Huelva

El menor señala al cabecilla del crimen de El Campillo como único autor de la tortura

  • Los acusados reconocen su participación en los hechos que acabaron con la muerte de José Rachón 

  • Se escudan en el consumo de drogas y alcohol para justificar sus actos

Daniel Leroy Oliva y José Almansa entran al Palacio de Justicia por la puerta de los acusados.

Daniel Leroy Oliva y José Almansa entran al Palacio de Justicia por la puerta de los acusados. / Alberto Domínguez (Huelva)

Los cuatro acusados de la tortura y muerte del arocheno José Rachón el primero de septiembre de 2016 se sentaron ayer en el banquillo de la Sección Primera de la Audiencia de Huelva para responder por los delitos de asesinato, robo con violencia en casa habitada y robo en establecimiento abierto al público. Sin vacilar y con previo acuerdo con la Fiscalía, Daniel Leroy Oliva (considerado el cabecilla), José Almansa, Horacio Suárez y Álex Ramos reconocieron uno a uno los hechos contenidos en el escrito de la acusación pública.

No se extendieron mucho y solo contestaron a las preguntas de sus abogados. Coincidieron en que todos habían consumido estupefacientes antes de emprender el camino desde Riotinto a la finca campillera: MDMA, marihuana y cocaína, todo mezclado con alcohol.

El que más se extendió en su declaración fue José Almansa, quien dijo que la idea inicial era "ir a robar a una mina de cobre" pero cambiaron de opinión. "No sabía que había gente en la vivienda", dijo. Él fue quien cuando la víctima se asomó a la puerta de la casa de campo "le di una guantada fuerte y cayó al suelo". Afirmó el acusado que "fuimos a robar, no tenía intención de acabar con la vida de ese señor, me arrepiento muchísimo".

Horacio Suárez recalcó por su parte que ya ha depositado en la cuenta del juzgado 38.000 euros para satisfacer las indemnizaciones a los hijos del asesinado. La acusación particular pide 150.000 euros para cada uno de los herederos.

El jurado popular, conformado por tres mujeres y seis hombres titulares, siguió con atención estas declaraciones y la del quinto participante en los hechos, el menor que ya fue condenado a seis años de internamiento en un centro de reforma por el Juzgado de Menores de Huelva.

El testigo directo de los acontecimientos relató que en la noche del 31 de agosto de 2016 se reunieron en Riotinto, en la casa de José Almansa, donde consumieron drogas. "Daniel dijo de ir a la finca del hombre porque sabía que allí había dinero". Hubo quien discrepó con esta idea, pero finalmente "decidimos todos ir, fui por mi propia voluntad".

Pusieron rumbo a El Campillo y pararon en la piscina municipal. "Llegamos y partimos la puerta a patadas", señaló. A continuación "cogimos cosas de comer", consumieron algunas de ellas y llenaron una carretilla con el botín que dejaron escondida para más tarde.

"Pensábamos que la casa estaba vacía, vimos que estaba la luz encendida y dijimos de irnos porque había gente, pero alguien dijo que hay quien deja la luz encendida para dar a entender que la casa está ocupada", relató. Saltaron la valla y se acercaron a la puerta. "Llamamos, el hombre salió y empezamos a hablar con él".

Aseguró que él se encontraba a la izquierda de la puerta cuando José Almansa golpeó a Rachón. Era "de madrugada" del 1 de septiembre. "El hombre cayó hacia adelante y nos asustamos, José se puso las manos en la cabeza y decía '¡dios mío, lo he matado!". Se percató de que estaba "inconsciente pero vivo, reaccionó un poco y entramos para adentro".

Los cuatro acusados en el banquillo, de espaldas al público, en la primera sesión del juicio del crimen de El Campillo. Los cuatro acusados en el banquillo, de espaldas al público, en la primera sesión del juicio del crimen de El Campillo.

Los cuatro acusados en el banquillo, de espaldas al público, en la primera sesión del juicio del crimen de El Campillo. / Alberto Domínguez (Huelva)

Mientras llevaban a efecto el registro de la casa, "Daniel cogió un palo que había tras la puerta y lo golpeó muchas veces y una cobaya que había allí se la puso para que le mordiera". Señaló directamente a este, considerado el cabecilla, como responsable de la tortura del guardés de la finca. "Al resto no lo vi dar golpes", sentenció.

A preguntas del letrado de la acusación particular, Gustavo Arduán, el testigo indicó que Daniel Oliva "llevaba un pasamontañas que se había hecho con unas mallas o una camisa para taparse la cara y llevaba unos guantes de trabajo".

El chico relató (en este caso a preguntas de la fiscal) cómo el supuesto agresor en solitario pedía a Rachón que le dijera dónde estaba el dinero, a lo que la víctima le contestaba que "no tengo dinero, dejadme que me levante".

Según su versión, el resto solo se dedicaba a registrar el inmueble palmo a palmo, sin llegar a intervenir más que con un "déjalo" que el testigo no supo precisar de qué boca salió.

En total permanecieron dentro de la casa "unas cuatro horas, porque llegamos de noche y cuando nos fuimos se estaba haciendo de día". La sala contuvo el aliento cuando expuso que "todo ese tiempo estuvo siendo golpeado".

Tres mujeres y seis hombres constituyen el tribunal popular que juzga a los procesados

Finalmente "no encontramos dinero: cogimos un televisor de plasma y motosierras". También se llevaron tabaco y la documentación del asesinado. Antes de marcharse, recordó, "Daniel cogió aceite o algo que había allí y se lo echó por encima para borrar ADN o huellas". El hombre estaba "bocabajo y pensé que estaba muerto".

Emprendieron el camino de vuelta con las primeras luces del alba. En un momento determinado escucharon un coche y "salimos corriendo y nos separamos de los caminos". Siguieron caminando, recuperaron lo robado en la piscina y regresaron al punto de partida, la casa de José Almansa en Riotinto. Allí empezaron a charlar sobre "que habíamos hecho todo para nada y Daniel dijo: 'Por lo menos nos hemos divertido".

Respondió a la defensa de Almansa que él "no quería ir a la finca Calero, fui incitado y obligado por Daniel; José dio el primer golpe pero no golpeó más después a José Rachón".

En la sesión de ayer también intervino (entre otros) uno de los hijos de la víctima, Juan José Rachón, quien destacó que "los padres de Horacio se han preocupado por nosotros y nos han pedido perdón".

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