Un escape de gas siembra el pánico en el centro de Huelva: ocurrió un día como hoy en 2004
Revivimos lo que pasó el 30 de noviembre del 2004 en Huelva a través de la hemeroteca de Huelva Información
Alarma en Huelva por fuertes olores: el hedor se expandió por toda la ciudad un día como hoy en el año 2000
El 30 de noviembre del año 2004, Huelva Información publicaba un reportaje en el que se hacía eco de la gran alarma producida en el centro de la ciudad por un escape de gas. Un escape que, según relataba, no había sido el primero.
"Varios edificios y comercios ubicados en las inmediaciones de las calles Marina y Jesús Nazareno fueron desalojados al mediodía por agentes del Cuerpo de Bomberos y de la Policía Local a causa de un escape de gas en la zona", comenzaba escribiendo la redactora Patricia Nogales.
Los hechos se produjeron a eso de las 12:20 cuando una máquina excavadora que trabajaba en obras del tendido eléctrico, para un nuevo bloque de pisos en construcción, perforó una tubería de gas.
Según relataban algunos vecinos de la zona, en un primer momento la Policía les indicó que permanecieran en el interior de sus casas o de los locales comerciales; sin embargo, minutos después, todos fueron desalojados por prevención. Bares y comercios tuvieron que "echar a los clientes y cerrar", relataba una de las trabajadoras de la tienda de animales 'La nueva Granja'.
Tras dos horas, a eso de las 14:20, los bomberos pudieron taponar la salida de gas, que dejó en la zona un molesto hedor, y permitir el paso a los vecinos. Respecto a éstos durante el incidente mostraron tanto fastidio como preocupación. Uno tras otro avanzaban hasta el cordón policial que cortaba cualquiera de las calles que colindaban con la tubería rota (a saber, Marina, Jesús Nazareno y Avenida de Portugal) e intentaban pasar. Imposible.
El Policía Local encargado de impedir el paso se veía obligado a repetir que había un escape de gas y que la calle estaba cortada hasta nuevo aviso. De esta forma, la tubería de gas no fue la única dañada, la cotidianeidad de numerosos onubenses se vio afectada una vez más. Unos con comprensión, con miedo, con sorpresa. Y otros con impaciencia. Los agentes tuvieron que soportar los reproches de algunos ciudadanos que intentaban acceder a un cajero para sacar dinero, que tenían cita con el médico o que simplemente querían subir a sus casas.
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