Unidos por un gran amor al lince
Un grupo de voluntarios ha realizado el censo de conejos y encuestas al sector turístico y empresariall proyecto regional El Campo de Voluntariado Life Lince Secem está dentro del proyecto Life Conservación y Reintroducción del Lince ibérico en Andalucía.
El amor por el lince les une y les hace repetir iniciativas de apoyo a este animal. El campo de voluntariado Life Lince Secem, dentro del proyecto Life Conservación y Reintroducción del Lince ibérico en Andalucía, ha tenido lugar un año más en el Espacio Natural Doñana. Quince voluntarios y voluntarias procedentes de diversas comunidades autónomas y de distinta formación han tomado parte en esta iniciativa durante la primera quincena de julio.
Las personas participantes han llevado a cabo dos tareas principales. Una de ellas ha sido la colaboración en el censo de conejos mediante el conteo de excrementos en el espacio natural. Curiosamente con ello se consigue hacer una estimación de la abundancia relativa y evolución del principal alimento del lince ibérico. Y la segunda es la realización de encuestas al sector turístico y empresarial de las inmediaciones.
En el caso del conteo de excrementos de conejos, se han seleccionado 1.500 puntos aleatoriamente. Para su localización se ha utilizado la tecnología GPS y la ayuda de los técnicos del proyecto. Como novedad este año, se ha realizado un estudio sobre la percepción que las personas del entorno tiene acerca del lince ibérico. Esta actuación se ha realizado mediante encuestas en Matalascañas, la aldea del Rocío y los centros de visitantes del Parque Nacional. No todo ha sido duro trabajo de campo e interacción con los colectivos, sino que también han tenido lugar charlas de formación presentadas por expertos en el tema, visitas guiadas al espacio natural y colaboración en las labores de seguimiento del lince ibérico con los responsables del Proyecto Life.
El motivo del voluntariado es la colaboración en la conservación de una especie única en el mundo y exclusiva de la Península Ibérica, localizada en dos núcleos: Doñana y Sierra Morena. Actualmente, quedan unos 200 individuos en libertad y sólo 50 en Doñana. Su escasa población se debe principalmente a la falta de su alimento casi exclusivo como es el conejo, a la endogamia (cruce y descendencia entre individuos de la misma familia), a los atropellos y a la destrucción de su hábitat. Este emblemático felino atrae a multitud de visitantes que potencian la economía local y ayuda a conservar un paisaje lleno de contrastes. Aunque en los últimos años las poblaciones de conejo y con éstas las de lince han aumentado gracias a los esfuerzos de muchos colectivos, desde Doñana se entiende que no se debe bajar la guardia. Con la colaboración de todos es posible evitar la extinción de éste y de otros seres vivos que comparten el hábitat con el felino más amenazado del mundo.
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