El PIVE cierra con un pico de ventas histórico pero sin dejar soluciones

El sector de la automoción se asoma a un futuro esperanzador pero con una gran dosis de incertidumbre. La evolución de las ventas de turismos en los últimos meses alimenta el optimismo, condicionado siempre por la desaparición del colchón que ha amortiguado los efectos de la crisis en el consumo doméstico en los últimos seis años. La octava edición del Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE) acabó el 31 de julio pasado, prórroga incluida, y el Ministerio de Industria ya dejó claro que no tendrá continuidad. Hasta aquí llegó. Y con menos resultados de lo esperado, al menos en Huelva. Sólo un 10,1% de los 8.560 vehículos matriculados en la provincia durante su periodo de vigencia, desde mayo de 2015, se acogieron a esta ayuda estatal, la mitad que la media nacional, estimada en el 20% desde que se puso en marcha el programa hace seis años. De hecho, pese a ser la edición con el segundo mayor número de beneficiarios onubenses (847), por detrás del PIVE 6 (1.379), es el número más bajo en Andalucía con diferencia, según los datos provisionales recopilados por la patronal de los concesionarios, Faconauto. Números discretos para una medida de la que se esperaba mucho más.

"Realmente el PIVE se ha dejado notar poco en la provincia", confirma el presidente de la Asociación Provincial de Concesionarios (Concetur), Ricardo Hueso. "Es como si no se hubiera aplicado porque había muchas matriculaciones que no cumplían los requisitos y no podían acogerse a la ayuda. Aunque es verdad que, más que para incrementar las ventas, sí ha contribuido a reactivar el sector, dando más alegría al mercado".

La muestra de ello en Huelva han sido los dos últimos meses, en los que se han matriculado más coches que en cualquier mes anterior desde que comenzó la recesión económica del país, ocho años atrás. Entre los dos 1.466, 690 en junio y 776 en julio, cifras que supusieron un incremento del 19,6%, el mayor entre las provincias andaluzas.

Ricardo Hueso reconoce que probablemente el anuncio de Industria sobre el cierre definitivo del grifo a los incentivos en la renovación de vehículos haya podido animar a los compradores, sobre todo en el último mes: "No hay quien corrija esa costumbre de que se dejen las cosas hasta el último momento, y muchos han aprovechado antes de que se acabara".

Pero sin dejar de admitir que "cualquier apoyo al consumo beneficia", en el mercado mandan la necesidad y el capricho. "El que se compra un coche es porque no tiene más remedio o porque puede permitirse cambiar, y poco le influye que haya este tipo de incentivos".

Sólo hubo una edición con mayor repercusión en las ventas en la provincia, pero sin que se lograran las cifras de los últimos meses. Fue el PIVE 6, activo de junio a octubre de 2014, y con prórroga en noviembre y diciembre del mismo año. Entonces hubo 1.379 beneficiarios entre las 3.153 operaciones de turismos y todoterrenos que se cerraron en todo su periodo de vigencia, el 43,7%, la mayor incidencia entre los ocho planes.

Mucho tuvo que ver en ese caso que el Gobierno destinara 387 millones de euros a los incentivos de esa edición, con la prórroga reseñada por la fuerte demanda registrada, y que se llevó, además, 142 de los 175 millones del PIVE 7, para atender las solicitudes cursadas pendientes. Pero también en el 8, que se acaba de cerrar, se pusieron a disposición de los compradores 225 millones, la segunda dotación más alta. De ahí el reflejo de ambos en la estadística de beneficiarios.

Ya se escuchan voces a nivel nacional pidiendo que se habilite un nuevo plan de ayudas, mientras Industria insiste en su postura inflexible, por lo menos mientras siga el mismo Gobierno. Los empresarios se mantienen expectantes ante los próximos datos de matriculación, aunque advierten que, más allá de su reflejo en la reanimación del sector, preocupa el envejecimiento del parque: "La estadística dice que de poco ha servido para reducir la edad media de los vehículos que siguen en activo. Y hay que tener en cuenta ese factor para la seguridad en las carreteras", apunta Hueso. Solo eso ya valdría, aseguran, una nueva inversión.