La emoción a flor a piel

reyes magos 2013 3 Visitas de Sus Majestades

La comitiva real cumple un apretado programa de visitas en residencias, hospitales y centro penitenciario

Gaspar saluda a unos niños mientras recorre la residencia Santa Teresa Jornet.
Gaspar saluda a unos niños mientras recorre la residencia Santa Teresa Jornet.
Enrique Morán Huelva

06 de enero 2013 - 01:00

Hacía frío cuando Sus Majestades iniciaban su frenética jornada. Los camellos los dejaron descansando y optaron por dos autobuses de Emtusa. Con su enorme sabiduría, los Reyes Magos eligieron los sitios donde su presencia iba a aportar mayor ilusión. Para realizar su recorrido no iban a estar solos. Una espléndida y entregada comitiva los acompañó hasta bien pasado el mediodía.

Escoltados por motoristas de la Policía Local, los Magos de Oriente recorrieron la Asociación de Minusválidos María de Nazaret, sita en el Molino de la Vega; la residencia de mayores de la calle Artesano, el asilo Santa Teresa de Jornet, el Hospital Juan Ramón Jiménez, la residencia Virgen del Rocío, el Hospital Infanta Elena y el centro penitenciario.

En Santa Teresa Jornet, un buen número de familiares y niños esperaban ansiosos la llegada de los Reyes. Dentro del cortejo, en el que se encontraban los pajes de sus correspondientes Majestades, hubo que mencionar el Coro Voces del Conquero que fue un ingrediente insustituible para aportar alegría.

Muchos eran los sitios incluidos en el programa de visitas lo que obligó al cortejo a llevar buen ritmo. Sin embargo, dejaron en todo lugar un rastro de cariño e ilusión. Santa Teresa Jornet fue el momento de los más mayores. La comitiva recorrió las dependencias repartiendo regalos: claveles, bolígrafos, calculadoras… y los inevitables caramelos que siempre son bien recibidos. La Estrella de la Ilusión tampoco se quedó atrás en su labor por dejar una huella de alegría.

De camino al Hospital Juan Ramón Jiménez, hubo un momento para poder charlar con Sus Majestades. El rey Baltasar se quitó su turbante para secarse el sudor que inundaba su rostro. Ya a esas horas, eran cerca de las 11:00, el cansancio empezaba a hacer mella en los rostros de Sus Majestades pero cuando vieron el recibimiento que se les tenía preparado en el Juan Ramón Jiménez, se les volvieron a cargar las pilas. La comitiva subió rápidamente hasta Pediatría donde los Reyes no defraudaron a ninguno de los niños. Algunos reaccionaron con llantos ante la repentina explosión de alegría que interrumpió la tranquilidad hospitalaria. Los Magos se repartieron las habitaciones donde los más pequeños se encuentran ingresados. Así, a Pablo, Melchor le regaló un puzzle y a Daniel, un transformer. Baltasar fue adonde estaban los más pequeñitos, algunos de ellos dormidos. Así estaba Darío, de unos meses o Basan, de un año y medio. Pero nadie se quedó sin regalos ni caramelos.

Al mediodía, los dos autobuses partieron hacia la residencia Virgen del Rocío y, desde allí, continuar hasta el Infanta Elena y el centro penitenciario.

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