una década y con la inactividad judicial por el Estado de Alarma. “Mientras nosotros solo encontramos problemas, ellos campan a sus anchas sin que nadie pueda hacerles nada”. Los habitantes de la calle agradecen “la rápida intervención de la Policía cada vez que se les llama”, pero denuncian que “cuando se llevan a alguno detenido vuelve a las 48 horas tras pasar por el calabozo como si nada”. La situación resulta “desesperante”. Ante este escenario de indefensión, “hemos mantenido conversaciones con el Ayuntamiento, con la Subdelegación del Gobierno y con la Junta de Andalucía y de momento todos echan balones fuera. La semana que viene nos ha prometido el Ayuntamiento que vendrán a limpiar, pero no queremos que nos quiten la basura sino que nos quiten el problema porque si limpia y siguen ahí nos vamos a encontrar con las mismas... Hasta que pase una desgracia y entonces lo lamentaremos”.

El interior del edificio conviven “drogadictos, prostitutas, Menas y delincuentes de todo tipo. Las condiciones de higiene son lamentables y el olor alcanza a los edificios cercanos. Los vecinos que comparten patio interior no pueden abrir sus ventanas porque han convertido la trasera del edificio en un estercolero donde tiran basura, sus excrementos y las ratas campan a sus anchas”. Los habitantes de edificios limítrofes o enfrenten “tienen que sufrir humillaciones o insultos si se asoman mientras los okupas practican sexo a la vista de todos o hacen sus necesidades sin ningún pudor. Es una situación realmente asquerosa”.

Además, el problema se agrava por la presencia a escasos metros de otra nave abandonada en Santiago Apóstol que es utilizada como 'fumadero' para los toxicómanos que viven en Macías Belmonte 14. Por ello los vecinos exigen “de una vez por todas que nos den una solución porque así no podemos vivir”.

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