La mañana de ayer domingo se vestía carmelita en la parroquia de la Inmaculada Concepción, con banderas cremas y marrón sobre un cielo azul intenso, en una jornada que resultó especialmente hermosa y de devoción marinera. El altar mayor se había convertido en un vergel para arropar al portentoso grupo escultórico de la Virgen del Carmen y las Ánimas Benditas.

La convocatoria la realizaba la Asociación Parroquial de Nuestra Señora del Carmen, Ánimas Benditas del Purgatorio, Esclavitud de San José y Santa Teresa de Jesús. Diego Capado Quintana fue ayer que más que párroco lo hizo todo, maestro de ceremonia, bendijo la imagen ya que no pudo asistir el obispo de Huelva, José Vilaplana, que envió un saludo a todos y presidió la eucaristía.

Una asociación parroquial que como dijo se convertirá pronto en hermandad, pero señaló que “aquí no partimos de cero”, en referencia a la imagen de la Virgen del Carmen que ha tenido la parroquia desde mediados del siglo XIX. Sin embargo la nueva imagen “nos va a ayudar a recuperar y fomentar la devoción dormida” en la que se encuentra el culto a la Virgen del Carmen en la parroquia, aunque reconocía las numerosas personas, marineros muchos de ellos, que acuden a visitarla a diario.

Ahora “se incrementa algo que estaba un poco apagado”. Diego Capado recordó también la presencia en el templo del cuadro de las Benditas Ánimas del Purgatorio que hoy se encuentra cedido en la ermita de la Soledad. Con lo que, de alguna forma, dijo que “se recupera la Virgen del Carmen en las Ánimas Benditas del Purgatorio” y recordó también como hace muy poco se dignificaba el culto a San José con la recuperación de su altar.

Un acto vivido con intensidad por la AsociaciónParroquial del Carmen, que quiere ser continuidad a las anteriormente existente en la parroquia, la de Ánimas Benditas de 1882 y la de la Virgen del Carmen de 1926. Para ello ayer se cumplía el primero de los grandes objetivos después de cinco años de trabajo y espera con la llegada de la imagen, obra de Ramón Cuenca. Así lo señaló Ernesto Seijas, de la junta de la asociación parroquial en la salutación inicial. Un tiempo que calificó de “desasosiego y llanto”, “recompensado ahora con tu sola presencia”.

En el acto intervino de padrino la ciudad de Huelva, representada en su alcalde, Gabriel Cruz Santana, y la madrina la Hermandad de la Esperanza, representada por el teniente hermano mayor,José Manuel Mora Soler. Ellos encendieron los cirios que alumbrarían a la nueva imagen, acompañados por el carmelita padre Dovado Fernández y en nombre de las Hermanas de la Cruz que son sus camaristas, lo hizo Aurora Salguero.

Antonio Rivera, presidente la asociación, dijo que el acto de ayer “era la culminación de un sueño, envuelto en ilusiones y desvelos”. Refiriéndose a su junta de gobierno, agradeció que “este grupo de ciegos quisieran creer en mi y nos contagiásemos en el trabajo hasta verte en este altar de la Concepción que será siempre tu casa”.