Las Normas Diocesanas garantizarán lo particular de cada hermandad

El Ciclo Cofrade Universitario abordó en su última jornada la reforma que en estos momentos se está haciendo, por parte del Obispado de Huelva, de las Normas Diocesanas para Hermandades y Cofradías. Estas sustituirán a las aprobadas en 1997 y se espera que puedan ser presentadas al consejo del presbiterio en su reunión del mes de junio. Una vez analizadas pasarán a la aprobación definitiva por parte del Obispo, que ha incluido esta renovación dentro del Plan Diocesano de Evangelización, en el que se le quiere dar una especial significación a la religiosidad popular y a su papel dentro de la parroquia, buscando una interconexión para superar problemas de otras épocas entre parroquias y hermandades. Desde la Delegación para la Celebración de la Fe se está abordando en estos momentos la presentación de reformas de estatutos, pero siempre que se vayan adaptando a lo que van a introducir las Normas Diocesana.

El Ciclo Cofrade Universitario está organizado por al Hermandad de Estudiantes y el Vicerrectorado de Extensión Universitaria de la UHU con la colaboración del Grupo Joven de la Hermandad de la Fe. En la mesa redonda de ayer, moderada por Eduardo J. Sugrañes, jefe de sección de Huelva Información y responsable de la información cofrade de este diario, se contó con la participación del vicario para la Celebración de la Fe, Diego Capado Quintana; Jesús Bogarín Díaz, profesor de Derecho Canónico de la Universidad de Huelva y fiscal del Obispado; Enrique Bogarían Díaz, abogado; y Julián Domínguez Romero, abogado.

En el encuentro se hizo un recorrido histórico sobre las distintas normativas diocesanas, desde las que en tiempo se compartían con el Arzobispado de Sevilla al que pertenecía Huelva, así como los estatutos del Consejo de Hermandades, desde los años cuarenta, con especial interés tras la creación de la Diócesis, en 1954, y posteriormente en periodos tan significativos como en 1975 con la llegada de la Democracia o en 1997 para adaptarse al nuevo Código de Derecho Canónigo.

Diego Capado adelantó las claves de la redacción del nuevo articulado. La Norma Diocesana será de obligado cumplimiento, aunque el estatuto marco será orientativo en cuanto salvaguarda la autonomía de las hermandades en lo peculiar y en su sentido de memoria histórica. Se deja también la posibilidad que los consejos de hermandades incluyan la participación de las hermandades de gloria y sacramentales, que tienen objetivos pastorales comunes.

Una cuestión clave es la renovación de las juntas de gobierno cada dos mandatos, por un máximo de ocho años; teniendo en cuenta que no sea una sucesión de cargos de una misma junta, hoy hermano mayor, mañana secretario y así sucesivamente. Se valorará aquellos casos en los que no haya candidatos y la posibilidad de renovar los cargos, quedando a la potestad del párroco.

Jesús Bogarín se refirió al proceso que se ha llevado tras la reunión con distintos consejos de cofradías de los diversos arciprestazgos, aunque las enmiendas recibidas, en las que ahora se trabaja no han sido muy numerosas, no más de una veintena.

Enrique Bogarín, en su intervención se refirió a la normativa actual y consideró que reflejan un exceso de intervencionista eclesial, abogando por una mayor flexibilidad y por rigor en su utilización, tato desde lo seglar como desde el Obispado.

Julián Domínguez, consideró que estamos en el momento de abordar una reforma ante el tiempo que ha pasado, y lo justificó, por ejemplo, con la aparición de la Ley de Protección de Datos. Resaltó la necesidad, como derecho y obligación, que los cofrades conozcan sus estatutos y las hermandades los faciliten.