Historia menuda

Vicisitudes del garbanzo (I)

El garbanzo es la semilla de la planta del garbanzo (cicer areitinum), herbácea de la familia de las leguminosas. El fruto es una legumbre de forma ovoide, en cuyo interior se encuentra una o dos semillas, los garbanzos.

En la extensa familia de las leguminosas, que abarca más de trece mil especies, sobresale por su antigüedad el garbanzo. Su empleo se remonta a los tiempos prehistóricos y en arqueología han encontrado rastros de él en excavaciones preneolíticas en Sicilia y neolíticas en Suiza. No faltó en los jardines de Babilonia y era común en el antiguo Egipto. Fue plato de sustento en tiempos romanos como lo atestiguan los hallazgos hechos en las ruinas de Pompeya. De cualquier forma, no pretende esta Historia Menuda dedicarse a la historia universal del garbanzo (que se puede encontrar en cualquier Enciclopedia) y sí aportar las relaciones huelvanas con esta semilla de tal importancia que, en la actualidad, no se conciben los pucheros, menudos, ollas y otros platos si no se le echan un buen puñado de garbanzos.

Si bien los garbanzos fueron consumidos durante el Imperio Romano y la Edad Media, adquiere protagonismo a partir de fines del siglo XV, cuando comienzan los grandes viajes entre Europa y América. En nuestra inédita obra titulada Tradición marinera de Huelva queda reflejada la importancia de los garbanzos en el existir diario de las tripulaciones de los barcos en los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX:

"… Solamente se comía caliente cuando el buen tiempo lo permitía ya que, si estaba la mar revuelta, podía saltar una chispa y provocar un incendio de imprevisibles consecuencias. Si llovía, tampoco se podía comer caliente, pero con esta agua venida del cielo los marineros se podían asear un poco. La comida era monótona y escasa. En los primeros días de navegación, el almuerzo consistía en algún potaje de habas, arroz, garbanzos o lentejas, con un simbólico trozo de tocino o carne. De postre, una manzana…".

En los primeros años del siglo XIX, el precio del pan comenzó a subir notablemente, a la vez que se observaba un creciente abuso en su peso, llegando a faltar 6 y 7 onzas en hogaza. Tal precio alcanzó el trigo que se tuvieron que utilizar, ante tal carestía, los garbanzos como alimento base.

En la segunda mitad del siglo XIX, los garbanzos constituían uno de los platos que con profusión se servían en los Colmados de Zafra y Turrafa, cercanos a la Estación de Zafra.

Como testimonio del cultivo en nuestra capital del garbanzo, existía una finca, situada limítrofe a la antigua Cárcel Provincial, denominada El Garbanzuelo, que le dio nombre a la zona y en la que se debió plantar esta leguminosa. Pero, sobre todo, los garbanzos eran traídos de diversas procedencias. Un anuncio insertado en el Diario de Huelva el 3 de agosto de 1910, nos da a conocer una de ellas:

"Miguel Macías Perulero. Valencia del Ventoso (Badajoz). Exportador de cereales y legumbres y del legítimo garbanzo fino de Extremadura".

Otro establecimiento que los expendía era el de José Muñoz, muy céntrico:

"Garbanzos. José Muñoz Madrid. Sucesor de Bartolomé Navarro, en la calle General Azcárraga (actual Arquitecto Pérez Carasa, añadimos nosotros), número 18, los más tiernos, los más exquisitos, los más gordos".

En el primer cuarto del siglo XX surgen varios ultramarinos cuya leyenda de calidad en sus productos ha llegado hasta nuestros días: En todos ellos, se vendieron los garbanzos, pero hay dos que tienen relación con este alimento: La Lonja, casa fundada en 1921 ó 1922 por Francisco Ávila, ubicada en la calle José Nogales (antigua de los Herreros) y Los Ángeles que sigue con su prestigiosa existencia en la calle Concepción. Sonriamos con algunos precios de aquellas fechas en el primero de los establecimientos citados, La Lonja: Manteca Reino fina 4 ptas, kilo.

Para lote precio especial.

Manteca Científica Lorenzana 9 ptas, k. Azúcar P. G. Terrón 2,10 ptas, k. Azúcar P. G. Molida 1,90 ptas, k. Jamón serrano, corte especial 9 ptas, k. Salchichón 10 ptas, k.

Caña pura lomo 15 ptas, k. Queso manchego especial 8,50 ptas, k. Café Hacienda10 ptas, k. Café Puerto Rico, extra 11 ptas, k. Garbanzos mulatos, tiernos 1 pta, k.

Como aportación al comercio de Huelva del segundo de los ultramarinos citados, podemos considerar los medidores de capacidad para garbanzos y habichuelas, el cuchillo guillotina para cortar el bacalao, los artísticos utensilios de cristal que contenían caramelos y chocolatinas y los soportes para colocar el jamón y poder cortarlo en lonchas con más comodidad.

En los años 30 y 40 del siglo pasado, existía un simpático equipo, el S. P. Popeye, que acostumbraba a celebrar sus triunfos a base de un río de rico caldo y, ¡Cómo no...! varios kilos de garbanzos con espinacas. La posguerra fue un túnel de, longitudinalmente, cerca de trece años, en los que se careció de los más imprescindibles artículos. La Comisaría General de Abastecimientos consideró como productos esenciales al aceite, alubias, garbanzos, arroz, patatas, azúcar, jabón, bacalao y purés, que se distribuían, con periodicidad semanal, mediante la presentación de una cartilla de racionamiento. Centrándonos en el garbanzo, su singladura fue la siguiente:

Cuando apenas se llevaban unos meses de contienda civil, 27 de abril de 1938, la Junta Provincial de Abastecimiento y Transporte estableció un férreo control de los garbanzos. Dos días más tarde, Odiel publicaba las siguientes instrucciones:

"Se pone en conocimiento de todos los almacenistas y productores de patatas y garbanzos, que a partir de esta fecha queda terminantemente prohibida la circulación y venta de patatas y garbanzos para su exportación a otras provincias sin que vayan acompañadas de la guía de venta y circulación, expedida por esta Junta Provincial de Abastecimiento y Transporte.

Todas las autoridades y agentes velarán por el cumplimiento de esta orden, obteniendo cuantas partidas de tales productos se intente expedir para fuera de esta provincia, infligiendo lo dispuesto en tales instrucciones, dando inmediatamente cuenta a mi autoridad de cuantas detenciones practiquen. Huelva, 27 de abril de 1938. II Año Triunfal. El gobernador-presidente, Joaquín Miranda".

El día 13 de julio de ese mismo año, la citada Junta publicaba en Odiel los precios tasados para los garbanzos, que habían de regir en esta provincia durante los años 1938 y 1939. Durante la guerra civil y hasta el año 1952. Así, el alcalde onubense Joaquín González Barba dictaba en el diario Odiel del 22 de febrero de 1939, las siguientes normas controladoras sobre las sembraduras de garbanzo y maíz:

"Se hace saber a los agricultores de este término municipal que hayan sembrado o vayan a sembrar garbanzo o maíz que deben hacer declaración de dichas especies en este Ayuntamiento en modelos que se les facilitarán en la secretaría antes del día 15 del próximo marzo.

Lo que se hace público para general conocimiento…".

Recién terminada la guerra civil, 28 de junio de 1939, la Junta local de Abastecimiento inserta en Odiel el modelo de declaración jurada de la cantidad de garbanzos recolectados.

Los agricultores de garbanzos tenían derecho a reservar para su consumo y de su familia durante todo el año, así como para la siembra, la cantidad de este producto señalada por las disposiciones vigentes.

El control de los alimentos se hace tan rígido, que el 22 de abril de 1941 el Servicio Nacional de Trigo recordaba, a través de la prensa, a los agricultores:

"Habiendo pasado la época normal de siembra de garbanzo, esta Jefatura Provincial, de acuerdo con las órdenes recibidas por la Superioridad, ordena a los agricultores de esta provincia que tengan alguna cantidad sobrante entre las declaradas y empleadas para siembra, la entreguen en venta a los almacenistas de este servicio nacional dentro del improrrogable plazo de este mes.

Pasado dicho plazo se procederá a la incautación sin indemnización de las cantidades de garbanzos que se encuentren en poder de los agricultores que no sean las reservadas y declaradas legalmente para consumo, exigiéndoles las responsabilidades a que haya lugar por incumplimiento de la presente orden". (Continuará)

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios