Huelva

Medio siglo después vuelve la novena de La Cinta a su santuario del Conquero

  • La última vez que la Patrona no fue trasladada al centro ocurrió hace 88 años por circunstancias políticas

  • En tiempos de epidemias se tuvieron que suspender sus cultos en el siglo XIX

  • La pandemia ha impedido cualquier traslado a otro templo

Los cultos de la novena se están celebrando en el santuario de la Cinta.

Los cultos de la novena se están celebrando en el santuario de la Cinta. / Rafa del Barrio

La media legua corta que decía Juan Agustín de Mora en 1762 en ‘Huelva Ilustrada’ que unía el centro de la ciudad con el santuario de la Cinta, era un camino que acercaba al pueblo onubense con su Patrona, nunca estuvo alejado de Ella aun cuando se encontraba extramuros.

A lo largo del año las visitas se sucedían, se atendían también espiritualmente a las familias que vivían en su entorno y se ofrecía la atención educativa en la escuela del santuario.

Aquellos cultos de la fiesta de la Natividad de la Virgen, fomentados por las mandas testamentarias de Francisco de Leiva y su esposa, de 1602, y más tarde por Francisco Martín de Olivares, de 1756, tuvieron formas distintas de celebración. Desde la romería y fiestas alrededor de la ermita, para las que el Ayuntamiento dictaba autos de buen gobierno en el siglo XVIII, advirtiendo a “los carreteros que lleven familiares en sus carretas hayan de ir delante de los bueyes con proximidad a ellos sin separarse del recinto camino”, hasta concentrar en sus fiesta y en su honor la feria de la ciudad en el entorno de la Vega Larga, desde 1863.

Sin embargo se mantuvo durante este tiempo junto a la ermita la procesión de los marineros y fiesta propia de la hermandad, con celebración del 8 de septiembre ante la icona mural de la Patrona de Huelva.

El auge de su fiesta en la ciudad camina paralelo al de su novena que va a celebrarse en las iglesias del centro de la ciudad, principalmente en la mayor de San Pedro, a la que pertenecía. La implicación del gremio de mareantes será fundamental en el gobierno de la cofradía y en sus cultos.

La novena de Rafael de la Corte, publicada en 1888, será clave en la difusión de la devoción y a la Virgen de la Cinta se le ha estado esperando cada año para sus cultos solemnes, en ese encuentro especial en la ciudad. Se compartía así las fiestas del día 8 de septiembre en la ermita y la novena en otro templo.

Esto siempre tuvo lugar mientras las circunstancias así lo permitieron, excepto en momentos difíciles vividos por la población. Unas veces por las epidemias del siglo XIX, en otras por las intransigencias políticas y su recelo con todo lo religioso vivido en la II República, pero igualmente por tristes acontecimientos de guerra, como la de 1936.

Altar de la Viregn de la Cinta con gran profusión de exorno floral. Altar de la Viregn de la Cinta con gran profusión de exorno floral.

Altar de la Viregn de la Cinta con gran profusión de exorno floral. / Archivo E. J. S.

SUSPENDIDAS EN EL XIX

En todo momento la Hermandad de la Cinta puso por encima de cualquier cuestión la responsabilidad que le tocaba en cada momento. En los de enfermedades, procurar siempre no solo el reparo espiritual, sino el evitar su propagación. Así quedaron suspendidas las fiestas de 1885 y 1890 por las epidemias, todo reducido a su función del día 8 de septiembre. Sin olvidar que la casa de la Virgen fue en diferentes momentos convertida en lazareto para atender a los que sufrían estas enfermedades.

LA EPIDEMIA DE 1918

En la epidemia de 1918, que se extendió a 1919, la Hermandad de la Cinta celebró un triduo de rogativas que concluyó con traslado piadoso de la imagen de la Virgen Chiquita de la Cinta hasta la parroquia de San Pedro.

Siguiendo esos mismos pasos, la hermandad de la Patrona celebró el pasado mes de mayo un triduo de rogativas presidido por el hoy obispo emérito de Huelva, José Vilaplana Blasco. Las circunstancias de la pandemia, el confinamiento marcado por las autoridades sanitarias y el Gobierno de España, llevó a que el mismo se celebrase a puerta cerrada, pero fue seguido por miles de files a través de los canales de televisión local, se puede decir que fue trending topic en aquellos días cuando toda la población estaba recluida en sus casas.

En las redes sociales la hermandad invitó al inicio del confinamiento a los fieles al rezo de la novena a la Virgen y desde entonces al rezo del Ángelus y a la oración del Papa Francisco.

No fue posible traslado alguno a ningún otro templo de la ciudad por encontrarse todos igualmente cerrados, ni permitirlo el estado de alarma impuesto.

La misma situación de restricciones por la pandemia del coronavirus marcadas ahora por la Junta de Andalucía, ha llevado este año a la Hermandad de la Cinta a tomar medidas responsable, como siempre sabe hacer en la tutela y cuidado del culto a la Patrona de Huelva. Así los actos de este año en honor a la Virgen de la Cinta se centran en su santuario, tanto la novena como la función del 8 de septiembre.

SIN BAJADA EN 1932

La responsabilidad con la dignidad del culto a la Patrona, tanto interno en su ermita como externos en sus traslados y procesiones, ha llevado a la junta de gobierno de la Hermandad de la Cinta sin la necesidad de inventar nada seguir los pasos de quienes le precedieron, actuando de la misma forma, con la seriedad que impone la tutela de su culto.

Así lo que se impone es, atendiendo a las indicaciones de las autoridades competentes, celebrar el culto en su santuario siguiendo las medidas indicadas de distanciamiento social, uso de mascarillas y otras normas higiénicas.

Altar de la Virgen de la Cinta a principios del siglo XX. Altar de la Virgen de la Cinta a principios del siglo XX.

Altar de la Virgen de la Cinta a principios del siglo XX.

Mientras que su traslado se tuvo que suspender como era evidente por así marcarlo las normas de las autoridades, que prohíben cualquier tipo de manifestación externa y procesiones. Imperando también la responsabilidad de evitar la propagación del coronavirus y aconsejarlo la necesaria dignidad de cualquier traslado de la Virgen de la Cinta, que no puede hacerse de cualquier manera sino que como culto público debe realizarse siempre con el decoro que marcan sus traslados y procesiones, siempre populares y acompañados de miles de personas.

La última vez que la Virgen de la Cinta no se trasladó al centro de la ciudad fue hace 88 años, aunque el motivo fue muy distinto. Las “circunstancias” que se vive en el periodo republicano lleva a la junta de gobierno a tomar un acuerdo por unanimidad el 17 de agosto de 1932, de “aplazar la celebración de las procesiones de traída y regreso, así como la celebración de la novena en honor de nuestra amantísima Patrona”, en vista de “aconsejarlo así las circunstancias anormales presentes”.

La hermandad celebrará como venía haciendo siempre la fiesta de la Virgen de la Cinta el 8 de septiembre en su santuario con solemne función religiosa. Sin embargo la novena se aplazará hasta el mes de diciembre en el mismo santuario y tiene lugar del 23 al 31 de diciembre de 1932, para “celebrar una devota novena en honor de nuestra amantísima Patrona en su santuario antes de finalizar el año”.

Unos cultos que volverán a repetirse en el santuario en los años sesenta del siglo pasado como ahora veremos.

Sin embargo habrá otros motivos que obligarán a que la novena no se celebre, como es el de la Guerra Civil. En julio de 1936 es asaltado el santuario, destrozadas sus dependencias, enseres y paso procesional, así como la imagen mural de la Virgen de la Cinta ante la que habían rezados generaciones y generaciones de onubenses a lo largo de más de seis siglos de historia, lo mismo que el propio Cristóbal Colón.

La Virgen Chiquita se salvó al quedar oculta en un viñedo del Conquero, desde ahí fue traslada al Gobierno Civil de Huelva el 1 de agosto de 1936; no pudo bajar entonces rodeada de miles de personas como lo había hecho siempre en su paso ahora destrozado, donde es siempre faro que ilumina. Al día siguiente presidió una misa de campaña en la Plaza de las Monjas. Aquel año no hubo novena y la función del 8 de septiembre tiene que celebrarse en la iglesia de la Merced, regresando a su santuario el 1 de enero de 1937.

Los cultos volverán a retomarse con toda normalidad y siguiendo la costumbre tradicional. Es importante señalar al respecto que siempre se celebró su festividad del 8 de septiembre en su santuario, incluso con la creación de la Diócesis es el propio obispo Pedro Cantero Cuadrado quien preside en la ermita la solemne función. Esto ocurre hasta 1963, al año siguiente se hace coincidir la llegada del nuevo obispo José María García Lahiguera con el 8 de septiembre y la fiesta de la Virgen celebrándose en la Catedral. Es a partir de entonces cuando la fiesta de la Natividad se celebra fuera de la ermita, aun cuando siempre la Virgen Chiquita ha retornado a su casa en esta jornada.

Mientras que desde 1956 es cuando se realiza de manera ininterrumpida el traslado en rosario de la aurora por el camino del Conquero, coincidiendo con la construcción aquí del palacio episcopal, siendo recibida la Patrona de Huelva por su prelado.

En 1966 la hermandad vuelve a celebrar la novena en la propia ermita, aunque al año siguiente continuará en la Catedral, que se alternará con la Concepción a raíz del terremoto de 1969 que obliga al cierre del primer templo de la Diócesis.

EL DÍA 8 EN SU ERMITA

Este año la situación provocada por la pandemia hace que se retome 54 años después la celebración de la novena de la Virgen en su santuario y que su festividad del 8 de septiembre se celebre ante su presencia 57 años más tarde y como tuvo lugar siempre.

Constituye esta una oportunidad para las generación actual vivir unos cultos en el santuario que no habían conocido.

Los cultos se iniciaron ayer y tendrá también la singularidad de que cada día lo preside un párroco de la ciudad. Este año que no puede bajar la Patrona son ellos los que acuden a su ermita. Comienzan a las 19:45 con el rezo del rosario seguido de la novena y santa misa con homilía para culminar todos los días con la Salve Popular de los Marineros.

Es importante también tener en cuenta que este año será de nuevo un obispo onubense quien vuelva a presidir la festividad de la Natividad de la Virgen en su ermita, como lo hiciera Pedro Cantero Cuadrado. Será Santiago Gómez Sierra quien lo haga este año el día 8, a las 20:00.

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