Huelva

La periodista Nieves Herrero, enamorada de la provincia: "Huelva es mi oxígeno para todo el año"

  • La periodista y escritora ha publicado recientemente la novela 'La Baronesa' (Ediciones B) que relata la vida de Tita Cervera desde su infancia hasta su boda con el barón Thyssen así como su legado y mecenazgo en torno al arte. 

  • Nieves Herrero presenta su nueva novela 'La Baronesa'

La periodista Nieves Herrero, enamorada de la provincia: "Huelva es mi oxígeno para todo el año"

La periodista Nieves Herrero, enamorada de la provincia: "Huelva es mi oxígeno para todo el año"

Porque Huelva es de todos y de nadie a la vez. Aquí se acoge con la misma rapidez a un recién nacido que a un recién llegado. Por eso esta provincia tiene el mismo cariño por Nieves Herrero (Madrid, 1957), que quiere a esta tierra como si fuera la suya, que por su maestro, el ayamontino Jesús Hermida, que la amó del primero hasta sus últimos días.

Herrero despliega, como Huelva, toda luz, toda amabilidad. Sus escritos, como sus palabras, derrochan una ternura hábil capaz de narrar la vida tal y como es, de forma rigurosa, con sus claros y sus oscuros. Esta semana, la periodista ha hecho un alto en sus vacaciones en El Rompido para atender a los micrófonos de Huelva Información  en los que ha narrado los entresijos de su última novela, La Baronesa (Ediciones B), sobre la vida de Tita Cervera. Un libro que pone luz sobre una mujer única. 

P. Nieves, ¿qué tiene Huelva que tanto te apasiona?

R. Para mi Huelva es su gente y aquí me siento en familia. La primera vez que la vi me quedé en shock. Cuando estoy aquí, no tengo por qué estar ni maquillada ni peinada, aquí estoy en mi salsa, me conocen con mi pelo revuelto. En Huelva no estás para que te vean sino para disfrutar. Es otro concepto de vida y me siento muy feliz de estar aquí. 

También Huelva tiene que ver con momentos muy emotivos. Mientras mi madre fallecía, yo le hablaba y le decía mamá, recuerda las puestas de sol tan preciosas de Huelva, y cuando creíamos que no estaba oyendo ella me señalaba con el dedo y me pedía que continuara. Ella ha pasado muchos días viendo esas puestas de sol y eso le ha dado mucha paz. Realmente Huelva es como entrar en otra dimensión, en la del ser humano. Frente a la vorágine del trabajo, tengo la sensación de que aquí se para el tiempo. Huelva es oxígeno para todo el año. 

P. ¿De dónde nace ese cariño? ¿Tiene algún punto de inflexión en el que digas es ahí donde quiero estar?

R. Aún vivía Jesús Hermida y fue él precisamente el que me recomendó hace casi treinta años que buscase cualquier playa de Huelva para desconectar. Después coincidió que una amiga me alquiló una casa en Islantilla  y así empecé, alquilando muchos años. Después compré la que hoy es mi casa en El Rompido. Y así fue, todo casualidad.

Desde entonces me encantó el concepto de casa abierta, de que cualquier vecino puede entrar, eso humaniza. No hay un concepto de privacidad total y a la vez todo es privado. La mayoría las tenemos abiertas. Me recuerda a esos pueblos de pequeña contrario a esas advertencias, ¡cuidado que te van a entrar!, por favor confiemos en el ser humano. Esa sensación de pertenencia al grupo es la que le da sentido a todo. 

P. Desde luego el cariño es mutuo. Tanto en El Rompido, en particular, como en Cartaya en general te ven desde hace años como una vecina más. 

R. Se me saltan las lágrimas porque es que realmente yo lo siento así. Cuando ha venido una Dana y ha entrado agua en mi casa, he llamado a Paco de El Caribe o algún otro amigo e inmediatamente se han hecho cargo de mi casa. Eso me da mucha tranquilidad. Hay gente extraordinaria y muy noble. Amigos como Javier y Antonio que enseguida están para cualquier cosa que se rompe, es el concepto que yo tenía antes de casa y de familia. Me gusta mi provincia. 

P. Y del paraíso a la vuelta al trabajo. Eres una verdadera todoterreno del periodismo, ¿qué diferencias encuentras entre la profesión en la que comenzaste y en la que vivimos ahora?

R. Para mí la diferencia la marca el periodista. Me he encontrado periodistas estupendos. Se que todo el mundo habla mal de esta profesión pero yo, que he dado tantos años clase en una la universidad, siempre digo lo mismo, cada periodista es embajador de su propio medio. Que hay gente que pasaba por allí y no se lo toma en serio, también, pero son los menos. En general, me encuentro gente muy comprometida y ahora con cada libro y me encuentro gente muy buena, que me emociona. Estoy muy orgullosa de pertenecer a esta profesión y creo que es la profesión más bonita del mundo. Entras en palacios, en cárceles, puedes ver todo el espectro de la actualidad y eso me encanta.  

P. ¿Todavía aconsejarías a una persona que estudiase la carrera?

R. Primero descubre si eres vocacional porque sino, es mejor que te dediques a otra cosa. También aconsejo que se estudien dos carreras o se especialice en algo porque o te gusta mucho y tienes las ideas muy claras o es mejor que tengas una doble salida porque el defecto del periodismo de hoy es que si hay muchas formas de entrar pero vivir de la profesión es muy complicado. Los medios no tienen tanta gente. 

P. Desde luego pocas personas pueden conocer este oficio como tu, prensa, radio, televisión, ¿el paso hacia la literatura es algo natural o la evolución lógica de una inquietud por continuar narrando?

R. Yo empecé a escribir en Radio Nacional donde vi que muchos compañeros míos escribían libros. Un día se acercó una editorial y yo les expliqué que aunque era la ilusión de mi vida yo nunca había escrito nada. Mi profesora de literatura, Conchita, fue quien me dijo que me podía dedicar a esto pero en mi casa nadie lo veía como una profesión. Por eso con 15 años decidí estudiar periodismo y con 17 ya estaba escribiendo. Empecé como un juego porque nadie quería que yo lo hiciera. Me hicieron un hueco en una redacción, no cobraba nada. Así empecé. 

P. En esa travesía por el periodismo has navegado por temas muy diferentes y, sin embargo, sorprende que cuando te centras en el periodismo literario y la narrativa al menos tres de tus novelas están ambientadas o relacionadas con la monarquía, ¿qué hay en el interior de los palacios que te interesa tanto?

R. ¡Qué razón tienes! No lo había reflexionado. Me atrae por lo difícil y lo hermético que es. Me gusta mucho el tema del secreto, no es tan fácil acceder a un palacio ni hablar con los reyes. Por eso me atrae tantísimo. Además hay mucha historia detrás de los reyes. A mi que me gusta mucho el final del XIX y principio del XX en todo ese periodo hay mucho camino por explorar. Ahora voy a meterme en el mundo de las primeras periodistas, ese es mi próximo proyecto. Estoy leyendo mucho a ver de quién me enamoro. Me dejo atrapar. 

P. Ella no era parte de ninguna familia real, muy al contrario, provenía de orígenes relativamente humildes, ¿qué tiene de especial Tita Cervera para construir una novela en torno a su vida y su figura?

R. Creo que es la primera vez que hago novela sobre un personaje vivo. Lo que encontré es una vida muy increíble y a la vez su evolución es la evolución de la propia España. Ella nace en el año 1943 en la Catalunya en la que comienza la industria y empieza a ser motor de la actividad de todo el país. Su padre siempre se ha dicho que era muy humilde pero yo he visto las fotografías de cuando la propia Tita era una niña y eran una familia de clase media, burguesa, no tanto una familia humilde pero sí una familia desestructurada.

P. En alguna ocasión has dicho que todo lo que es importante de la persona de Carmen Cervera, más allá del personaje, está en su infancia, ¿a qué claves tenemos que atender para disgregar una de otra en este sentido?

R. A partir de los 5 años sus padres se divorcian en una época en la que el divorcio no estaba bien visto. Ella tuvo que comenzar a ir a internados y eso marcó su vida hasta la edad adulta. Por eso hoy es una persona con facilidad para "romper" con sus seres queridos, eso te va generando un desapego total, te va a haciendo muy autosuficiente e independiente y creo que la infancia es el adulto que al final somos. Su nexo de unión era su hermano Guillermo, que siempre estuvo muy unida a el, tanto el como su madre tienen una importancia vital en su vida. De ella me atrajo los desconocido. No todo es tan brillante cuando vemos la vida de la baronesa, los claros son muchos pero los oscuros son muy oscuros. Los hijos del barón Thyssen se las hicieron pasar canutas a pesar de que al principio aplaudieron mucho su relación y que acabase con su cuarta mujer pero cuando el padre dijo de casarse [con Tita] ahí se complicó su vida. Creo que a partir de ese momento ella vivió entre abogados y ella se desenvuelve muy bien ahí pero es muy duro estar siempre leyendo la letra pequeña. El que lea este libro sobre todo se va a dar cuenta de que el dinero no da la felicidad. Creo que ella ha amado mucho, ha habido hombres muy importantes en su vida y es lo que retrato. Ahí te das cuenta de que Tita es una mujer muy de vivir en pareja, salvo ahora en el final de su vida en el que dice que ya no quiere complicarse la vida y que prefiere estar sola. Su corazón ahora no palpita por un hombre, palpita por un cuadro. 

P. Si tuvieses que definirla en una palabra o una frase breve, ¿cuál elegirías y por qué?

R. Es única e irrepetible. Es una mujer que no te deja indiferente. Es muy encantadora en las distancias cortas aunque luego también es capaz de darse la vuelta y despedirse a la francesa. Esto no es algo que haya hecho conmigo, lo ha hecho muchas veces a lo largo de su vida. 

P. Nieves, después de ganarlo todo qué sueños y qué metas personales y profesionales te quedan por cumplir. 

R. Tengo la sensación de estar empezando. Los premios son maravillosos pero para mi la maravilla es despertarme cada día pensando qué entrevista voy a hacer, eso es vida. También algo maravilloso es cuando mi cabeza empieza a enamorarse de un personaje que quiera contar. Eso también me da vida. Creo que uno está siempre empezando, te da la sensación de que estás siempre aprendiendo. El día que piensoe que estoy de vuelta ese día a lo mejor me estoy muriendo pero yo siempre me ilusiono, creo en la gente, voy de cara y de momento voy así. Cambiar me costaría mucho pero me ilusiona todo. 

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