"Oíamos todo el jaleo y las sirenas"

Dos estudiantes de la Onubense que están de Erasmus en Bruselas aseguran que hay pánico en la ciudad y que las calles están desiertas

Alberto Quiñones y Carmen Rodríguez, en una imagen durante su estancia como estudiantes Erasmus en Bruselas.
Carmen Morales Huelva

24 de marzo 2016 - 01:00

Aún tienen el susto en el cuerpo y un poco de miedo. Dos jóvenes estudiantes de la Universidad de Huelva, que se encuentran en Bruselas con una beca Erasmus, narraron ayer a Huelva Información cómo vivieron los atentados perpetrados en la capital europea y que han dejado más de 30 muertos. Ellos, afortunadamente, estaban en la vivienda cuando ocurrió todo y se enteraron a través de grupos de Whatsapp de lo sucedido en el aeropuerto.

Sin embargo, la posterior explosión en la estación de metro de Maelbeek les pilló mucho más cercana. "Empezamos a escuchar de todo, mucho ruido, muchas sirenas, un gran caos", aseguró ayer Alberto Quiñones, un joven malagueño que estudia en la Universidad onubense. "En ese momento, ya nos dijeron que no podíamos salir de casa, se cortaron todas las líneas de transporte y, por supuesto, no fuimos a la Universidad", relató.

Ambos jóvenes tuvieron además que calmar a sus familiares y amigos, obviamente muy preocupados por ellos. Alberto señaló que las líneas telefónicas no funcionaban -no saben si porque "estaban saturadas o porque fueron cortadas a propósito para evitar la comunicación entre los terroristas"-, por lo que tuvieron que comunicarse con sus allegados a través de internet y whatsapp. "Imagínese el susto que tienen mis padres en el cuerpo, mi madre estaba llorando, muy asustanda, porque es su hijo el que está aquí", apuntó.

Un relato similar es que el realiza otra joven de la provincia, quien aseguró además que desde que llegaron en febrero "ya se notaba miedo de por sí, después de todo lo ocurrido en noviembre en París. La ciudad estaba repleta de militares armados y camiones de la Policía", señaló. Cuando hace sólo unos días las fuerzas de seguridad belgas detuvieron al yihadista Salah Abdeslam, miembro prófugo del comando que perpetró los atentados de París, esta joven tuvo un presentimiento de que "iba a pasar algo, que iba a haber alguna represalia por la detención". Y, finalmente, sucedió. Primero, las explosiones en el aeropuerto, en el que "estuvimos el viernes pasado, porque vinimos de Berlín". Luego, la del metro cercano a su vivienda. "Lo escuchamos prácticamente todo, el ruido, las sirenas, el alboroto...", continuó la joven, quien insistió en que "no te puedes imaginar la tensión y el pánico que había aquí sembrado". Como su compañero, tuvo que tranquilizar rápidamente a familiares y amigos, que le preguntaban por su estado de salud y por la situación. "Mi familia estaba muy asustada, mi madre casi se viene en coche a buscarme", relató la joven.

Esta estudiante tenía un vuelo reservado para viajar hoy a España, ya que les iban a dar vacaciones en la universidad, y recalcó que, en su caso, no sabe si volverá o no a Bruselas para continuar con su programa de estudios en el extranjero. "Un Erasmus es para vivirlo y disfrutarlo, no para vivir con este miedo, porque estamos aquí bajo amenaza terrorista y puede pasar cualquier cosa. Es un sinvivir estar aquí, hay pánico en las calles", afirmó esta joven, quien insistió en que "hay que erradicar el terrorismo, no se puede vivir así".

Ya en la mañana de ayer, cuando la ciudad recobraba un poco la normalidad, ambos estudiantes se aventuraron a salir a la calle para comprar el pan. "Las calles están desiertas, no hay apenas nadie y muchos comercios están cerrados; hay mucho temor por lo que pueda pasar", narró Alberto, quien destacó además la alta presencia militar y policial por la zona. Él no tiene previsto volver a España en estas vacaciones, ya que tiene un viaje programado por Europa del Este, y espera, en la medida de lo posible, seguir disfrutando con su experiencia como Erasmus.

Pese a todo, ambos jóvenes insistieron en que, afortunadamente, están bien. Además, ninguno de sus amigos en la ciudad han resultado afectados por los atentados. Eso sí, algunos han perdido sus vuelos programados a España, debido al cierre del aeropuerto o a problemas con las aerolíneas. "Unas amigas de Madrid se han tenido que ir en autobús", relató Alberto. También recalcaron que son muy afortunados por estar juntos en la zona, ya que "vivir esta situación solos habría sido mucho peor", afirmó Carmen.

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