Las obras del antiguo Colegio de Ferroviarios de Huelva aguardan al primer tercio de 2022
Urbanismo | Senior Cohousing Huelva
La licencia de obras se tramitará el último trimestre del año y los trabajos volverían en marzo
Los requerimientos de Urbanismo por la protección del edificio llevan a rehacer el proyecto
El edificio del antiguo Colegio de Ferroviarios sigue en pie y también el proyecto de viviendas colaborativas de la cooperativa Senior Cohousing Huelva que posibilita su recuperación. Las actuaciones de urgencia para asegurar la estructura del inmueble han sido seguidas de una parálisis que no es un nuevo abandono en la rehabilitación de un edificio emblemático en la ciudad. Ahora se trabaja en redefinir el anteproyecto presentado inicialmente ante la Delegación de Urbanismo del Ayuntamiento de Huelva, desde la que se han puesto algunos reparos por las especiales carácterísticas del inmueble, protegido en el catálogo municipal. Y si los tiempos fluyen a partir de ahora, en el último trimestre se tramitará la licencia de obras y en el primer tercio de 2022 se procederá a la contratación de la empresa constructora que ejecutará el esperado proyecto.
El primer paso, y quizá más importante, ya se ha dado. La orden de ejecución urgente dictada por Urbanismo se ha cumplido meses atrás, aseguran, “con creces”. Se ha procedido al vaciado de casi todo el interior del edificio, en grave riesgo de colapso en los tejados y los pisos altos. En ese cometido se han retirado y conservado las piezas que se van a recuperar y reintegrar en en la rehabilitación, como tejas y solerías, y, más allá, se han instalado grandes armazones metálicos, fundamentales para asegurar la integridad de la construcción, pese a que no era un requisito establecido. Los propietarios, de hecho, van a desembolsar en torno a 100.000 euros sólo en la estabilización del edificio, para prevenir posibles afecciones durante el desarrollo de las obras.
Desde la cooperativa Senior Cohousing Huelva, de hecho, se apunta a este periódico que sólo en la adquisición del inmueble y las actuaciones ya realizadas para asegurar su conservación se han invertido más de 2,3 millones de euros. Todos, subrayan, aportados por los 30 primeros socios, los denominados socios residentes pioneros, que reúnen a unas 50 personas. De su propio bolsillo, sin ayudas ni subvenciones externas.
Son ellos mismos quienes presumen de que el histórico edificio del colegio San José de Calasanz se haya salvado de la ruina. Pese a la imagen que presenta, convertido en una gran estructura vaciada, hueca. Sobre ella se proyecta una recuperación lo más fiel posible al original y con un volumen adicional que se incorporará en la zona trasera de la parcela para las necesidades del senior cohousing.
Este innovador proyecto de viviendas colaborativas, único en su especie en España, en un edificio histórico y en pleno casco urbano, se presenta como un espacio de convivencia para personas de 55 años en adelante. Serán los ocupantes de las denominadas unidades habitacionales, ahora 44 apartamentos que se complementan con plaza de garaje y trastero, más un extraordinario equipamiento de zonas comunes dotacionales que promueve las relaciones y el envejecimiento activo.
En abril pasado se presentó en el Ayuntamiento de Huelva un anteproyecto con el que materializaba la cooperativa esta iniciativa que se basa en la recuperación del antiguo Colegio de Ferroviarios, en la Avenida de Italia de la capital.
Pero los técnicos de Urbanismo ya han remitido un informe con una serie de modificaciones exigidas para el proyecto y fundamentadas por el grado de protección con el que está catalogado el inmueble. Estas observaciones, entre otros aspectos, ha llevado a reducir en cinco el número de unidades habitacionales contempladas, que quedarán ahora en 44, además de ampliar zonas comunes en el entorno de la biblioteca que se ubicará en el antiguo salón de actos, realizar una nueva disposición de plazas de garaje o la reubicación de los centros de transformación eléctrica, inicialmente previstos en uno de los patios exteriores.
Los reparos puestos desde Urbanismo han sido acatados por Senior Cohousing Huelva, que no ha dejado por ello de valorar la implicación y una “voluntad política inestimable” del Gobierno municipal de Gabriel Cruz por facilitar la recuperación del inmueble y la puesta en marcha del primer proyecto de viviendas colaborativas en Huelva.
Desde la cooperativa se valora el trabajo que está desarrollando en la actualidad el estudio de arquitectura encargado de la redacción del nuevo proyecto, cuya entrega definitiva en Urbanismo se ha fijado para los primeros días de septiembre.
Marzo de 2022 en el horizonte
La obtención de la licencia de obras, aún sin inicio inmediato, debería llegar en ese último trimestre del año, para que ya desde la sociedad cooperativa se lance después el proceso para buscar ofertas de constructoras que puedan encargarse de la ejecución en los términos deseados. Y esa labor, aseguran, ajena a la urgencia, llevará a marzo de 2022 como fecha esperada de inicio de las obras que acaben con el parón actual.
Este nuevo calendario en el desarrollo del proyecto ha postergado la fecha en que abrirá sus puertas el complejo residencial, aunque se confía en que no se alargue más allá de 30 meses. Los cálculos conservadores, salvo imprevistos mayores en la ejecución, les lleva a pensar que en diciembre de 2023 podría producirse la mudanza de buena parte de los socios.
En los próximos meses se solicitará igualmente el crédito necesario para atender los trabajos de construcción. Éste se cancelará con las aportaciones restantes de los socios actuales y con las de los 14 que restan para completar la sociedad y el aforo de 44 unidades. Las grúas, aseguran, les animarán.
Un tiempo ideal para “hacer comunidad”
Las obras están en suspenso por unos meses en el inmueble pero el proyecto de Senior Cohousing Huelva está vivo. Mucho, remarcan desde la cooperativa. Los socios, medio centenar de personas para las 30 primeras unidades habitacionales ocupadas, se afanan en este tiempo en “hacer comunidad”. Aseguran que es la parte más importante, piedra angular de una iniciativa que se basa en la convivencia de un amplio número de socios que buscan puntos de encuentro más allá del espacio físico común. Todos ellos están involucrados de distinta forma en el desarrollo del proyecto, trabajando en distintas comisiones creadas para encargarse de todos los aspectos relacionados con el diseño y planificación del que será su hogar común en los próximos años. El pasado fin de semana se reunieron en una nueva asamblea de la sociedad en un salón de la Casa Colón y posteriormente disfrutaron de una jornada de recreo en una canoa por la ría. Es momento de estrechar vínculos y avanzar hacia un horizonte de poco más de dos años en los que se convertirán en vecinos de una comunidad única.
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