Huelva

La Junta tacha de "excesivo" el pago por el crimen del mendigo

  • La delegada de Igualdad y Bienestar Social dice que se tiene que aplicar el baremo por accidentes de tráfico

La delegada de Igualdad y Bienestar de la Junta de Andalucía en Huelva, Carmen Lloret, calificó ayer de "excesiva" la indemnización de 120.000 euros fijada por el Juzgado de Menores por el brutal crimen de Pedro Martínez, cometido por un menor que estaba bajo su tutela y que llevaba 14 días fugado de un centro de internamiento.

Lloret manifestó que en este caso no se ha seguido el baremo que suelen utilizar los juzgados para este tipo de delitos a la hora de establecer la cuantía de la compensación económica a los dos hijos del mendigo, el de las víctimas de accidentes de tráfico, al tiempo que rechazó parte de los argumentos que la letrada de la Junta esgrimió en el juicio, cuando tildó de "desmesurada" esta cantidad porque Pedro Martínez "vivía en la miseria". La discrepancia con la indemnización que marca la sentencia, recurrida ya por la Administración andaluza, "no responde a la situación personal de Pedro Martínez, ni porque fuera indigente o viera en la calle", subrayó la delegada.

Lloret defendió la actuación de su departamento con el menor que apaleó hasta la muerte al indigente y, tras censurar la actuación del condenado, remarcó que los centros de internamiento de menores son lugares abiertos, de los que "pueden entrar y salir cuando quieren". "No es obligación de la Delegación de Igualdad determinar que los jóvenes que están en un centro son delincuentes o no", añadió.

El menor condenado tenía un amplio historial de evasiones que comenzó en abril de 2007, cuando se marchó del centro Emaus de Gibraleón en el que había sido internado. Hizo lo mismo después en la Ciudad de los Niños y lo repitió en el centro de modificación de conducta Santa Elena de Córdoba, en el que estuvo apenas un mes (de noviembre a diciembre de 2007). En marzo fue localizado e internado de nuevo en la Ciudad de los Niños, la estancia más corta de todas ya que pocas horas después estaba de nuevo en la calle, y luego le seguirían de nuevo Córdoba (marzo a julio de 2008) y el centro de atención Pérez Galdós de Huelva (del que se fugó dos veces en octubre de 2008 el mismo día del ingreso).

La penúltima evasión fue ante su educador y en el sede judicial, donde tenía una causa abierta, y la última, dos semanas antes de acabar con la vida de Pedro Martínez.

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