Huelva

El empresario que disparó a un joven en Moguer le pide perdón en el juicio

  • El encausado reconoce que le descerrajó dos tiros el 2 de agosto de 2018

  • Un acuerdo entre las partes le rebaja la pena de siete a tres años de prisión

En encausado, llegando en la mañana de ayer al Palacio de Justicia por la puerta de detenidos.

En encausado, llegando en la mañana de ayer al Palacio de Justicia por la puerta de detenidos. / Rafa Del Barrio (Huelva)

Estaban previstas las jornadas de ayer y la de hoy en la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Huelva para enjuiciar por homicidio en grado de tentativa al empresario moguereño R.N.C., de 68 años, pero un acuerdo entre las partes saldó el asunto en apenas siete minutos de vista oral.

El pacto suscrito entre las acusaciones y la defensa conlleva una sustanciosa rebaja de la pena de prisión para el encausado: de siete años (como pedía la Fiscalía) a solo tres.

Para ello, el procesado ha tenido que reconocer que trató de matar a la víctima descerrajándole dos tiros en la mañana del 2 de agosto de 2018. Como ya indicaba el Ministerio Público en su calificación del asunto, el empresario mantenía desde 2015 una disputa con otro por una deuda pecunaria.

En la mañana del día de autos, el procesado se encontró las ruedas de su vehículo pinchadas y atribuyó el estropicio a la familia de su enemigo. Así que, en opinión de la fiscal del caso, "cogió su escopeta y munición de caza, se dirigió al polígono El Algarrobito en la localidad de Moguer", donde se ubica la carpintería metálica "regentada por su acreedor e hijos, y aguardó a que algún miembro de la familia apareciese".

A las 10:00 estacionó su furgoneta blanca frente a la puerta de acceso del negocio. "Observó llegar a la víctima al que, con ánimo de causarle la muerte, apuntó con su escopeta y, cuando se disponía a bajar del coche, le asestó dos tiros que impactaron en su cuerpo". Los perdigones de estos cartuchos de caza causaron al joven heridas muy relevantes que implicaron un "importante riesgo vital con importante peligro para su vida de no haber contado con el tratamiento médico quirúrgico que se siguió para obtener su sanidad".

Acatados los hechos, la acusación pública añadió ayer a sus conclusiones definitivas que después de los disparos "se personó en el cuartel de la Guardia Civil, entregando la escopeta", así como que ya ha consignado como avance más de 30.200 euros para indemnizar al perjudicado por las lesiones sufridas y más de 2.600 euros a la propietaria del vehículo por los desperfectos del impacto de los perdigones.

La Fiscalía contempla las atenuantes de confesión y de reparación del daño

El Ministerio Fiscal contempla, pues, las circunstancias atenuantes de confesión y de reparación del daño, por lo que le deja la pena en tres años de prisión (ya ha cumplido casi dos en preventiva). R.N.C. tampoco podrá comunicarse o acercarse a menos de 250 metros de la víctima durante cuatro años.

Tanto la acusación particular como la defensa han refrendado estas modificaciones del Ministerio Público, si bien la primera entiende que, una vez que la Sala precise en la sentencia el importe de la indemnización que debe percibir su cliente por las secuelas, a esa cantidad se le deben sumar los intereses "con un incremento del 30% al tratarse de un delito doloso". Las costas procesales, a su juicio, también deben ser asumidas por el encausado.

La defensa, ejercida por Francisco Baena Bocanegra, mostró "la plena disposición de mi representado y su familia para que, una vez se conozca la responsabilidad civil, hacer los mayores esfuerzos" para abonarla. Y todo pese a que el acusado "está jubilado y enfermo" y es insolvente.

En el turno de la última palabra, R.N.C. expresó con la voz temblorosa y visiblemente emocionado que "le pido perdón al herido y a su familia".

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