“La transformación más importante de la historia” de la ciudad, es la introducción que el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz, ha empleado para hablar del Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), primero en la presentación a los agentes sociales y económicos de la ciudad en la Casa Colón y después en el reciente Pleno de marzo en el que se ha aprobado.

Este camino a la Huelva 2030 plantea una inversión en la pirámide de prioridades, de manera que el coche particular queda relegado al último lugar y el peatón toma el protagonismo, y el espacio. Una premisa sencilla que supone muchos cambios morfológicos y también en los hábitos cotidianos, como es el caso del camino al colegio.

El punto de partida en Huelva es que hasta un 30% de los viajes realizados como movilidad obligada tienen como motivo principal el estudio. Es lo que ha determinado el análisis previo realizado por la consultora UTE Tema Ingeniería-Iplan Movilidad, que ha redactado el PMUS, que considera que en la ciudad se realiza un uso excesivo del automóvil.

Esta radiografía de la situación actual se completa con otros aspectos negativos como la acumulación de vehículos en horarios concretos y fijos, además de una inadecuada educación en movilidad sostenible y de que no se fomenta el uso del espacio público por parte de la población infantil, algo necesario para su confianza y autonomía. Señala que se crea en el niño “una dependencia innecesaria del coche, así como del adulto, para acompañarlo al colegio”.

Colegios cercanos

La configuración de los centros escolares en la capital refleja la cercanía que existe entre unos colegios y otros en ciertas zonas. Es el caso, por ejemplo, de los CEIP Tres de Agosto, Profesora Pilar Martínez, Virgen del Pilar y Doce de Octubre y, más al sur, los colegios Juvenal de Vega y Relea, Al Andalus y el Centro de Educación Permanente Los Rosales. Una densidad que se produce por tanto en un espacio reducido a unas mismas horas de forma repetida y que genera un considerable aumento del tráfico rodado.

CAMINOS ESCOLARES

Para que el peatón recupere los espacios públicos de la ciudad, el objetivo fundamental, el Plan apunta que áreas como Isla Chica-Tartessos o El Carmen-La Orden, con ámbitos de cobertura de 300 metros a partir de los centros públicos, favorecen itinerarios que se pueden realizar a pie en cinco minutos. Distancias por tanto que permiten “pensar en la promoción y fomento de modos más sostenibles”, señala el Plan.

Ya existen antecedentes en otras ciudades de programas que incentivan ir caminando al colegio de forma autónoma y segura bajo denominaciones como Camino Escolar, Camino seguro al cole, Paseando al cole o Pedibus.

Para su implantación, el método seguido es en primer lugar la comunicación del proyecto para un posterior compromiso de toda la comunidad educativa en torno a él. Posteriormente, se realizan encuestas sobre los hábitos de movilidad de los padres del centro más un estudio técnico de su entorno. Con esta información se realiza un trazado participativo de los itinerarios más seguros y a partir de ahí se amplía ese compromiso más allá de las puertas del colegio con visitas a los comercios cercanos para solicitar su colaboración. Con todo esto y como resultado, se lleva a cabo con el acompañamiento en esos caminos escolares de monitores especializados.

El autobús caminante

Para la recuperación de los espacios públicos, en este caso en favor del colectivo infantil, el Plan propone la creación del denominado pedibús, una suerte de autobús caminante con itinerarios y paradas establecidas con sus horarios a la que se van incorporando los niños, acompañados por personal adulto voluntario. Entre las ventajas que observa, se cita que favorecería el cambio de hábitos, así como la conciliación puesto que los padres podrían ponerse de acuerdo entre sí para llevar a los niños al colegio. También, destacan los beneficios a nivel físico que supondría el dejar el coche a un lado con la sostenibilidad añadida que implica.

Si la lejanía del domicilio familiar impide el uso del pedibús, para las familias que se tienen que desplazar en coche por la distancia de su residencia al centro escolar, el Plan de Movilidad propone la medida Aparca y camina. Con ella, el traslado en vehículo es hasta un punto determinado y a partir de ahí plantea la coordinación con un autobús caminante para proseguir a pie el camino hasta el colegio.

Medidas específicas

Para que se generalice el transporte a pie en el ámbito escolar no basta con tomar la decisión de hacerlo. Favorecer este hábito implica, indica el PMUS, implantar medidas como una identificación clara de los itinerarios de acceso a la escuela y que los trazados de estos caminos estén adaptados a cada zona escolar con su correspondiente proyecto de ordenación viaria para garantizar la seguridad. En relación con este aspecto, se indican medidas como esquemas de prioridad peatonal o Zonas 30 en las calles del entorno, además de otras actuaciones específicas de infraestructura como puede ser la mejora de las aceras.