Huelva

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  • El conflicto interno en Ciudadanos vuelve a salir en el proceso electoral abierto en la capital

  • El número de afiliados baja notablemente entre críticas por opacidad y falta de participación

Sede de Ciudadanos en Huelva.

Sede de Ciudadanos en Huelva.

El proceso electoral en la Junta Local de la capital ha vuelto a mostrar los conflictos internos que mantiene Ciudadanos en Huelva. Las discrepancias con la dirección provincial se han hecho evidentes meses atrás con un rosario de renuncias y salidas, de baile de candidatos y de quejas entre la militancia, sobre todo, por la falta de información y participación. Algunos de estos aseguran que ha habido una sangría en el partido desde la anterior convocatoria de elecciones: rebajan la cifra de afiliados en más de la mitad desde antes del 28-A. Aunque los datos oficiales dicen que es un tercio lo que se ha perdido desde el verano de 2017, cuando el portavoz regional, Juan Marín, contaba a este periódico que había 143 afiliados en la capital. Ahora el número está en 97, según el partido, aunque no todos ellos podrán votar el próximo jueves por no estar al corriente de sus cuotas o no tener una antigüedad superior a seis meses.

El último episodio se ha vivido días atrás, con el proceso de presentación de candidaturas. Cuatro equipos se postulaban pero uno de ellos fue rechazado de inicio. Era el de Manuel Repiso, candidato al Congreso en las generales de 2016, y parte de ese grupo que presentó su dimisión en abril pasado en la capital, entre el baile de candidatos para las municipales y quejas de marginalidad.

El hecho de que una comisión gestora haya dirigido el partido en la capital hasta ahora es lo que ha reabierto la puerta a su candidatura, salvando las estrictas normas internas para los cargos orgánicos. Pero debió mediar una reclamación ante el Comité de Garantías, que se podría haber evitado con ese diálogo que muchos reclaman desde dentro, también para no volver de nuevo la mirada a los conflictos, que sin duda los hay.

Repiso no habla del tema. Una vez conseguida la readmisión de su candidatura, prefiere que el proceso siga su curso natural y que hablen los militantes el jueves. No hay ánimo de salpicar el buen nombre del partido.

Pero las críticas están ahí. Fuentes consultadas por este periódico las reparten dentro y fuera, de algunos que todavía están y de otros que ya se fueron. Los discrepantes rechazan la etiqueta de críticos. Ni siquiera creen que formen parte de una corriente alternativa a la dirección. Sólo piden que se cumpla con los afiliados, que se les convoque y que se les haga partícipes de las decisiones. Lo dicen para Huelva, no sólo la capital, también el resto de la provincia, que no es ajena a movimientos internos, con dimisiones en Gibraleón o La Palma del Condado, sólo ejemplos del divorcio existente con la dirección.

Pero la opacidad a la que aluden algunas críticas se refiere, precisamente, a la propia estructura interna de partido. Fuentes de distinta condición y procedencia aseguran que no tienen claro el funcionamiento. Sólo parece claro que la jerarquía es férrea, centralizada en Madrid, en primera instancia, y en Sevilla, en segunda. Apenas hay margen de decisión para los comités provinciales.

Éstos, según los estatutos de Ciudadanos, están formados por los coordinadores de las agrupaciones locales, hasta tres representantes institucionales de la provincia, un portavoz nombrado por el Comité Ejecutivo y hasta un máximo de cinco miembros nombrados también por el Comité Ejecutivo. No hay ni presidentes ni secretarios generales, como en otros partidos; ni coordinador provincial.

En Huelva, la portavocía la ejerce el parlamentario Julio Díaz, aunque dentro señalan al secretario de Organización, Rafael Pérez, como el auténtico jefe, con orden y mando, aunque también haya quien le señala como mero transmisor de los dictados de la responsable de Organización andaluza, Mar Hormigos, parlamentaria, a su vez sometida al poder de Fran Hervías, el homólogo nacional, señalado como uno de los poderes en la sombra del equipo de Albert Rivera, muy cuestionado ahora, sobre todo tras la debacle del 10-N.

En cualquier caso, no hay constancia pública de la composición de los órganos internos del partido. La web provincial de Ciudadanos está limitada a la recogida de noticias relacionadas con los cargos institucionales de Huelva, en mayor medida, y con el propio partido, de forma residual. Ni siquiera se ha informado aquí del proceso electoral abierto en la capital; por supuesto, ni de las candidaturas admitidas ni de la convocatoria a la militancia para el jueves: dos horas de votaciones, en la sede de la calle Arcipreste Manuel González, desde las 19:00.

En cualquier caso, el equipo elegido entre las cuatro candidaturas encabezadas por Manuel Repiso, Ana María de Silva, José Carlos Carreras y Mª Ángeles Núñez sólo ejercerá funciones unos meses. Llegará para acabar con la provisionalidad en forma de gestora pero el proceso de cambio abierto a nivel nacional, tras la marcha anunciada por Rivera, desembocará en un congreso nacional extraordinario que se replicará en ámbitos inferiores. No está claro si los cambios afectarán sólo a la sustitución de nombres –todo parece con Inés Arrimadas como nuevo referente– o si la estructura de la organización se someterá al cambio profundo que tantos reclaman. Realmente, nadie sabe nada.

Por lo pronto, en Huelva, como muestra, la marcha de afiliados es sintomática. Para algunos de ellos, además, reflejo también de la desafección entre el electorado, vista en unos resultados hace dos semanas que han tocado gravemente los cimientos del proyecto de Ciudadanos que iba a cambiar el panorama político nacional. El brillo naranja ya no es el mismo. El presente es sombrío, y la opacidad interna, aseguran, en nada ayuda. De ahí las voces de alarma de los aún creyentes, antes de que oscurezca sin remedio.

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