El 'Hombre sin rostro' y las apariciones en la Nacional 433 de Huelva

Huelva Paranormal

A casi sesenta años de las primeras apariciones, nuevos testimonios y una investigación reabren la historia del enigmático hombre que aterrorizó la sierra de Huelva y que fue condenado al olvido por una sociedad que no supo mirar más allá de su rostro desfigurado

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Imagen del hombre sin rostro en la N-433.
José Manuel García Bautista

01 de junio 2025 - 06:00

Huelva/Casi seis décadas después de los inquietantes sucesos ocurridos en la antigua carretera Nacional 433, entre El Repilado y La Nava, hay nuevos testimonios que vienen a rescatar una vieja historia que hace referencia al Hombre sin rostro, una figura que durante años fue temida, evitada y finalmente olvidada. Hoy, en pleno 2025, una investigación y testimonios recientes reabre la herida de aquel pasado silenciado.

Fue en los últimos años de la década de 1960 cuando comenzaron a testimoniarse apariciones de un hombre de aspecto siniestro en la zona de la sierra de Huelva.

Vestido de forma desaliñada y con un pañuelo cubriéndole parte del rostro, el individuo aparecía sorpresivamente en la carretera, arrojándose frente a los coches en movimiento con una actitud que muchos interpretaron como suicida. Aquellos encuentros marcaron para siempre a quienes los vivieron, como a Enrique Rodríguez, quien con 11 años presenció uno de esos episodios mientras viajaba con sus padres desde Cortegana a Sevilla.

Hace unos días compartió con mi persona los apuntes de su investigación personal pasados los años de aquello. En ellos, revive la figura de aquel misterioso hombre, “con una mancha negra donde debía estar su nariz”, y cuya historia descubrió por completo tras una casual conversación con su padre, muchos años después del encuentro.

Una enfermedad devastadora, una sociedad despiadada

Lo que Enrique averiguó sobre aquel hombre, gracias a testimonios recogidos en la zona, es estremecedor. Se trataba, al parecer, de un antiguo pastor de la sierra, posiblemente oriundo de Jabugo, que padeció una enfermedad que le desfiguró el rostro afectándole a la nariz, labios superiores y hueso maxilar.

Según relató Francisco Díaz, el hombre sobrevivía aislado, cargando con la repulsión pública y la marginación social más cruel. “Las mujeres regaban sus portales para que no se sentara cerca”, recuerda Díaz, ahora jubilado. “Le temían como si fuera el mismo demonio, pero en realidad era solo un hombre destruido por la enfermedad y el desprecio humano”.

Lo más inquietante del caso no es solo el abandono que sufrió en vida, sino el silencio impuesto tras su muerte. Aunque no existe –o no hemos encontrado- el registro oficial de su fallecimiento, se asume que murió en los años 70.

Hoy nadie en La Nava, Jabugo o El Repilado parece recordar su existencia. Vecinos ancianos, que supuestamente convivieron con él, alegan ignorancia o cambian de tema. “Es como si nunca hubiera existido”, afirma Laura Muñoz, historiadora en fenómenos sociales. “Lo que vemos aquí es un caso claro de amnesia colectiva, de una comunidad que optó por borrar a alguien de su memoria para no enfrentarse a su propia crueldad”.

Un nuevo interés por la memoria oculta

Es una historia que desconocía si no fuera por la información facilitada por etas personas y por testimonios actuales que indican haber visto a una “persona sin rostro” en esta misma carretera, por la ruta antigua de la N-433. Allí fuimos a hacer una investigación en las que Javier Aradilla indicaba que lo registrado “son sonidos confusos, como gritos o lamentos”. “Lo que más nos impactó fue que una de las voces parecía decir: ‘No mirar’”.

Aradilla indica que “el hombre sin rostro no es solo una leyenda macabra de carretera. Es el símbolo de lo que ocurre cuando la humanidad se olvida de cuidar a los suyos”.

Miguel Ángel Pérez nos decía: “Contacté con vosotros por que se que habéis estado en Tiro de Pichón investigando recientemente y he querido contar lo que yo mi a la altura del desvío en Cortegana. Era un hombre con una especie de poncho negro, encorvado y sin cara, o tapada, cuando miré por el retrovisor había desaparecido, me heló el cuerpo” decía.

Su pareja, Sonia Núñez me decía: “Es como te lo cuenta Miguel, nos dio muy mala impresión pero al pasar por el lado fue todo aterrador por que parecía sacado de una película, era muy extraño y al mirar por el retrovisor, al sobrepasarlo, ya no estaba…”.

El “hombre sin rostro” de esta carretera que más que una leyenda urbana parece un misterio enraizado en los terrores más profundos de la zona.

*Si has vivido alguna experiencia extraña no dudes en escribirnos y contárnosla a contacto@josemanuelgarciabautista.net

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