Las comparaciones suelen ser odiosas y en algunos casos verdaderamente sonrrojantes. Mientras que en Huelva las administraciones son incapaces de llegar a un acuerdo que permita desarrollar la instalación de un centro de vuelos no tripulados en la localidad (Ceus) de Moguer, Galicia se dispone a invertir 160 millones de euros para continuar su estrategia de impulso a esta tecnología para el periodo comprendido entre el año que viene y el 2025. En Huelva, ni Junta, ni Gobierno central son capaces de llegar a un compromiso para invertir 10 millones de euros en una iniciativa que lleva sobre la mesa casi una década y que corre el riesgo de que en poco más de un mes quede enterrada para siempre con la caducidad de la Declaración de Impacto Ambiental el próximo día 9 de octubre.

Según informó ayer el portal de información aeronáutico Actualidad Aerospacial, el Ejecutivo gallego quiere dar continuidad a una estrategia que comenzó en el año 2015 y que finaliza este año, periodo en el que se han invertido 164 millones de euros en una “estrategia para el desarrollo tecnológico e industrial en el ámbito de los vehículos no tripulados, la conocida como Civil UAVs Initiative”, según informaron desde la Xunta.

La estrategia llevada a cabo en Galicia “cuenta con el apoyo del Ministerio de Defensa y del Instituto Nacional de Técnica Aerospacial y se consolida como una iniciativa sin precedentes en el ámbito de la industria de drones y la tecnología en España y en Europa, tras la publicación de la Xunta de las consultas al mercado para el diseño de las actuaciones en el periodo 2021-2025”.

El balance del último periodo da como resultado la creación de un aeródromo en la provincia de Lugo, un centro de I+D, un parque industrial y la realización de 59 proyectos en el mismo, acuerdos con 52 empresas de cara a conseguir plasmar la certificación de hasta 120 nuevos productos. Todas estas actuaciones combinadas han dado como resultado la creación de 500 puestos de trabajo de alta cualificación.

Terrenos donde irá ubicado el Ceus, aún sin limpiar.

En medio de estas inversiones, destacan los acuerdos con las empresas privadas entre las que se firmaron con la estadounidense Boeing, la española Indra o la británica Babcock en una serie de convenios de desarrollo de soluciones y proyectos que implican a otras 50 empresas y centros de investigación de todos los lugares del mundo. El mecanismo se basa en la puesta en práctica de lo que se denomina como la compra pública de innovación, en el que “la Xunta plantea retos y las empresas ofrecen soluciones tecnológicas a los mismos, lo que ha impulsado el desarrollo tecnológico en el sector y aumentado las capacidades de la industria”.

Lo que el ejecutivo presidido por Feijoó lleva a cabo ahora es una prolongación de este programa a través de una llamada al sector privado, así como a las instituciones públicas nacionales e internacionales, asociaciones de empresarios y representantes de la sociedad civil.

Mientras tanto, a casi mil kilómetros de distancia el proyecto en Huelva que supondría apenas una inversión de 10 millones de euros para la puesta en funcionamiento de una pista de aterrizaje, continúa en modo bloqueo. Todavía no ha comenzado la limpieza de los terrenos donde iría ubicado (no se ha adjudicado) y Junta y Gobierno central son incapaces de firmar un acuerdo de colaboración que impulse de una vez un proyecto que va a cumplir una década de desarrollo.

De nada sirve el argumentario del enfrentamiento institucional, ya que la Xunta también está gobernada por el PP y los portavoces en el Ministerio de Defensa son los mismos que han sido incapaces de comprometerse con el proyecto del Ceus. Además, la ventaja gallega es todavía más preocupante si se tiene en cuenta que es un lugar donde los vuelos están limitados por las condiciones meteorologicas adversas que padece.