El 28 de noviembre del año 1997 Lepe vivió un gran susto. Un incendio en las naves de polietileno de la empresa Polisur, que quedaron destruidas, provocó la alarma entre la población, a la que incluso se le advirtió por radio y televisión del peligro.

Las ocho naves de la empresa Polisur, dedicada a la distribución de polietileno (corcho blanco) ubicadas en el polígono El Chorrillo de Lepe quedaron totalmente destruidas tras el incendio que se originó en una de ellas a las 12:15 del mediodía y que fue controlado horas después.

El incendio, según fuentes de los servicios de emergencias desplazados al lugar de los hechos, se originó en una nave lateral de la empresa, posiblemente a causa de una chispa, y se extendió hacia las otras siete naves, que habían quedado destruídas.

El polietileno arde con rapidez, por lo que los 40 trabajadores de Polisur en aquella época no tuvieron tiempo de acceder a los extintores para sofocar las llamas iniciales, aunque sí pudieron evacuar las instalaciones y ponerse a salvo.

En un primer momento, según informó el alcalde de la localidad, José Oria, se temió que la intensa humareda negra pudiera afectar a la población, ya que el casco urbano de Lepe está situado a unos 100 metros del polígono y los gases que desprende el polietileno en la combustión son tóxicos al ser inhalados. Sin embargo, al no soplar el viento, la columna de humo era vertical y no se extendía hasta el pueblo.

El fuego quedó controlado poco después de las 14:00, aunque en previsión de que pudiera extenderse y afectar a naves contiguas, la zona quedó acordonada por la Policía Local y el instituto de bachillerato El Sur, situado cerca del polígono, suspendió sus clases.

La intensidad del fuego hizo que fueran necesarios seis camiones del Consorcio de Bomberos de la Costa y dos más del Parque de la capital onubense, y provocó una columna de humo que se hizo visible hasta a 50 km de la localidad costera.

Una hora después de iniciarse el incendio, que puso en vilo a toda la ciudadanía de Lepe y provocó escenas de nervios en los barrios más próximos a las llamas, se barajó la posibilidad de aislar y proceder a la evacuación de algunas zonas cercanas, por lo que el director del Instituto El Sur, difundió un comunicado urgente por los medios locales avisando de que las clases del día siguiente quedaban suspendidas.

Con todo, las llamas no supusieron finalmente peligro alguno. Los bomberos y autoridades locales se mostraron muy preocupados por los efectos que podría tener sobre la población la inhalación de los gases producidos por la combustión del polietileno, un material inflamable altamente tóxico.