Este que es domingo de San Sebastián y, por tanto, de fiesta en el barrio. Es un buen momento para pasear por sus calles y sentir su historia, porque a veces para muchos parece estar engullido dentro de lo que es el centro de la ciudad y tiene su latir propio.

Geográficamente es punto clave en el entramado urbano, no de ahora sino de siempre por ser este junto al castillo punto central de la población, como lo atestiguan restos arqueológicos de la época tartésica, islámica y romana.

La casa conocida como la de Alonso Sánchez en la Plaza de la Soledad.

Nos lleva este paseo a recordar hoy al marino tantas veces olvidado, el que Manuel López Flores llamó el piloto anónimo en el estudio que hiciera de Alonso Sánchez de Huelva. Más recientemente hemos tenido la satisfacción de contar con una nueva publicación dedicada a Alonso Sánchez, un libro póstumo del profesor Gustavo Castillo Rey.

En el que no solo habla de tradiciones, leyendas sino que invita a descubrir al predescubridor del Nuevo Mundo. Muy sagaz y con datos históricos bastante sabrosos, Castillo Rey se introduce en la figura del marino y el por qué Cristóbal Colón aparece por estas tierra. Una de las razones claves son los conocimientos náuticos de los marinos de esta zona.

Es el Ayuntamiento quien erigió el monumento, como lo recuerda el escudo de la ciudad en su base.

Ahora que paseamos por la zona el recuerdo a Alonso Sánchez está hoy en la Plaza de la Soledad, permanece en la retina de las páginas pasadas y permanentes del libro de la historia del callejero onubense.Un azulejo en uno de los nuevos edificios de la plaza, colocado en 2012 por la Antigua Asociación de Vecinos del Barrio de San Sebastián, recuerda la casa de uno de los vecinos de mayor repercusión histórica como es Alonso Sánchez.

La casa desapareció pero su derribo no se llevó el recuerdo de los onubenses.

La Plaza de la Soledad es un punto clave para mantener permanente el recuerdo a Alonso Sánchez de Huelva. Bien estaría trasladar hasta aquí la escultura del marino que se encuentra en los Jardines del Muelle, olvidada y llena de suciedad, ya que parece que no acaba de verse ubicada en el parque Alonso Sánchez.La escultura es propiedad del Ayuntamiento de Huelva, que la erigió en 1970 a iniciativa de la Real Sociedad Colombina Onubense, obra de León Ortega.

La ciudad ganaría en los espacios públicos monumentalizándolos. La escultura de Alonso Sánchez tiene aquí un lugar y un sentido del por qué reubicarla en la Plaza de la Soledad: es donde vivió. Desde el año 2003 la entonces Concejalía de Turismo recogía las voces que se alzaban para este cambio de ubicación, pero no llegó a materializarse.

En los Jardines del Muelle aparece un Alonso Sánchez lleno de verdín y escondido en un rincón. No parece el mejor sitio para tan ilustre onubense.

El monumento a Alonso Sánchez es perfectamente compatible con la Plaza de la Soledad, se podría ubicar delante de la fila de palmeras, cercano al transitar de la gente y con preeminencia en la avenida, dejando así libre todo el espacio interior para cualquier tipo de evento.

Ubicarlo en la Plaza de la Soledad tiene sentido histórico y visión actual, pues lo sitúan en un punto estratégico de una de las arterias más importante de la ciudad. Mucho ha dado el barrio a la ciudad, ahora es justo que reciba algo a modo de homenaje a su vecino Alonso Sánchez.

Concluimos con un texto de Inca Garcilaso de la Vega de su obra Comentarios reales. Como se descubrió el Nuevo Mundo: “Cerca del año de mil y cuatrocientos y ochenta y cuatro, uno más o menos, un piloto natural de la Villa de Huelva, en el condado de Niebla, llamado Alonso Sánchez de Huelva tenía un navío (…) Este fue el principio y origen del descubrimiento del Nuevo Mundo, de la cual grandeza podía loarse la pequeña Villa de Huelva que tal hijo crió…”.