La operación Colón contra el narcotráfico, con epicentro en la provincia de Huelva, explotó el pasado día de San Juan. En la calurosa mañana del 23 de junio, alrededor de 400 agentes de la Guardia Civil y de Aduanas detuvieron a más de 30 personas a las que relacionan con varias narcosociedades que trabajan como una suerte de cooperativas independientes, y que se alían –de forma coordinada– para introducir el hachís de Marruecos por la costa onubense.

Desde la histórica operación Pitón de 1992 no se veía tal movilización de efectivos en la provincia. Participaron en el dispositivo actual el Grupo de Acción Rápida (GAR), el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON), el Servicio Marítimo, el Servicio Aéreo, el Servicio Cinológico, la Usecic o la Policía Judicial de Huelva.

A día de hoy la causa, que está en manos del Juzgado de Instrucción 3 de La Palma del Condado, sigue bajo secreto. Pero Huelva Información ha podido conocer el saldo del operativo hasta el momento: han sido detenidas unas 50 personas, se han intervenido siete toneladas de hachís, se han aprehendido 15 embarcaciones semirrígidas y cuatro recreativas, y se han incautado 30 vehículos, ninguno robado, todos de la banda.

Las consecuencias del golpe se han dejado notar en el litoral onubense, donde "han bajado mucho los alijos en la playa" desde finales del mes de junio, como indican las fuentes de la Guardia Civil consultadas por este periódico.

Los investigadores, en un astillero de Isla Cristina.

La operación Colón, que continúa abierta (por lo que no se descartan más detenciones) es el fruto de una ardua investigación desarrollada durante meses y que parte de la intervención de varios alijos de hachís en territorio onubense. Pero, ¿cómo llega la Benemérita a desarticular una organización de este calado?

La investigación

La detección de una sociedad que se dedica a traficar con estupefacientes tiene como clave "la interceptación de un alijo en la playa". Esto aporta a los investigadores una información "que se va viendo y trabajando", apuntan con cautela desde la Guardia Civil. El área de la costa por la que ha entrado la droga, el tipo de embarcación que se incauta y otros datos de estas características ofrecen a los profesionales un hilo del que empezar a tirar.

En el transcurso de la investigación "puede haber un alijo o puede haber cinco". Es decir, que lo que empieza con una carga de fardos que atribuir a una determinada banda, puede acabar con la identificación de más alijos asignados a la misma corporación por sus características.

El asunto se judicializa y "se llevan a cabo muchas acciones de inteligencia y vigilancia". Con la paciencia por bandera, los investigadores ven cómo "las pesquisas poco a poco van arrojando luz" al caso.

Varios agentes fuerzan la puerta de un almacén de Huelva con una maza.

La fase final de un operativo contra el narcotráfico se llama "de explotación". Se da en el momento en el que la Guardia Civil ya conoce "el rol de cada uno de los componentes de la organización y podemos atribuirles la droga". Desde el punto de vista policial esta estapa de la investigación es “la más bonita”.

Los investigadores solicitan autorización al juez del procedimiento para llevar a cabo las entradas y registros en domicilios, naves o fincas. "Entonces se procede a las detenciones, aunque también pueden producirse algunas durante los alijos". Porque, como enfatiza la Guardia Civil, "la droga se suele coger antes".

Los registros reportan a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad "valiosa información que refuerza los indicios con los que ya contamos", como anotaciones de contabilidad en papel o en los ordenadores. Solo en la operación Colón se llevó a cabo una treintena en domicilios, naves industriales y fincas rústicas de la capital, Isla Cristina, Moguer, Cartaya y Punta Umbría.

Los delitos más comunes que suelen asignarse a los traficantes son los de pertenencia a organización criminal y contra la salud pública.

Detenidos de la operación Colón bajando del furgón para comparecer ante el juez en La Palma.

El CCON y el OCON

La lucha sin cuartel contra el narcotráfico en Huelva se libra con la Comandancia de la calle Guadalcanal como punta de lanza. Son fundamentales los especialistas del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidrogas (EDOA) de la Policía Judicial, quienes trabajan mano a mano con el Servicio Marítimo, el Cinológico, la Usecic o los puestos, fundamentalmente los costeros.

Hay que tener en cuenta, no obstante, que el tráfico de estupefacientes "no es un fenómeno aislado, sino supraprovincial", con organizaciones de varias provincias distintas que establecen alianzas unas con otras para dar entrada al hachís en territorio europeo. Es por ello que buena parte de las acciones antidroga se coordinan desde el Centro de Concentración Contra el Narcotráfico (CCON Sur), donde "se hace el análisis de Inteligencia".

La Guardia Civil ha llevado a cabo unas 60 operaciones contra los narcos en la provincia en el primer semestre de este año

Luego, como refuerzo a la Comandancia, cada provincia en alerta cuenta con un equipo del Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON Sur), que ejerce "la parte operativa". Además de todos estos efectivos, la Guardia Civil dispone como apoyo del Grupo de Acción Rápida (GAR), "que es volante según las necesidades".

Ampliación del Plan

El Gobierno central acordó el mes pasado la ampliación del Plan Especial de Seguridad del Campo de Gibraltar hasta el 31 de diciembre de 2021, que tendrá importantes refuerzos en Huelva, Málaga y Cádiz para tratar de combatir el tráfico de drogas.

Como anunció el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, contará con una inversión extra de 48,2 millones de euros: 17,8 millones para la dotación de nuevo material y 30,4 millones complementarios en personal.

Solo la Guardia Civil ha llevado a cabo en el primer semestre de este año unas 60 operaciones contra el narcotráfico en territorio onubense, a las que hay que sumar otra veintena emprendidas por la Policía Nacional, como consta en el más reciente Balance de Criminalidad de Interior.